La adolescencia es un período de vida en donde se percibe una gran confusión como rasgo principal. Es una etapa de cambios en la relación con los padres, con el exterior; hay una ruptura definitiva con el mundo infantil y cambios fisiológicos que generan dificultades para adaptarse a la nueva imagen y autopercepción.
La psicología de la adolescencia tiene distintas áreas de trabajo, pero es importante remarcar que no todos los adolescentes viven de la misma forma esta etapa. El entorno en donde vive cada persona, sus experiencias personales previas y las características de cada individuo son determinantes de la manera en la que se encara y las necesidades que habrá que suplir para sobrellevar la etapa de la mejor forma posible.
¿Cuáles son los objetivos de la etapa adolescente?
Atravesar la adolescencia es el tiempo en el que los jóvenes deben ir adaptándose a la nueva imagen de su cuerpo, definir su identidad a partir de nuevos valores y experiencias que atraviesan con sus grupos cercanos y realizar la integración social a medida que se independizan de las relaciones familiares, fundamentales en la etapa de la infancia para guiar el proceso de socialización primaria.El adolescente va, poco a poco, adoptando el papel de adulto. No es una tarea fácil, y tampoco lo es para los adultos que lo rodean ya que deben tratar de que los hijos no se sientan rechazados aún cuando no comprendan de forma completa el estadio que atraviesan.
En la psicología del adolescente, lo que se busca es facilitar el proceso de la individualización (la creación de la propia imagen e identidad), a la vez que se fomenta una relación sana en donde haya comunicación y un cumplimiento de normas básicas de convivencia.
Las relaciones interpersonales, y principalmente las familiares, son las que más se ven afectadas durante la adolescencia. En muchas ocasiones, el adolescente busca independencia y entra en conflicto con las normas establecidas por los padres para la convivencia; esto genera rebeldía. Es importante que los padres mantengan la calma y aprendan a no ponerse a la altura del adolescente en las discusiones. No se pierde a un hijo por esas discusiones, y la clave está en atravesar con serenidad la etapa, aceptando los cambios que sus hijos sufren. La resolución de conflictos en la adolescencia suele ser exitosa en la mayoría de los casos, aunque para ello haga falta una dosis muy grande de paciencia por ambas partes.
El adolescente no siempre consigue en soledad atravesar la etapa. Necesita apoyo y orientación psicológica, tanto para el joven como para los padres. La terapia en adolescentes suele ser muy positiva, ayuda a que sean colaborativos y a que se sientan escuchados. De la misma forma, la orientación terapéutica tiende a ser bien recibida por los padres, que suelen sentirse incompetentes para lidiar con los conflictos de sus hijos y encuentran en el terapeuta un aliado para seguir adelante.