Ya sabemos que la Organización Mundial de Salud recomienda la leche materna porque ésta cubre toda las necesidades fisiológicas del bebé en sus primeros meses de vida. Además de aumentar las defensas de la madre contra el cáncer de mama u ovarios, reduce la mortalidad en el caso del niño, y supone una coraza en contra de diarreas y neumonía para el bebé. No obstante, hay que tener varios factores en cuenta.
Dar de mamar no es un hecho que se deba hacer a la ligera, por muy ‘natural’ que sea esta circunstancia que se da entre madre e hijo. Se ha descubierto, que para dar leche materna, influye el horario en el que la madre extrae su leche para dársela al bebé, implica que éste reaccione, o bien relajándose, o por el contrario estimulándose. Para que os hagáis una idea, es como si se tratara de los efectos del café en los adultos, pero en el diminuto y vulnerable organismo del bebé.
Por lo visto, a lo largo de las 24 horas del día, los diferentes componentes de la leche materna varían de tal manera, que logran efectos contrarios, dependiendo de cuándo el bebé ingiera el alimento. Ésta, entre otras conclusiones, es parte de un estudio científico desarrollado por varios expertos en la Universidad de Extremadura, y que se ha publicado recientemente en esta web .
Otra apreciación que se hace, es la de que muchas mujeres, debido a los difíciles horarios a los que se tienen que amoldar durante la semana, extraen su leche a una hora del día, la guardan, y más tarde se la dan al bebé. Los médicos responsables de esta investigación, insisten que 'hasta que no existan más evidencias, es mejor dar la leche al hijo en el mismo momento en que se extrae, sin almacenarla'.
¿Os parece importante este descubrimiento?