Si hace unas semanas os hablábamos de la seguridad en las piscinas, hoy toca tratar el tema del contagio, también en piscinas, de hongos e infecciones en los pies, mucho menos peligroso pero tremendamente incómodo y pesado.
La primera pregunta que siempre surge es ¿por qué hay hongos en las piscinas? Fundamentalmente el calor y la humedad es el caldo de cultivo perfecto para la aparición de hongos en estas instalaciones. ¿Y qué no faltan en las piscinas? Pues eso.
La dolencia que con más frecuencia se adquiere es el pie de atleta ( micosis interdigitales o tinea pedis), una infección de la piel causada por una variedad de diferentes hongos (dermatofitos).
Los síntomas aparecen en forma de enrojecimiento, grietas y escamas en la piel entre los dedos, generalmente entre el pulgar y el índice. En la mayoría de las ocasiones provoca picor, escozor y en muchas ocasiones ardor.
Es importante acudir al médico en cuanto se detecte porque el pie de atleta no tratado puede empeorar apareciendo ampollas y grietas que degeneren en infecciones bacterianas secundarias.
¿Y qué se puede hacer para evitar el contagio?:
Evitar ir descalzado por las instalaciones de la piscina donde el suelo esté mojado. Siempre utilizar chanclas o escarpines (fanequeras para los que vamos a Galicia)
Nunca entres descalzo en los aseos/vestuarios
Pasar por la ducha antes y después de cada baño, siempre con las chanclas puestas
Después de la ducha, secarse bien los pies, especialmente entre los dedos
No compartir nunca chanclas o toallas
Paloma Cano
Doctora Sin Zapatillas y Médico de Familia