A veces, cuando quiere decir algo lo hace cantando y parece que le resulta más fácil. Le gusta mucho cantar, y además canta muy bien, que no es que lo diga yo, que también lo dice su abuela, que como os podréis imaginar es la mar de objetiva. Nos quedamos las dos extasiadas escuchándole cantar la canción de la Abeja Maya con sus falsetes y todo. Yo siempre le he cantado muchísimo, cosas de todo tipo, desde que estaba en la barriga. Como es lógico y natural, se sabe (o bueno, versiones freestyle más bien) casi todo el repertorio de los muchachos del mono, las típicas canciones populares infantiles de siempre, las cabeceras de doscientas series de dibujos, pero no de los de ahora solo, también de los de mi época: Érase una vez la tierra, David el gnomo, canciones de la banda sonora de El Libro de la selva (que es brutal), de la de Aladdin, etc. Incluso éxitos eurovisivos como Marionetas en la cuerda del amor (igual mamá es un poco friki y le enseña canciones raras). Con el falsete del final de "pero somos marionetas bailando sin fín, en la cuerda del amoooooooooor", te partes la caja. Estoy tratando de reprimir mi vena folklórica (que inexplicablemente la tengo) y no cantarle Francisco Alegre o Y sin embargo te quiero (qué grande la Piquer) porque no quiero que se me convierta en un pequeño ruiseñor y me lo descubra un cazatalentos, que ya sabéis cómo terminan los niños prodigio.
La mayoría de las veces está jugando y cantando a la vez, y llega un momento que ya empieza con los remixes. Comienza con la gallina Turuleta y termina con estrellita. O empieza con Susanita tiene un ratón y termina con estrellita. O puede que empiece con el Tallarín y termine con… estrellita. Porque amigas, los caminos ya no llevan a Roma, ahora llevan a estrellita. Y es que estoy de estrellita un poco hasta el moño, pero tengo que admitir que a veces me quedo escuchándole ensimismada, con esa vocecita de niño cantor de Viena entonando perfectamente los altos y los bajos, despacito y haciendo hasta los gestos de la estrellita que brilla como un diamante en el cielo y qué se pregunta qué será… y me derrito, porque es amor puro.
¿Y los vuestros qué? ¿También le pegan al cante?