Los cuentos estimulan la imaginación y creatividad del niño, le abren las puertas a otros mundos y experiencias que de otro modo no podría vivir, y le aporta soluciones a problemas que pueden surgir, haciéndole disfrutar de sus historias y situaciones.
Si en casa no tenemos este preciado hábito, podemos aprovechar el Día del Libro para empezar a leer con nuestros hijos.
Una buena idea sería visitar una biblioteca cercana y hacernos socios, de ese modo nos obligaremos en cierta medida a acudir con frecuencia. Si, además, nos acompañan nuestros hijos, mucho mejor, porque así empiezan a respirar el aroma de los libros y a contagiarse de su maravillosa atmósfera.
Una edad, un libro
La importancia de la literatura en los niños es un hecho reconocido universalmente, pero para conseguir que les interese la lectura, debemos escoger los libros de acuerdo a su edad y momento evolutivo:- 0 a 2 años: es la etapa de elegir cuentos con mucha imagen y poco texto, visualmente atractivos. Si tienen ventanas con sorpresas y efectos en tres dimensiones, les atraerán más. Necesitan nuestra ayuda para verlo, y nos pedirán una y otra vez que les contemos su favorito. Si accedemos, le daremos la oportunidad de entenderlo, ampliar su vocabulario y, además, notarán que nos gusta que lean cuentos.
Bibliografía recomendada: 'El pollo Pepe' de Nick Denchield y 'Adivina cuánto te quiero' de Sam McBratney.
- 2 a 3 años: siguen necesitando más imagen que texto, pero ya son capaces de seguir una historia sencilla y entenderla. Las historias que más les atraen son las que protagonizan animales o niños, con los que se pueden identificar.
Bibliografía recomendada: 'Elmer' de McKee y 'A qué sabe la luna' de Michael Grejniec.
- 3 a 5 años: podemos comenzar a introducir cuentos clásicos y populares o historias con personajes fantásticos. Una vez que le contemos la historia al niño, ya es capaz de volver a leerla él solo, a partir de las ilustraciones.
Es momento de introducir pequeñas poesías, que podrá memorizar y le encantará repetirnos una y otra vez. La poesía es un género muy recomendable para los chavales, gracias a su estructura rítmica y musicalidad, que atraerá su atención.
Los libros de adivinanzas también les gustarán mucho. Si escogemos aquellas que se refieran a animales que conozcan y objetos comunes, serán capaces de acertarlas, y les producirá tal satisfacción, que querrán seguir probando y jugando con ellas.
Bibliografía recomendada: 'Los tres bandidos' de Tom Ungerer, 'Historias de Ratones' de Arnol Lobel, 'Trucas' de Juan Gedovius y 'Bibichos' de Antonio Rubio.
- 5 a 6 años: en esta etapa, la historia pesa más que las ilustraciones, aunque éstas deben seguir siendo atractivas y claras. Si el niño está escolarizado y comienza a leer palabras, comenzará a disfrutar leyendo solo, y necesitará que le felicitemos y animemos.
Bibliografía recomendada: 'El brujo, El Horrible y El Libro Rojo de los Hechizos' de Pablo Bernasconi, 'La Cebra Camila' de Marisa Núñez y 'El pequeño conejo blanco' de Rei Ballesteros.
Cuando los niños son capaces de leer solos, no debemos perder el hábito de contarles cuentos y pequeñas historias, ya que es un momento especial que refuerza el vínculo afectivo entre padres e hijos.
Cómo incentivar el hábito de lectura
Para conseguir que nuestros hijos lean más, podemos marcar un espacio de lectura para que lo hagan con frecuencia y nos vean leer también a nosotros ya que, muchas veces, aprenden imitándonos.Si nos ven leer, ellos también lo harán. Contarle todas las noches un cuento les calmará, les ayudará a conciliar el sueño y estaremos poniendo los cimientos de un hábito de lectura diaria. Además, cuando sean mayores preferirán leer un buen libro antes de irse a la cama, que matar el tiempo viendo la televisión.
Cuando son muy pequeños (menos de dos años) nos perseguirán por casa con el primer cuento que vean para que se lo contemos. Si además de leer el texto, gesticulamos mucho e imitamos el sonido de los personajes, empezará a reírse y a pasárselo bien, y verá los libros como un foco de diversión.
Es importantísimo que en casa potenciemos la lectura y no le dejemos esta tarea exclusivamente a la escuela, ya que debe ser algo placentero para el niño. Además, es una actividad divertida y afectiva que siempre podemos realizar con nuestros hijos.