Voy a resumir muy brevemente esos motivos que me llevaron a desaparecer. Fin de una etapa de muchos años, cambio radical en mi vida, una situación nueva, difícil y dura, muy dura: divorcio. C’est la vie.
Hoy quiero volver a estar aquí. Poco a poco voy regresando a la normalidad y echo de menos publicar, escribir sobre maternidad (ahora desde otro punto de vista), sobre chuminadas varias y compartir con vosotras todas esas cosas, porque durante todo aquel año en el que escribía semanalmente me sentía plena, ilusionada y con la agradable sensación de estar haciendo algo que me gustaba. Puede que no esté con la frecuencia de antes, no quiero obligarme a nada, pero sí sé que quiero estar aquí.
Sinceramente, las musas han regresado pero vuelven un poco más tristes, cabizbajas. Espero que la eterna payasa que habita dentro de mí les plante cara, les dé dos hostias bien dás y se las lleve de fiesta, a ver si así levantan cabeza.
Por último, quiero decir que me siento orgullosa de esas pedazo de señoras que me acompañan en la cabecera, que han estado en lo bueno y en lo malo, que me demuestran cada día que es posible eso de encontrar amistades de las buenasdeverdá en este mar de incertidumbre que es el intenné y que han sabido entender mis ausencias y mis monotemáticas presencias (Momento lacrimógeno patrocinado por Kleenex. Es que las marcas nos acosan.)
Maris, la friki vuelve a casa.