La alteración del ritmo biológico en la astenia primaveral
Para comprender por qué existe la astenia primaveral (también otoñal) debemos entender un poco acerca de nuestro sistema endocrino. Cada día de nuestra vida se segrega en este una hormona que está asociada al bienestar (o al malestar). Se trata de la betaendorfina, uno de los 20 tipos de endorfinas de nuestro organismo. La carencia de betaendorfina puede provocar irritabilidad, nerviosismo, tristeza, cansancio y apatía.
El gran inconveniente para detectarla durante los meses de primavera radica en que al aumentar las horas de luz, los peques tienen más horas de actividad por lo que pensamos que el cansancio y la apatía están ocasionadas por una mayor exigencia en la actividad y rendimiento del niño.
Cómo prevenir y tratar la astenia primaveral en niños
Hay niños que tienen una predisposición a padecerlo aunque, desde luego, el estilo de vida puede prevenir la aparición de la astenia primaveral. Los más pequeños necesitan una rutina establecida para que su desarrollo físico y psicológico sea óptimo. Estas son las recomendaciones que se suele dar desde los gabinetes psicológicos para la prevención y tratamiento de la astenia primaveral en niños:
– Ejercicio físico: Se ha demostrado que el ejercicio físico acarrea una liberación de dopamina (centro de la motivación y de la recompensa) así como de endorfinas (vinculadas a la felicidad y al placer). El hecho de que el deporte nos haga sentir tan bien no es casualidad, por lo que para prevenir la astenia primaveral, el ejercicio físico es una maravillosa opción.
– Dieta equilibrada: Parece un tópico pero es que la alimentación saludable es uno de los pilares indiscutibles para prevenir la astenia primaveral. El aporte de nutrientes y vitaminas adecuado es indispensable para que el niño tenga una salud física y mental adecuada.
– Descanso adecuado: Los niños deberían dormir entre 9 y 10 horas hasta los 18 años. De hecho está demostrado que los niveles de cortisol (hormona del estrés) se reducen enormemente después de un buen descanso y, al contrario, cuando se duerme menos de lo que se debe, estos aumentan. El incremento de cortisol está, a su vez, relacionado con el sobrepeso ya que la escasez de descanso aumenta el nivel de apetito (es uno de los efectos sobre el sistema endocrino) incrementando nuestra necesidad de glucosa (pastas, bollería…etc).
– Hidratación: En un pasado, pocos niños bebían el agua que necesitaban. Sin embargo, actualmente se conocen los incuestionables beneficios del agua y es por eso que añadimos esa recomendación para prevenir la astenia primaveral en niños.
La importancia de la rutina en la niñez para prevenir trastornos físicos y psicológicos
Se tiende a subestimar la importancia de los horarios fijos para los menores. Según un estudio, el 55% de lo niños de entre 6 y 15 años no tiene una rutina fija. ¿El resultado? Peor descanso, malos resultados académicos y un riesgo mayor de sufrir trastornos emocionales en la edad adulta. ¿Comporta tantas consecuencias realmente no mantener una rutina cuando se es niño? Solo tienes que pararte a pensar que te sucede a ti cuando vuelves de vacaciones. Después de dos semanas con los horarios trastocados te sientes ansioso, algo depresivo y con la sensación de estar perdiendo el control, ¿verdad?. Pues ahora imagínate a tu hijo de 10 años teniendo que enfrentarse a esa incertidumbre constante. La respuesta es un motivo más para padecer una sintomatología como la de la astenia primaveral.
Si detectas síntomas que te hacen sospechar, nuestros psicólogos infantiles de Madrid podrán valorar si tu hijo/a sufre de astenia primaveral.
Autora: Alex Bayorti (colaboradora de nuestro Blog)