Historia sobre el Papanicolaou que casi me salto este año

Este año cuando Felipe cumplió un año pensé: “tanto tiempo he ido al ginecólogo durante estos últimos años con mis tres embarazos que me merezco descansar 1 añito de mi chequeo”

Dos semanas después me dio mastitis. Tres años de lactancia entre mis tres bebés y nunca me había dado mastitis. Así que obligada me tocó ir al ginecólogo para curarme la mastitis. De paso ahí me hice mi chequeo anual. Todo pasa por algo. Todo pasa por algo.

Una semana después volví para mi seguimiento de la mastitis y ahí es cuando recibí una noticia que me desmoronó el mundo durante los siguientes meses.

Tu Papanicolaou regresó con anormalidades

Primera vez en mi vida. Tantos Papanicolaous durante todos estos años y primera vez que me regresa algo anormal.

El doctor me aseguró que lo más posible es que sea nada más una inflamación pero que por seguridad quería hacerme un procedimiento llamado Colposcopia en donde se revisan las células del cuello del útero con un microscopio y una solución acética que hace resaltar si existen células anormales. Me hizo una curación para ayudar con la inflamación y debía esperar 4 semanas hasta que se cure eso y volver.

Un mes después teníamos que hacer ese procedimiento (los ciclos menstruales hacen que tengamos tanto tiempo de espera entre exámenes, resultados y procedimientos). Todo este tiempo pasé pensando en todo lo que debía y lo que no. Tuve días llenos de sentimientos, días en los que me rehusé a hacer nada y días en los que me inundé de cosas para despejar mi mente.

Llegó el día del examen. El área anormal con la solución acética se hace blanca (¡así me lo enseñó Dr. Google!) y cuando la aplicó en mi cuello de útero inmediatamente pude ver que tenía una lesión blanca. Así empezó la segunda etapa de esta historia.

Tengo una lesión con células anormales.

¿Es cáncer? ¿Tengo cáncer? No puedo tener cáncer, tengo MIL cosas que vivir aún. Mis bebés. Mis tres bebés.

El doctor tomó una muestra para hacer un examen más detallado de las células y determinar si son pre-cancerígenas o cancerígenas. Ya me anticipó que íbamos a tener que remover la lesión mediante una operación, sea lo que sea.

10 días más de espera.

Esta fue la espera más larga de mi vida. Tenía tanto miedo, no podía dormir, no quería comer, no podía concentrarme, pasaba tanto tiempo leyendo sobre miles de posibilidades que podrían ser y pensando en cómo iba a hacer todo y tanto si el resultado era cáncer. Me aislé de todo y de todos.

Llegaron los resultados.

Fui donde el doctor el Viernes antes del Día de la Madre y les puedo decir que mi mejor regalo de este año fueron sus palabras:

No es cáncer.

Respira, no es cáncer. Sí, son células anormales que han empezado un proceso que podría después de un tiempo volverse cáncer. Pero no es aún. Estoy a tiempo, me removerán las células y espero eso sea lo último de esta “Historia sobre el Papanicolaou que casi me salto este año”.

Tuve suerte, casi me salto ese Papanicolaou pero las cosas pasan por algo y me dio mastitis y entonces fui y me lo hicieron. Tuve suerte, porque mis células aún no son cáncer. Tuve suerte, porque solo con una operación para removerlas es suficiente.

Tuve suerte

Hoy me recupero de mi cirugía que fue ayer. Es un procedimiento médico sencillo, lo hacen con anestesia general entonces no se siente nada, pero como todo procedimiento tiene sus cuidados y tiempo de recuperación, así que me tocarán unas semanas descanso obligado.

El cáncer al cuello del útero es muy común. En el Ecuador, 20 de cada 100 mil mujeres lo padecen. Es un cáncer silencioso y asintomático. Pero la ventaja que tiene es que tiene un tiempo largo de evolución y entonces hay como detectarlo antes de que se vuelva cáncer y cuando solo empiezan a cambiar las células, como en mi caso.

¿Se imaginan la suerte que tenemos que haya cómo hacer eso?

Pero eso no hay cómo hacer si no están al tanto todos los años de su Papanicolaou. Ahora entiendo la importancia del chequeo ginecológico anual. Ahora entiendo que es tan importante que no me puedo tomar ni un añito aunque haya ido 80,000 veces en los últimos años.

Mi “Historia sobre el Papanicolaou que casi me salto este año” tiene un final feliz. Pero tal vez la tuya no. Así que no pospongas más, agenda hoy tu cita con tu ginecólogo para tu chequeo anual.

Saca cita. Hoy. No en un añito, hoy.

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