Llevar a los niños al preescolar es perjudicial para su desarrollo
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Gracias al modelo educativo, los niños son llevado al preescolar a aprender a sentarse en un pupitre, a estar callados, a no moverse durante varias horas seguidas y a comportarse de acuerdo a unos parámetros establecidos. En este punto la pregunta sería ¿En realidad es normal que un niño de 3 años esté callado y quieto durante horas? La respuesta es evidente ¡No! Los niños a esta edad están en una etapa de exploración del mundo que les exige estar en constante movimiento, y que en muchos casos excluye de esto la capacidad de estar concentrados en una misma cosa durante mucho tiempo.
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En la mayoría de los casos, en un preescolar hay 1 o 2 profesoras a cargo de cuarenta estudiantes, y aunque tenga la mejor disposición, no tiene el tiempo ni la oportunidad para descubrir los talentos de cada uno de los niños. Por eso, la única alternativa que tienen es tratar de que todos los niños sean iguales y se comporten bajo unas reglas establecidas. Esas reglas dejan por fuera la creatividad propia, y el descubrimiento de los talentos como individuos, además desconoce las necesidades especiales, y que cada uno de los niños tiene un ritmo de desarrollo diferente.
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El problema real radica es que el tiempo que invertimos en tratar de implantar modelos comportamentales en los niños, los priva de una de las mejores formas de aprendizaje que es el juego. Para un niño es mucho más fácil involucrarse en un juego e interactuar con el mundo que lo rodea a través de éste. El hecho de involucrarnos de lleno en una actividad que nos genera interés estimula efectivamente el aprendizaje. En cambio tratar de obligar a un niño a aprender números y letras en un momento en el que él no se encuentra preparado, hace que el infante empiece a tener una mala relación con el conocimiento, asociándolo a una obligación y no a una actividad placentera.
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A continuación te plantearemos algunos ejemplos de como los niños pueden aprender desde el juego mientras además se divierten:
Juego de pelota:
Jugar a la pelota desarrolla la atención voluntaria, la concentración y la agilidad. Además si al juego le ponemos algunas reglas, estaremos enseñando al niño a cumplir las reglas.
Jugar a las escondidas:
Este tipo de juegos estimulan en el niño la capacidad de investigar, de resolver problemas y de exponerse a las pérdidas. Asimismo también los pone frente a la capacidad de entender y obedecer las normas.
Juegos con bloques o legos:
Este tipo de juegos son ideales para niñas en crecimiento, pues estimulan la comprensión de las leyes básicas de la mecánica, la relación entre tamaños y formas y la capacidad para llevar un proyecto hasta el final manteniendo la atención.
Juegos de palabras:
Los juegos de palabras, bien sean de cartas o de adivinanzas, estimulan la habilidad lingüística, y por ende las competencias en cuanto escritura, lectura y ortografía. Incitar a los niños a jugar con las palabras les ayuda a que puedan relacionarse mejor con ellas.
Juegos de construcción al aire libre:
Construir túneles en una caja de arena, o un refugio creado con ramas es un excelente ejercicio para estimular los sentidos, para que los niños aprendan a relacionarse con el ambiente, y desarrollen su capacidad de imaginar y de creación.
Estos son solo un ejemplo de como el juego puede ser el mejor aliado de un aprendizaje efectiva, y que puede tener más grandes beneficios que la obligación de aprender una lección en determinado tiempo. Además, teniendo en cuenta que una de las formas de aprendizaje es la imitación, jugar con tus hijos puede ser el mejor camino para que ellos aprendan las competencias necesarias para descubrir que el conocimiento es un placer.
Fuente: Mel.fm
Traducido por: Soy Curioso
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