Quizá muchas se sientan identificadas, quizá muchas no (yo sí) y también lo escribí (por acá). Sin más, acá les dejo la carta y ya saben, si alguna quiere compartir algo, pues, ¡bienvenida!Querida NeuroMamá:
Antes que nada quiero dejar en claro que tengo un marido excepcional, lo amo con locura y pasión, lo admiro muchísimo como persona, como hombre, como esposo y sobre todo como padre. Además quiero que sepas que yo siempre he considerado que el rol de la mujer es completamente diferente al del hombre. Las mujeres cargamos en el cuerpo a nuestros hijos y de nuestros senos sale su alimento, creo que la naturaleza es sabia, y nos llama a hacernos cargo de ellos.
Desde que fui madre me rehúse a trabajar. Sentí desde el día uno la necesidad/obligación de proteger a mi bebé, de quedarme y velar por su bienestar. No había sueldo que me convenza de delegar su cuidado. Y cómo buena neuro, al inicio me rehúse a tener nana porque "nadie podía cuidar a mi bebé mejor que yo", luego aprendí a aceptar ayuda porque, como una sabia mujer me dijo, "no hay bebé feliz de una mamá tan cansada que es infeliz" (esa fuiste ¡tú!).
Yendo al grano, los primeros meses de los bebés son agotadores, entre dar la leche, sacarle el chancho y hacerlo dormir, el asunto NUNCA acaba. Es muy difícil encontrar momentos para descansar, y la crianza de un niño no es tarea de uno sólo, es casi imposible (mis respetos para las madres solteras). Y aunque mi esposo ayuda muchísimo, siempre es bajo sus condiciones, es decir, cuando él tiene tiempo para hacerlo. Siempre se da un tiempo, no lo voy a negar.
Pero, siempre es bajo sus reglas, y hasta ahora no logro que se comprometa con un horario. Y si lo hace, falla. Sabe que yo estaré ahí para suplirlo. Y si le reclamo que se había comprometido, pues me dice que tiene que trabajar y que para eso estoy yo ahí. Más de una vez me ha pasado que un sábado a las 11 am, me ardían los ojos por la falta de sueño y mi esposo llega de jugar tennis y se hecha a tomar una siesta... PLOP. O peor aún, un viernes invita a un amigo a tomarse una chela en la casa, se toma sus traguitos y al dia siguiente son las 8 am y sigue durmiendo plácidamente. Ya durmió casi 8 horas corridas y no tiene cuado despertarse.
Acaso ¿no está viendo lo agotada que estoy? ¿Acaso ese hijo no es suyo también? Yo no duermo 8 horas corridas hace tanto tiempo que ya ni quiero sacar la cuenta. Y en este tipo de situaciones he tenido discusiones - mejor seamos sinceros, peleas - que nunca acaban. Entre los argumentos que me da y que más me revientan están: "Esa es tu chamba, cuidar a los hijos, la mia es traer plata", "Ya va a pasar, son solo unos meses, aguanta", "No veo a otras mujeres quejarse tanto como tú", "Vas a sobrevivir, fulanita la hizo y sin nana". El asunto se pone peludo, porque contestarle así a una mujer hormonal, que no duerme más de 4 horas seguidas hace 2 meses, es casi como escupirle en la cara a un loco de manicomio. Entonces siempre me sale el tiro por la culata, porque no solo que no me ayuda todo lo que yo necesito, sino que terminamos peleados. Yo lloro de cansancio y frustración y él ayuda de mala gana, tan mala gana que le quito al bebe y le digo que con esa actitud no se cuida a un niño.
Pero eso no es todo, a veces me sale con la de "aún no arreglas esa luz, ¿qué has hecho todo el día?". Entonces yo me pregunto, ¿qué $%&#% cree que hago todo el día? Es que acaso, ¿NO entiende por lo qué paso? ¿No entienden que no solo es física sino también emocionalmente agotador? Su chamba son 8 horas, 5 días a la semana, y la mía nunca acaba. Es maravilloso ser madre, pero a veces sí necesito dejar mi mente en blanco, hablar de alguna otra cosa que no sean mis hijos. Mataría por tener tiempo de practicar algun deporte. ODIO quejarme, pero necesito descargarme.
Neuro-mamá, no soy la única, he hablado con otras amigas y sus esposos les dicen lo mismo. Entonces, ¿cómo hacemos para que nos entiendan un poco más?