Las caries son, junto a los resfriados, uno de los trastornos más comunes entre niños y jóvenes, además de la principal causa de pérdida de dientes. Puede parecer que es un mal menor, pero lo cierto es que en muchas casas las caries aparecen a edad muy temprana y suelen ser un shock para toda la familia.
Esta enfermedad infecciosa está considerada, actualmente, como una disbiosis causada por el consumo de azúcares; es decir, se considera que es una enfermedad azúcar-dependiente, junto con la obesidad. La caries dental es actualmente la enfermedad crónica más frecuente en la infancia con una elevada prevalencia en preescolares españoles.
Es en el hogar donde los padres deben asumir el papel de gestores principales de la salud oral de sus hijos, ya que son estos los que están cada día con ellos. Los padres deben tener la información de cómo y cuándo empezar con la higiene bucal, por lo menos hasta que el niño adquiera la habilidad motora suficiente para hacerlo solo que, por norma, se consigue sobre los 710 años. A partir de ese momento, supervisar el cepillado nocturno hasta la adolescencia.
Los niños deben saber que un correcto cepillado de los dientes proporciona frescura y limpieza en nuestra boca y esto a la vez favorece a una sonrisa bonita. Además, nos corresponde a nosotros enseñar a nuestros hijos hábitos de higiene básicos, contribuyendo a su bienestar general para evitar molestias y enfermedades, es por esto es importante que el cepillado de los dientes se convierta en una rutina cotidiana al levantarse, acostarse y después de cada comida, para evitar la aparición de caries o problemas bucodentales antes de tiempo.
Establecer unos buenos hábitos de higiene bucal desde pequeños es el primer paso para tener unos dientes sanos toda la vida.
¿Qué debemos saber de la Caries?
Debemos saber que la caries es una afección del diente ocasionada por un conjunto de circunstancias: las bacterias existentes en la boca convierten los restos de alimentos y saliva en una placa que se adhiere a los dientes y destruye los tejidos. Si esta placa no es eliminada, ataca el esmalte y penetra en la cavidad interior del diente, donde están los nervios y vasos sanguíneos, provocando dolor, inflamación o sensibilidad.
La regularidad del cepillado es determinante después de la dentición. El mejor consejo es realizar una limpieza regular desde que comienza a aparecer el primer diente, pero no solo es importante lavarse varias veces los dientes, sino también la forma o la técnica que se utiliza. Si el cepillado es incorrecto, no cumple su finalidad y, lo que es peor, puede dañar los dientes e irritar las encías. El aseo bucal de tu bebé debe realizarse con mucho cuidado.
La CPI está estrechamente asociada con un consumo frecuente de carbohidratos fermentables, por lo que cualquier tipo de azúcar consumido con frecuencia, en presencia de SM, puede ocasionar caries. Por ello, se aconseja evitar toda fuente de azucares refinados durante los primeros dos años de vida cuando el niño es más susceptible de establecer un proceso virulento de caries. Se debe informar y sugerir a los padres que eviten azúcares ocultos (leche chocolatada, galletas, bollería, jugos industriales, pan de molde o pan blando, patatas fritas embolsadas, refrescos de cola, etc…) Se desaconsejan, de manera especial, los azúcares entre comidas y los de consistencia pegajosa.
Dudas que podemos tener
Es habitual que los padres se pregunten cuestiones como a qué edad enseñar al bebé a limpiarse los dientes, cuándo hay que comenzar a cepillarles o de qué manera, es por eso por lo que dejo algunas preguntas y respuestas que podrán ayudarte.
¿Las caries son genéticas?
La caries es una enfermedad crónica a causa de una disbiosis azúcar dependiente que depende de muchos factores, principalmente: insuficiente higiene oral, biberón o lactancia materna a demanda y/o nocturna, consumo frecuente de carbohidratos fermentables, colonización oral bacteriana precoz, presencia de placa bacteriana visible, historia anterior de caries, niveles elevados de Streptococcus mutans (SM), flujo o función salival reducidos, bajo nivel socio-económico de los padres y/o pocos conocimientos sobre salud oral.
Las caries en sus etapas iniciales pueden ser detenidas; sin embargo, si progresa hacia la dentina y pulpa (nervio) deben ser abordadas para evitar dolor, infecciones bucales y faciales, etc.
¿Por qué es importante mantener sanos los dientes de leche, si se le van a caer?
Porque una boca libre de caries en la infancia está directamente relacionada con una boca sana en la edad adulta. Si quieres que tu hijo sea un adulto sin caries, ¡cuida sus dientes de leche!
Si existe una infección en los dientes de leche, los dientes permanentes que se encuentran justo por debajo, se pueden ver afectados. Asimismo, un niño con caries en los dientes primarios será probablemente un adulto con múltiples caries y restauraciones en la dentición permanente.
Porque los dientes de leche sirven para que tu hijo mastique bien, hable correctamente, para mantener el lugar para los dientes permanentes. Además, una sonrisa sana ayuda en el desarrollo de su autoestima.
¿Qué consecuencias puede tener la caries?
Dolor intenso, visitas de urgencia y hospitalizaciones por infección facial.
Disminución en el desarrollo físico y en la capacidad del aprendizaje.
Coste elevado de tratamiento.
Trastornos alimentarios
Mayor índice de caries en los dientes permanentes.
¿Cuándo debo empezar con la limpieza de la boca de mi hijo?
¡Empieza ya!
Idealmente antes de la erupción de los dientes de leche; masajea sus encías con una gasa o un pañito limpio humedecido en agua. Recuerda que cuando realices la rutina del cepillado de los dientes del recién nacido tienes que hacer hincapié en las fisuras y hendiduras de su boca.
Una vez hayan salido sus dientes de leche, la limpieza es obligatoria. Utiliza una gasa humedecida o un dedal suave, al menos dos veces al día. Recuerda que cuando realices la rutina del cepillado de los dientes del recién nacido tienes que hacer hincapié en las fisuras y hendiduras de su boca.
A partir del año, utiliza un cepillo dental infantil de cerdas suaves y realiza el cepillado al menos 2 veces al día.
A partir de la erupción de sus muelas (18-24 meses) pasar un hilo dental entre las zonas de contacto de éstas, cada noche.
Recuerda que los niños hasta los 7-8 años no tienen la habilidad suficiente para realizar una higiene bucal eficaz solos.
Si a pesar de todos nuestros esfuerzos al final al niño le acaban apareciendo las caries, lo más recomendable es acudir a un odontopediatra tan pronto nos demos cuenta de que están ahí.
¿Qué pasta de dientes debo usar?
En niños entre 6 meses y 2 años, cepillarse los dientes un mínimo de 2 veces al día con una pasta dental de 1000 partes por millón (ppm) de flúor en cantidad mínima; esto es tamaño “mancha”.
Para niños entre 2 y 4 años, cepillarse los dientes un mínimo de dos veces al día con pastas dentales de 1000 ppm de flúor pero la cantidad no debe ser más grande que un “grano de arroz”.
A partir de los 4 años, cepillarse los dientes un mínimo de dos veces al día con una pasta de dientes de, como mínimo 1000ppm aunque ya puede ser de 1450 ppm de flúor y tamaño “guisante”; la anchura del cabezal del cepillo.
¿Cuándo debo llevar a mi hijo al odontopediatra?
Idealmente, antes de su primer cumpleaños y, en su defecto, en el primer aniversario. recomendamos realizar una consulta con el odontopediatra antes del primer año de vida del bebé. Los padres llevaran a su bebé al dentista para que no tenga caries, no para curarlas.
Recuerda que debes ir al dentista para que te enseñe las herramientas de que dispones para intentar que tu hijo nunca padezca caries dental, no para tratarlo.
Los consejos y el asesoramiento temprano del odontopediatra te ayudarán a que nunca sufra de un dolor de muelas o deba pasar por una anestesia dental.
Cepillos de dientes infantiles
Puedes animarle a que elija su propio cepillo, de los colores que él quiera y con los dibujos que le gusten, dentro de la multitud de cepillos que existen en el mercado para los niños, para que vaya practicando, y adquirir el hábito que es lo más importante. En el mercado podemos encontrar:
Cepillo dedal: Recién expuesto al mercado, su forma lo hace de fácil uso. El cepillo tiene una manguita que te colocas en el dedo y con las cerdas de la cabeza podrás estimular, limpiar y proteger las encías de tu bebé.
Mordedor Rasca Encías: De fácil agarre por su diseño de mango redondo. Tiene formas irregulares de siliconas que al morderlo calmará la comezón de tu bebé sin lastimarlo.
Cepillos de entretenimiento: A partir del sexto mes de nacido se usan para acostumbrarlo al aseo diario.
Cepillos de dientes: Parecido a los cepillos que usas, mamá, pero en vez de cerdas tiene puntitas de silicona que suavizan el lavado. Tiene un pequeño mango para controlar los movimientos.
Recuerda que la higiene bucal se realiza tanto para establecer unos buenos hábitos orales como para proteger sus dientes de leche. Al acostumbrar a tu bebé a una limpieza dental y a pasar el hilo dental, crearás un patrón de cuidados que lo acompañarán durante el resto de su vida. Además, debemos tener presente que nosotros somos sus ejemplos, así que, si él os ve lavando vuestros dientes, vuestro hijo lo interiorice como algo bueno y divertido. Podéis descargaros el folleto.