Lo cierto es que tiene un buen repertorio de cosas rodantes y, aunque tiene algunos preferidos, algunos de ellos tienen más éxito que otros. Últimamente el que triunfa es un carrito de Play Doh, similar a los de la compra, que le regalaron para navidad Dentro hay plastilina, pero eso es lo de menos porque nunca lo abre; de hecho, podría ir vacío o con piedras en su interior a él lo que le gusta es llevarlo de paseo. Porque eso es otra cosa que va asociado al llevarse cosas con ruedas a la calle: Le encanta caminar. Y eso nos genera
Otros grandes candidatos a salir a la calle son: Cochecitos de bebé (con bebé o sin él), un correpasillos (sí, es rosa), una bicicleta sin pedales o, la última y flamante adquisición: un patinete (que el pobre pedía insistentemente de camino al cole cada día...).
Pero bueno, que me desvío; otras veces os he comentado que en casa intentamos no ser sexistas, así que vemos genial que el niño juegue con muñecas y la niña con coches, párkings y demás. No obstante, desde que es un poco independiente, siempre se ha decantado por aquellos juguetes -ç
Llega a tal extremo que incluso los cuentos que tienen vehículos son de sus preferidos, usa los que no los tienen para hacer rampas para los coches y disfruta viendo Chuggington, Thomas y sus amigos o Bob el Constructor (aunque aquí somos algo más flexibles y a veces se cuelan cosas más estandars).
En fin, que algo innato debe haber en eso que dicen que a los niños les gustan más los coches que a las niñas al menos en nuestro caso es así: La grande ha tenido coches y nunca les ha hecho demasiado caso en cambio, el peque disfruta como un loco con ellos y puede estarse horas sin
Los cochecitos tampoco se libran...
Vuestros hijos tienen