¿ Y si pudiésemos enseñar a nuestros hijos desde pequeños a fomentar un lenguaje positivo? ¿cómo afectaría al desarrollo de su personalidad? Y lo más importante ¿cómo determinaría este aspecto en su salud y su calidad de vida?
Luis Castellanos y sus colaboradores Diana Yoldi y José Luis Hidalgo, expertos en neurociencia y lenguaje positivo, nos presentan “La ciencia del lenguaje positivo” un libro sobre el poder de las palabras en nuestro cerebro y cómo estas determinan el rumbo de nuestro pensamiento, actitud ante la vida e incluso salud y longevidad.
Jose Luis Castellanos
Jose Luis Hidalgo
Diana Yoldi
@TrucosdeMamás ha planteado al equipo que ha elaborado “La ciencia del Lenguaje Positivo” una serie de preguntas sobre como podríamos como padres ejercer una labor positiva en nuestros hijos a traves del lenguaje y potenciar su inteligencia a través de la palabra.
¿Cuales son las pautas para enseñar a un niño el lenguaje positivo desde su nacimiento?
Sobre todo, esto, centrémonos en sus fortalezas, ayudémosle a tener un habla interior rico y saludable que le permita tratarse bien cuando en la vida tenga sus pequeñas dificultades. En estas situaciones solemos castigarnos mucho y es muy bueno evitar que el niño se culpabilice demasiado.
Los niños tiene que encontrar su propia voz, es muy importante que sepan reconocer sus logros y que los expresen a menudo, sobre todo, los centrados en el esfuerzo, no tanto en los resultados.
¿Que ejercicios nos recomendaría hacer con nuestros hijos para potenciarlo?
Hay un ejercicio precioso que muchas veces lo compartimos con los padres de las empresas en las que trabajamos. Es muy sencillo y muy efectivo: compremos un recipiente bonito, pongamos un pequeño taco de post it y un rotulador al lado del mismo, e invitamos a todos los miembros de la familia a que apunten experiencias positivas vividas en los post it, y el día de la semana que decidamos los leemos en alto. Generamos ambientes enriquecidos cada vez que ayudamos a expresar en positivo a nuestros hijos, evitamos así un lenguaje a la plancha que nos nutre muy poco.
Si no fomentamos una actitud positiva en nuestros hijos ¿que consecuencias podría tener en un futuro?
A nosotros en El Jardín de Junio nos gusta hablar de qué podemos ganar si utilizamos el lenguaje positivo en lugar de qué perderíamos si no lo practicamos. Se ha demostrado que la utilización repetida y honesta de un lenguaje verbal y gestual (quizá más importante que el primero) genera una mayor reserva cognitiva y emocional en nuestro cerebro, es decir, tenemos más opciones de mantener con calidad las funciones esenciales del mismo a lo largo del tiempo.
¿Trabajan únicamente con adultos o tienen grupos de niños y adolescentes?
En principio trabajamos normalmente con personas adultas, ahora bien, estamos muy interesados en desarrollar el lenguaje positivo en los colegios e institutos, hemos planteado proyectos pioneros con los profesores en diferentes centros educativos y perseveramos en los mismos para que muy pronto podamos potenciar este lenguaje en los alumnos.
Estamos convencidos de que el lenguaje acelera y facilita un incremento positivo en los resultados académicos, además hemos tenido alguna experiencia individual con adolescentes a los que hemos ayudado a encontrar recursos adecuados para tener emociones positivas.
En su libro explica que, el hecho de experimentar emociones positivas tiene un efecto saludable. y nos ayuda en muchos aspectos de la vida: ¿ que efectos ha notado en las personas que han llevado a cabo esto?
Las personas con las que trabajamos son altos directivos de las empresas más importantes de este país, sus equipos de trabajo, deportistas y entrenadores de alta competición, cocineros de renombre y profesionales de diferentes áreas; pues bien las consecuencias de trabajar con ellos el lenguaje positivo son que se vuelven más creativos y abiertos, suelen ser más perseverantes y pacientes, expresan mejor sus emociones, comunican de una forma más precisa, lideran desde la iniciativa haciendo a la vez más proactivos a sus equipos, ah, y, sobre todo, embellecen, están más guapos.
¿Cómo podemos fomentar la inteligencia emocional en nuestros hijos?
Somos expertos en cómo poner inteligencia en el lenguaje que habitamos todos los días. Una parte muy importante de la inteligencia emocional consiste precisamente en identificar las emociones que afloran en el cuerpo, sobre todo en la cara, por eso la propuesta que tenemos para criar emocionalmente a nuestros nenes es que sepan expresar con las palabras adecuadas qué les ocurre y qué información valiosa han obtenido de la experiencia emocional. De esa manera podrán decidir en un futuro próximo la conducta que van a tener ante esa emoción, aunque es una labor ardua y se requiere mucha paciencia. En este sentido hay experiencias únicas en colegios de este país donde los propios alumnos, desde cursos muy tempranos, median en los conflictos, utilizan palabras tranquilizadoras y de ánimo para resolver los mismos.
En casa podemos tener asambleas divertidas de vez en cuando donde podamos expresar cómo nos sentimos en un ambiente confortable y seguro. Le puedo asegurar que estas asambleas funcionan!, las perciben como un auténtico regalo.
¿Cuáles son las palabras de “Alta activación” que nos recomienda emplear con nuestros hijos?
Las investigaciones más importantes, Snowdon, Pennebaker, Seligman… recomiendan aquellas palabras que expresan sentimiento positivo, son palabras que reflejan amor, alegría, felicidad, esperanza, aquellas palabras que nos inducen a emprender proyectos. Es el lenguaje que genera positividad, crecimiento, vínculos afectivos, un lenguaje nuevo, próspero, centrado en las posibilidades, que aporta beneficios en los contratiempos. El tipo de palabras que nos hacen vibrar como por ejemplo: gracias, quiero, disfruto, puedes, maravilloso… mención aparte merece el adverbio afortunadamente, el poder de esta palabra es enorme, hace que giremos la percepción negativa en positiva y que cambiemos rápidamente de paradigma.
Cualquier afortunadamente antes de un problema genera en nuestros hijos un cambio rapidísimo en positivo.
Daniel Goleman habla sobre la importancia del lenguaje a la hora de desarrollar nuestra inteligencia emocional y la importancia de la educación de los sentimientos. ¿Desde dónde hay que partir para fomentar esto?
Sin lenguaje no podemos acceder al conocimiento de nosotros mismos, permite gestionar nuestra propia inteligencia, tener control de las emociones implica cuidar nuestro lenguaje, tener una actitud determinada en la búsqueda de palabras y gestos propios. Así lo que proponemos desde nuestro Servicio de Inteligencia Lingüística (SiL) es que tomemos conciencia de nuestro lenguaje, y ser consciente significa identificar las palabras que habitamos y que conforman nuestra vida, para ello es bueno detenerse, preguntar a otros acerca de cómo perciben nuestro lenguaje, bucear en uno mismo tomando distancia de uno mismo y viendo el impacto que tienen nuestras palabras en nuestro entorno, la peor palabra muchas veces son nuestros silencios, el peor gesto el del desprecio. Y mucho ojo con las frases killer que forman parte de nuestro universo lingüístico; una frase killer es aquella que deja sin energía literalmente a quién la recibe, mata la motivación y las ganas; ejemplos de frases killer me esperaba otra cosa si lo llego a saber no es por nada, pero… mucho cuidado con estas frases, destruyen las relaciones; sin embargo un gesto amable, una mirada divertida, reírnos de nosotros mismos y decir un sencillo sí de vez en cuando nos vuelve vitales. Y ya se sabe que detrás de la vitalidad está la salud.
“El poder de las palabras” es un libro recomendable 100% primero, para nosotros como adultos mejoraremos nuestra calidad de vida y el hecho de vivir intensamente el día a día y segundo, para inculcar esas palabras en las nuevas generaciones y fomentar una actitud positiva ante la vida.