Los cambios físicos y emocionales que experimentan los adolescentes pueden hacer que la relación con ellos sea complicada y, a veces, frustrante.
Sin embargo, es fundamental tratar de establecer la mayor afinidad posible para hablar con tus hijos adolescentes de una forma lo más fluida, para así fortalecer los lazos familiares y ayudarles a enfrentar los desafíos propios de esta etapa de la vida.
Escucha activa
¿Qué es la escucha activa?
La escucha activa, según Carl Rogers (psicólogo y terapeuta humanista conocido por su enfoque centrado en el cliente en la terapia) es un enfoque de comunicación que se centra en comprender y empatizar con la persona que está hablando.La escucha activa implica prestar una atención completa y genuina a la persona que habla, sin juzgar ni interrumpir.
El objetivo es comprender los sentimientos, pensamientos y perspectivas del interlocutor desde su punto de vista, sin imponer opiniones propias.
Esto crea un ambiente de apoyo y empatía, lo que puede fomentar la autoexploración y el crecimiento personal.
Rogers creía que la escucha activa era esencial para establecer relaciones terapéuticas efectivas y también podía aplicarse en contextos cotidianos, como la comunicación interpersonal y la resolución de conflictos.
La empatía y la comprensión son elementos clave de la escucha activa según la perspectiva de Carl Rogers.
Aplicando la escucha activa con tus hijos/as
La escucha activa es una de las habilidades de comunicación más importantes cuando se trata de hablar tus hijos adolescentes. Estas son algunas pautas a seguir para mantener una escucha activa con tus hijos/as:Mantén contacto visual: Cuando tu hijo/a te está hablando, asegúrate de mirarle (olvídate del móvil en este momento) para demostrarle que le estás prestando atención.
No interrumpas: Es importante dejar que termine su exposición sin interrupciones, de esta manera podrá expresar sus pensamientos y sentimientos por completo.
Haz preguntas abiertas: Las preguntas abiertas fomentan una conversación más profunda. Por ejemplo, en lugar de preguntar ¿Qué tal tu día?, puedes preguntar ¿Cómo fue tu día en el insti, alguna novedad?
Refleja sus emociones: Intenta comprender las emociones detrás de las palabras de tu hijo y reflejarlas. Intenta ponerte en su lugar, alguna vez fuiste adolescente y te sucedían cosas que te frustraban, las cuales hoy, te parecerán una tontería pero, en su momento parecía que se acabaría el mundo, así que nunca le digas: eso es una tontería hijo/a, porque para el/ella no lo es.
No juzgues ni critiques: Evita juzgar o criticar a tu hijo por sus opiniones o sentimientos. Esto solo cerrará las líneas de comunicación. En este caso, de nuevo, escucha activa y empatía.
Establece un ambiente de confianza
La confianza es fundamental en la comunicación con los adolescentes. Deben sentir que pueden hablar contigo sin temor a ser castigados o juzgados.La confianza no se construye de la noche a la mañana, para ello te recomendamos que busques un momento del día en el que todos estéis tranquilos y sin interrupciones, para crear ese momento en el que pueda fluir la confianza y la complicidad.
Y por supuesto, mantener una rutina de estos momentos para que hablar con tus hijos adolescentes fluya de forma natural.
Estás son algunas sugerencias:
Sé paciente: Los adolescentes pueden ser reservados al principio. Dale tiempo a tu hijo/a para abrirse a ti y no les presiones para que hablen si no se sienten cómodos.
Respeta su privacidad: Es importante que los jovenes sientan que tienen un espacio privado y cierta autonomía. Respeta su privacidad y no invadas su espacio personal sin una razón válida. Por ejemplo, llama a la puerta de su habitación antes de entrar.
Muestra empatía: Intenta ponerte en el lugar de tu hijo y comprender sus desafíos y preocupaciones. La empatía contribuye a fortalecer los lazos familiares y mejorar la comunicación.
Sé consistente: Mantén la calma y sé consistente en tus respuestas. Esto ayudará a tu hijo a sentirse seguro y saber qué esperar de ti.
Habla con tus hijos adolescentes en el momento adecuado
No siempre es el mejor momento, los adolescentes pueden estar ocupados con los deberes, las actividades extraescolares, hablando con sus amigos, o en su momento con las redes sociales, por lo que es importante encontrar momentos en los que ambos estéis disponibles y relajados.Si algo es muy importante es tener en cuenta la hora de elegir el momento adecuado, para ello debemos evitar las conversaciones en caliente.
Si estás enfadado/a o no has tenido un buen día, es posible que no puedas comunicarte de manera efectiva. Sí habéis tenido una discusión por alguna cuestión, es mejor esperar a que ambos estéis más calmados para discutir sobre esos problemas.
Las comidas y las sobremesas en familia o los paseos juntos pueden ser momentos ideales para hablar, ya que no hay distracciones y todos están más relajados.
Es importante no forzar el tema de conversación, si tu hijo/a no está de humor para hablar, respeta eso y busca otro momento. Forzar una conversación puede ser contraproducente.
Utiliza el lenguaje positivo
La forma en la que te expreses durante una conversación puede significar una gran diferencia al hablar con tus hijos adolescentes.Utiliza un lenguaje positivo y evita palabras o frases que puedan resultar críticas o negativas. Estos son algunos ejemplos:
Evita las acusaciones: En lugar de decir Siempre llegas tarde a casa, podrías decir Me preocupa cuando llegas tarde. ¿Podemos hablar sobre cómo podemos manejar esto juntos?
Utiliza yo en lugar de tú: En lugar de decir Tú nunca me escuchas, puedes decir Me siento frustrado cuando siento que no me estás escuchando.
Ofrece elogios y reconocimiento: Cuando tu hijo/a haga algo bien, asegúrate de elogiarlo/a y reconocer su esfuerzo. El refuerzo positivo puede fortalecer la comunicación.
Sé un modelo a seguir
Los adolescentes aprenden mucho observando el comportamiento de sus padres. Si quieres que tu hijo/a desarrolle habilidades de comunicación efectiva, sé un modelo a seguir. Sigue estas recomendaciones:Muestra respeto: Trata a tu hijo con respeto y amabilidad, y ellos aprenderán a hacer lo mismo.
Comparte tus propias experiencias: Habla con tu hijo/a sobre ellas y cómo manejaste situaciones similares cuando eras adolescente. Esto puede ayudar a establecer un puente de comunicación.
Aprende a disculparte: Si cometes un error o te equivocas en tu manera de expresarte, no dudes en disculparte. Esto enseñará a tu hijo/a sobre la importancia de asumir la responsabilidad de sus acciones y les mostrará que somos adultos, no infalibles.
Fomenta la comunicación abierta: Anima a tu hijo/a a expresar sus pensamientos y sentimientos, incluso si no estás de acuerdo. Escuchar sus puntos de vista les hará sentirse valorados y comprendidos.
Si tienes algún método que te haya funcionado sobre cómo hablar con tus hijos adolescentes, compártelo con nosotros, estaremos encantados de comentarlo.
Redacción: CMC
Imagen de portada: Creada con Inteligencia Artificial Midjourney
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