A la mamá jefa y a mí siempre nos ha hecho mucha gracia ver esta reacción instantánea de su cuerpo a la música. Bastan dos acordes para que se desate. Primero empezó a acompañarla con palmas, luego agitando los brazos y ahora que anda y que la música le suele pillar de pie en cualquier lugar… ¡Va y resulta que baila ‘twerking’! Como os lo digo. Que tiemblen Miley Cyrus, Rihanna y compañía, porque les ha salido una seria competidora que realza su culete de bebé con un pañal. ¡Menudos movimientos tiene! (Para l@s que todavía no saben qué es el ‘twerking’, aquí va un vídeo explicativo. A partir del minuto 2’34 os quedará mucho más claro).
Este sábado fue muy gracioso. En casa estábamos de limpieza y dando un vuelco a la decoración (al final en vez de cambiar de piso hemos cambiado muchas cosas en la casa, que salía más barato), así que en un parón y con Maramoto de la mano fui al salón a poner música. Cuando limpiamos, que siempre es un coñazo, me gusta poner música movidita que me alegra un poco el cuerpo, así que opté por un poco de salsa cubana. Resultó que lo primero que sonó fue un cubatón (una especie de reggaeton a lo cubano). Entonces, después de dejar el mando, me giré y me encontré a la pequeña saltamontes con las piernas un poco separadas, lo justo para bajar su culete y moverse de arriba hacia abajo al son de la música en un paso que bien podría haber firmado la chica del vídeo que os he compartido antes
Evidentemente, tras verla tan motivada, se me escapó una carcajada que la mamá jefa no pasó por alto. Al instante ya estaba con nosotros viendo como Maramoto ejecutaba su particular versión del ‘twerking‘. Como no podía ser de otra forma, inmediatamente nos sumamos a su fiesta intentando imitar sus movimientos. Y no debimos hacerlo muy bien, porque más de una vez se le escapó esa sonrisa pícara suya de “vaya locos me han tocado por padres”. Para que nuestra bebé no se avergonzase más de nosotros optamos finalmente por cogerla en brazos y pegar brincos los tres juntos. Entonces ya no bailábamos al ritmo de la música, lo hacíamos al son de las carcajadas de nuestra pequeña saltamontes.