Si algo me gusta del buen tiempo es que se inaugura la temporada de ensaladas. Y no es que en pleno enero no se puedan comer, pero ¿a quién la apetece una ensalada fresquita cuando hay 2 grados en la calle?
El mundo de la ensalada ha evolucionado mucho de un tiempo a esta parte. Cuando yo era niña la ensalada era básicamente de lechuga, tomate, atún y los más osados le echaban aceitunas. Ahora, sin embargo, no tenemos límites. Todo vale para hacer una ensalada.
Hoy os traigo una de mis preferidas que por cierto, en esta ocasión una vez más, es de Mi Otro Yo. Espero que os guste.
INGREDIENTES
Espinacas frescas
Champiñones frescos laminados
Tiras de bacon frito
Frutos secos
Aceite de oliva virgen
Crema de vinagre balsámico de Módena (yo lo encuentro en Mercadona)
Sal
PREPARACIÓN
El secreto de la receta de hoy no se basa tanto en la elaboración como en la elección de un buen producto. La preparación es tan fácil como lavar bien las espinacas y el champiñón y mientras se seca, freír las tiras de bacon en unas gotitas de aceite de oliva. A continuación, montar el plato poniendo las espinacas, el champiñón, las tiras de bacon frito y los frutos secos (pipas de girasol ó calabaza, nueces...). Y después aliñar. Él dulzor de la crema del vinagre balsámico le va fenomenal con el amargor de las espinacas. Si no tienes, puedes aliñarla con vinagre normal o de Módena sin más y a la hora de freír el bacon, echar una cucharadita de azúcar para que se caramelice un poco. Sencilla, ¿verdad? Tan sencilla como rica.
¡¡¡¡FELIZ VIERNES!!!