La primera visita al dentista es la base para el cuidado y prevención de la salud dental. En este post te cuento los aspectos más importantes.
La salud de nuestra boca es uno de los factores más importantes de nuestro estado general. Sin embargo, a veces por pereza, por miedo o por desconocimiento, vamos retrasando la visita al dentista todo lo que podemos.
Un buen asesoramiento sobre el cuidado y la higiene dental de los niños desde los primeros años de su vida puede marcar la diferencia en cuanto a los problemas bucodentales que puedan aparecer en el futuro.
Por eso en este post quiero contarte nuestra experiencia con la primera visita al dentista de mi hijo, espero que te sirva de ayuda. ¡Comenzamos!
La primera visita al dentista
¿Cuándo visitar al dentista por primera vez?
Pues cuanto antes mejor. En teoría se debería hacer en cuanto aparecen los primeros dientes, para que nos expliquen todo lo necesario sobre el cepillado y la prevención de las caries.
En nuestro caso hemos ido con 2 años y medio y afortunadamente no se ha encontrado ninguna caries ni problema. Sin embargo, es bastante frecuente que niños de tan solo 3 años ya presenten caries por lo que la recomendación es concertar una cita con el dentista lo antes posible y no esperar tanto como nosotros.
¿Dónde acudir?
Por desgracia, la Seguridad Social ofrece asistencia dental a partir de los 6 o 7 años (dependiendo de la Comunidad Autónoma), lo cual puede ser realmente tarde como ya hemos visto. De tal manera que solo disponemos en el sistema sanitario público de los consejos de higiene de los pediatras y enfermeros, lo cual desde mi punto de vista es insuficiente.
Por este motivo resulta imprescindible acudir a una clínica privada. Si bien cualquier dentista está capacitado para evaluar a nuestros peques, mi recomendación es buscar un odontopediatra.
El odontopediatra no solo estará especializado en las patologías dentales de los niños sino que además tendrá la experiencia y el manejo necesario para que la visita al dentista sea percibida como algo divertido y no como un mal trago.
Pexels
¿Cómo es la primera visita al dentista?
En primer lugar el dentista te hará una serie de preguntas sobre los hábitos de alimentación e higiene bucal de tu hijo, mientras que a la vez irá ganándose su confianza enseñándole los utensilios, el sillón, los moldes de dientes…
Después explorará la boca del niño, observando las piezas dentales que ya han emergido, la forma de la mandíbula y el maxilar y en búsqueda de posibles caries, sarro u otros problemas.
Además, es muy probable que te pida que cepilles los dientes del niño en la consulta, para comprobar cómo es vuestra técnica y si es necesario mejorarla. Por eso, es recomendable acudir a la cita con el dentista con el cepillo y la pasta que empleáis normalmente.
La primera visita al dentista se debería hacer en cuanto aparecen los primeros dientes, para que nos expliquen todo lo necesario sobre el cepillado y la prevención de las caries.
Clic para tuitear
Resumen de nuestra primera visita al dentista
En nuestra primera visita la dentista nos informó de un montón de cosas. Algunas ya las sabíamos y las poníamos en práctica pero otras nos pillaron por sorpresa.
El cepillado
El cepillado debe hacerse después de cada comida o, en su defecto, un mínimo de 2 veces al día, siendo el cepillado más importante el de la noche. Aquí ya encontramos el primer fallo, puesto que en la escuela infantil no les lavan los dientes tras la comida del mediodía. ¿Por qué? No lo sé, pero es algo que debería cambiarse.
Para cepillar los dientes puede usarse un cepillo convencional o uno eléctrico con cabezal para niños. Ambos son buenos, lo importante es dedicar el tiempo suficiente a cepillar cada pieza dental por sus tres lados, al menos dos minutos de cepillado.
Un truco es utilizar la mínima cantidad de agua posible en el cepillo, para que no salga mucha espuma y el peque aguante mejor el cepillado.
Aunque dejemos al niño jugar y experimentar primero con el cepillo para que vaya aprendiendo, el cepillado debe ser hecho por un adulto, para asegurarnos de que se realiza correctamente. Además, y esto nos sorprendió mucho, lo ideal es que el niño se coloque tumbado boca arriba o en una silla y con la cabeza hacia atrás para que tengamos total acceso a los dientes superiores, que son más difíciles de alcanzar con el cepillo.
Pexels
La pasta de dientes
Las pastas de dientes que utilicemos para los niños deben ser específicas infantiles, porque tienen mejor sabor y no tienen agentes irritantes para el estómago en caso de que se trague un poquito. Además debemos fijarnos en la etiqueta y asegurarnos de que tenga 1000 ppm de flúor en su composición.
Tan solo se debe aplicar una cantidad similar a un granito de arroz en niños de hasta 3 años sobre el cepillo, puesto que no necesitamos que se llene la boca de espuma y además podría tragarla con más facilidad. A partir de los 3 años bastará la cantidad similar al tamaño de un guisante.
Por último, no es recomendable que el niño se enjuague con agua tras el cepillado, si no simplemente escupir el exceso de saliva y listo.
La comida
Cuando le contamos a la dentista que habíamos practicado el baby-led-weaning para introducir la alimentación complementaria se puso muy contenta. Y es que, al parecer, los niños que comienzan a masticar los alimentos desde el principio desarrollan menos problemas dentales y tienen un mejor desarrollo de la musculatura masticatoria.
También nos recomendó que huyéramos de todo aquel alimento que se autodenominara infantil (yogures infantiles, galletas infantiles, etc.) puesto que tienen más cantidad de azúcar y pueden provocar caries. En sus palabras, que coma comida lo más normal posible
Pexels
El chupete y biberón
Nuestro peque ya había dejado el chupete y el biberón, pero aun así no está demás recordar por qué no es recomendable su uso prolongado.
Según la Asociación Española de Odontopediatría el uso del chupete más allá de los 3 años puede provocar malformaciones dentales. El proceso por el que se pueden producir estas malformaciones es el siguiente:
Cuando un niño se introduce la tetina de un chupete en la boca y lleva a cabo lo que los expertos denomina succión no nutritiva los dientes centrales inferiores se desvían paulatinamente hacia dentro, mientras que los que se encuentran en el mismo plano, pero en el maxilar superior, tienden a separarse y a sobresalir hacia fuera (dientes de conejo). Con el tiempo, los caninos (colmillos) chocan entre sí y ambas filas de dientes no se cierran correctamente (mordida abierta). Además, la acción de succionar pone en funcionamiento una serie de músculos de la cara que, junto con la posición de la lengua, hacen que, finalmente las líneas superiores e inferiores pierdan su paralelismo (mordida cruzada).
Además, la costumbre de poner alimentos (miel, leche, zumo) en el chupete favorece la aparición de caries y no debería hacerse nunca. Igualmente, el biberón no debería usarse para zumos, cereales ni otro tipo de bebidas, siendo lo más recomendable que aprendan a beber en vaso en cuanto sea posible.
Prevenir las caries
Existen varios factores que están implicados en la aparición de las caries: la predisposición genética, el consumo de azúcar y los hábitos de higiene. Sobre la genética poco podemos hacer, pero si tenemos controlados los otros dos factores podremos prevenir la aparición de las caries.
Cuando pensamos en el consumo de azúcar seguramente nos venga a la cabeza la imagen de piruletas, caramelos o chocolate. Pero hay otros alimentos en los que el azúcar se encuentra oculto y se deberían evitar.
Este azúcar oculto está presente en zumos (tanto industriales como naturales), bollería (croissants, galletas, bizcochos), yogurts líquidos, pan de molde, patatas fritas, snacks dulces o salados, refrescos, etc… La odontopediatra nos hizo especial énfasis sobre los zumos (caries líquidas les llamó) puesto que es mucho mejor tomar las piezas de fruta enteras y porque tienen gran cantidad de azúcares libres.
Y si en algún momento no puedes evitar el consumo de azúcar, cepillarle los dientes inmediatamente será una buena estrategia para evitar su efecto negativo.
Pexels
Otros consejos
¿Sabías que si un niño duerme con la boca abierta tiene más riesgo de presentar problemas orales? Yo no, y me causó muchísima curiosidad.
Pues resulta que está relacionado con problemas de maloclusión dental y con la aparición de caries por la sequedad de la boca al dormir con ella abierta. Así que si observas que tu niño duerme con la boca abierta ciérrasela empujando suavemente su barbilla.
Por último, la dentista nos explicó cómo observar la boca del niño en busca de caries y la manera para detectarlas de modo precoz. Puedes ver la técnica de levantar el labio y cómo se ven las caries de los niños en el siguiente documento.
COMO-DETECTAR-CARIES-EN-LOS-NINOSDescarga
El cepillado debe hacerse después de cada comida o, en su defecto, un mínimo de 2 veces al día, siendo el cepillado más importante el de la noche.
Clic para tuitear
Espero que este post te haya resuelto dudas sobre la primera visita al dentista de los niños y que te anime, si no lo has hecho aún, a pedir cita con el especialista.
Publicado inicialmente el22 marzo, 2021 @ 7:07 am