¡Hola a todas!
¿Cómo habéis pasado el finde? Nosotros sobreviviendo y esquivando a los virus como hemos podido, ¡y aquí estamos!
Se respira en el aire, se nota en el ambiente y es que la madres (sí, generalmente las madres) empezamos a ponernos nerviosas por escoger los regalos que traerán a nuestros peques este año los reyes (o Papá Noel, dependiendo de cada casa). El caso es que, la intensidad de la navidad, la ilusión de vivirlas por primera vez con nuestros hijos, no puede llevar a una impulsividad o a un consumismo que haga que sobre regalemos a nuestros hijos.
Ya os he comentado en otras ocasiones que yo soy de las que prepara las cosas con tiempo, me quedan apenas un par de cosas por resolver y daré por más que finiquitada la operación Navidad. De hecho, me he dado cuenta que haciendo con tanto margen de tiempo consigo dos cosas:
– La primera, no estresarme. Lo hago con tiempo, miro, hay de todo, nada agotado… así que digamos que puedo escoger y mirar con tranquilidad.
– La segunda, y también muy importante es que compro con la cabeza y no con la impulsividad. A veces nos dejamos llevar por modas, por el momento, por el juguete que más vemos y quizás ese no es el más adecuado para nuestro hijo (ya sea por su edad, por sus necesidad o por lo que gusta).
Para ejemplo un botón: el arco iris Waldorf. ¿Puede haber alguien en el planeta que no sepa lo que es? Quizás fue el juguete más buscado y agotado de las navidades pasadas, y este año creo que no se va a quedar demasiado lejos. ¿Cómo puede ser que un juguete de hace tantos años se vuelva tan mainstream en unos pocos meses? Bien, la culpa de todo esto la tienes las redes, y por supuesto quienes lo diseñaron que lo hicieron muy pero que muy bien ya que es perfecto para sacarle cualquier fotografía. Pero lo que nos tenemos que preguntar, en el caso del arco iris y de todos:
– ¿Para qué sirve este juguete? ¿Para qué edades va dirigido? ¿Qué uso le harán mis hij@s? Podéis asegurarme con certeza que sabrías responder a todas estas preguntas de cada cosa que tenéis en la lista de posibles juguetes. Para mi es básico, y aunque el arco iris Waldorf es preciosissisisiismo en todas y cada una de sus modalidades, mi hija no le hace ni caso. NI CA-SO. Hay un Arco Iris en el espacio familiar que frecuentamos y os puedo asegurar que lo ha cogido una vez y para apartarlo. No le interesa para nada, no le encuentra el sentido ni el significado, y es que todavía es muy pequeña. Se trata de un juguete muy versátil, con infinidad de posibilidades pero que por el momento requiere de una complejidad que Valentina no está preparada.
¡Ojo! y eso no quiere decir que todos los niños de 22 meses no estén preparados para el Arco Iris. Cada niño está en un momento distinto. A nivel motor mi hija quizás podría estar en un nivel más avanzado que en juegos de más precisión o concentración. Por eso siempre que me escribís preguntado si ese juguete está bien para la edad de vuestros hijos os digo que os miréis de reojo las edades recomendadas de los juguetes. Y además, la mayoría os pondrán a partir de 3 años para curarse en salud, así que ahí va mi consejo: intentad responder a las preguntas que os he hecho antes y si aún así no estáis del todo decididos, acudid a profesionales. Ya sabéis que yo siempre confío en Jugaia así que si os acercáis a su Showroom o le echáis un vistazo a su web seguro que os sacan de dudas.
Bien, hoy quería hablaros de dos cosas, la primera que ya lo he hecho y la segunda la que da nombre al post de hoy: la regla de los cuatro regalos. Se trata de una regla muy simple que consiste en hacer 4 regalos a los niños:
Algo para ponerse (ropa, calzado, accesorios…)
Algo para leer
Algo que realmente deseen
Algo que necesiten
Durante los años en los que ellos no escogen podemos centrarnos en estas 4 categorías para decidir nuestros regalos, pero a la vez también es una buena manera de ayudarlos, cuando ya son capaces de hacer sus lista de repartir bien aquello que quieren pedir. Evidentemente el número 4 es simbólico y a la vez diría que casi imposible de cumplir, pueden ser 3 como pueden ser 5 o 6; pero pienso que va bien no perder el norte y caer en el abismo de llenar a nuestros hijos de paquetes y regalos. Añado que siempre he pensado que es mucho mejor regalar pocos regalos y de calidad que muchos y “chinorros” (perdonadme la expresión). Además, si os fijáis en los precios veréis rápidamente que los juguetes responsables, sostenibles, ecológicos y educativos son mucho más caros, porque evidentemente la calidad en los juguetes se paga.
Pero claro, ya sé lo que me vais a decir: ¿cómo controlar que el resto de personas no se pasen o regalen juguetes a nuestros hijos que no nos gustan? Sé que lo que voy a soltar ahora puede parecer un poco fuerte, pero de verdad que es lo que pienso y defiendo. ¿Verdad que no dejaríamos que dieran de comer a nuestros hijos que consideramos dañino para su salud? ¿Verdad que no dejaríamos que vieran en televisión imágenes que no son adecuadas para su edad? Pues en el caso de los juguetes tampoco. Hay que ser consciente de la importancia que tienen los juguetes en nuestros hijos y de los roles que desempeñan con cada uno de ellos. Mucha gente me ha dicho: “claro pero es que a mi me hace ilusión regalarle xxx”, y claro, no me vas a decir tu lo que yo le voy a regalar… Sí, es muy complicado pero de verdad pienso que los regalos se hacen para quien los recibe y no para quien lo hace; y al final los juguetes son una pieza más de la educación que damos a nuestros hijos, así que sea la que sea, pienso que todo el mundo debería respetarlo.
¿ Y cómo se consigue? Pues bien, hay veces que es imposible, y se asume; como se asume que nuestros hijos forman parte de una sociedad y que tarde o temprano entraran en contacto con cosas que no nos gustan. Pero sí que podemos anticiparnos. Cuando empiezan a llegar estar fechas y mucha gente te pregunta qué les regalan, qué les gustan, etc ¡ESE ES EL MOMENTO! Yo siempre tengo una lista de todo el año donde voy apuntando cosas que veo y que me gustan para Valentina, y esa es la lista que comparto con la gente que me la pide. Peeeeeero en esa lista hay una INTRO muy importante que dice algo así: “En esta casa no queremos juegos sexistas, bélicos, de plástico o con pilas. Por favor, escoge solo un regalo de la lista”
Sí, lo sé, suena y se lee muy heavy, pero soy de las que piensa que mejor dejar las cosas claras desde un principio que no después encontrarse con situaciones desagradables. Yo tengo la suerte de que de momento Valentina es pequeña y si alguna vez nos hemos encontrado con algo que no nos encajaba, desaparecía misteriosamente. Cuando sea más mayor, ya os contaré como lidiamos con eso…
Espero que os haya sido de utilidad el post de hoy y sobre todo, caaaaalma, comprad con cabeza y escoged bien. ¡Serán unas Navidades fantásticas!