¿Quien iba a decirme qué iba a ilusionarme hasta las lágrimas al ver unos cuantos garabatos hechos con uju nos marcadores de colores? Peor aún, ¿Quien iba a decirme que ni siquiera me iba a importar que esos garabatos estuvieran sobre el diario que ni siquiera había podido ojear o sobre el libro de García Márquez que me acababa de comprar?
Así es, la maternidad te cambia rotundamente, te pone el mundo de cabezas, y las cosas más simples llegan a emocionarte. Como la primera vez que tu pequeño demonio agarra un lápiz o la primera vez que dibuja unas rayas en una hoja de papel. Incluso, la primera vez que usa como lienzo para su peculiar arte las paredes de tu da alta recién pone pintadas ¡y con marcador indeleble!... Aunque luego quieras cometer hijisidio cuando te demoras tres horas en tratar de limpiarlo.
Garabato, la Real Academia Española lo define como:
"Rasgo irregular hecho con la pluma, el lápiz, etc."O con un fibron indeleble, tal como hizo Salido Mayor el día que sus garabatos más que emocionarme me dieron ganar de
Pero, fuera de ese incidente, (desde el cual, los fibrones indelebles están guardados en un lugar muuuy alto), los garabatos suelen emocionar. Y ni te digo cuando los garabatos empiezan a tomar formas... Aunque el insista en que es un avión y vos sólo veas una flecha.
En mi caso, el mayor está en esa etapa en la que dibuja rostros, un poco deformes y hasta letras. Sabe escribir su nombre y algunas otras letras...¡imaginen mi emoción! En cambio, el menor, está en esa etapa en la que no podes dejar un lápiz a su alcance porque te escribe los pisos. ¡Por suerte los marcadores indelebles siguen escondidos! Pues ya se ha topado varias veces con un lápiz perdido y ha decorado los pisos de mi Living.