¿Sabes lo que se parece la infancia a Star Wars? Parece el comienzo de un chiste pero, aunque hoy es el día de los Santos Inocentes, no lo es. Porque aunque, aparentemente, son dos cosas muy dispares, tienen mucho que ver. Yo no me había dado cuenta pero el Doctor Anónimo, con su sabiduría como galeno, padre y experto en Star Wars por culpa de las miles de veces que ha visto las pelis con mi sobrino, me ha abierto los ojos.
Desde que tu pequeño nace, tratas de llevarle al lado luminoso de la Fuerza, en el que las noches durmiendo de un tirón, la obediencia, la tranquilidad, el razonamiento y otras emociones positivas imperan. Es ese deseo el que te va convirtiendo en lo más parecido a Yoda, el maestro Jedi. Porque tus esfuerzos no pasan en vano y cada vez te sientes más viejo, peor peinado y, a veces, el cansancio no te deja ni articular palabras.
Pero de pronto tu vástago, sin saber por qué empieza a coquetear con el lado oscuro y empiezan las rabietas. Y tu te conviertes en lo más parecido a Darth Vader por tu tono de voz (de tanto repetir las cosas) y por tu mala leche. Y mira que te todas las mañanas te propones ser el mejor maestro Jedi de la galaxia pero a veces es tan difícil...
Y luego está el tema de las rabietas, que son como la propia saga. Empieza la primera parte, le sigue la segunda (¡¡oh los terribles dos!!), cuando crees que el lado oscuro de la fuerza está controlado llega la tres, que no es más que una continuación de la dos y una precuela de la cuatro.. y así hasta la siete: el despertar de la fuerza. Un día sin venir a cuento, y ya con los siete años bien cumplidos, te monta la de San Quintín, ¡¡Pero si ya habías logrado convertir al infante en Jedi!! ¿Qué es lo que ha pasado? Pues en esas estamos, expectantes a ver si hay una nueva peli (que seguro) o una nueva batalla entre el lado oscuro y la fuerza, que también la habrá.
¡¡¡FELIZ LUNES!!!
(Y que la fuerza te acompañe)