¿Qué puedo decir de estos 2 años y medio? Pues que si pudiera pedir, pediría que se parara el tiempo y se quedara en esta época, porque es para comérsela. Comérsela a besos y achuchones porque es una niña adorable a rabiar y está la mar de simpática.
Y con un genio que vaya tela con la niña. Genio y figura, no se deja achantar ni por el más fiero, me temo que ha heredado mi "lado oscuro" sin quererlo.
Hace dos meses contaba en esta entrada que nos habían derivado a atención temprana para tratamiento logopeda. Y en solo dos meses es increíble el cambio y la evolución en su habla, ¡no parece la misma niña!. Prefiero dedicar una entrada a este tema, pero para adelantar algo os diré que mi niña ha perdido la vergüenza y ha ganado seguridad y confianza en sí misma, de no atreverse a hablar ha pasado a intentar decirlo todo, aunque sea mal, y sentirse orgullosa de sus pequeños logros.
Y yo, que soy así de tonta, me emociono de ver cómo una niña tan pequeña puede tener tanto espíritu de lucha, me da por pensar que de ser siempre así, no habrá nada que la impida lograr lo que se proponga.
Mi mayor sorpresa de esta época es el hecho de que no tenga rabietas. Lo voy a decir bajito no sea que... Pero teniendo en cuenta que con el hermano las pasamos, y bien, que me cogió en una época muy sensible porque yo estaba embarazada, no me puedo creer que esté pasando de los 2 a los 3 años si que sea terrible.
A ver, la niña tiene genio, ¡vaya si lo tiene! Pero no tiene rabietas, no las terribles rabietas de los 2 años. Ella se enfada, patalea, llora, intenta salirse con la suya, pero siempre encontramos una manera de sofocar el enfado.Yo no lo llamaría rabietas porque no son ilógicas e irracionables, no es un momento de llorar por no sabes qué, o un negarse a hacer algo sin motivo o porque sí. Para ser sinceros, sus pataletas casi siempre tienen un motivo lógico, y éste es Iván.
Porque su hermano mayor la quiere con locura pero también la chincha cosa mala, eso o que sus muestras de afecto a veces son tan efusivas que apretuja más que abraza, y mi niña otra cosa no, pero cariñosa poco, y contacto físico, el justo. Así que me las tengo que ver mediando entre los dos, porque los llantos suelen ser porque su hermano le ha quitado lo que tiene en las manos, o su hermano no la deja jugar, o su hermano se le ha tirado encima en plan cariñoso...
Pero ciertamente, después de hablarlo el otro día con Papá sí, hemos llegado a la conclusión de que esta niña no tiene rabietas. Para nuestro alivio, porque con lo cojonuda que es no se cómo las habríamos llevado. Tiene su carácter y su genio, pero es como yo, que igual que explota se calma, y cuando se enfada tiene algún motivo, que para nosotros puede ser algo banal pero para ella sin duda en ese momento es importantísimo.
Reconozco que me encanta su genio, porque hasta enfadad está graciosa. Pero qué malísima malamadre que soy.
También se ha vuelto muy independiente y autosuficiente, le gusta ir a su aire, hacer lo que se le ocurre sin contar con nadie y, como no, hacerlo todo sola.Vestirse, lavarse la cara y manos, abrocharse el abrigo, ponerse los zapatos, la mochila... La muy orgullosa no me deja meter mano hasta que ve que de ninguna manera puede sola. Cabezota a más no poder.
Si le pongo el plato por delante que ni se me ocurra coger el cubierto para darle yo. Mientras el hermano rezonga "jo mamá, ¿me dás de comer tú?" ella es "No, yoooooo" y allá que coge la cuchara y la mete en el plato de sopa, aunque los fideos acaben en cualquier lado menos en su boca. Y así con todo. Lo mejor es que si le digo a Iván que vaya a buscar algo ella también dice "No, yooooo" y allá que va corriendo a buscar lo que sea y me lo trae con cara de orgullo por el trabajo bien hecho.
Hablando de comer, se ha vuelto una comilona de las buenas, desde la neumonía que perdió el apetito parece que al superarla lo recuperó por triplicado. Y se nota, ya no en lo que come sino en ella misma, que ya no es una pluma liviana cuando al cojo, ¡Ahora pesa!. Rellena los pantalones, tiene su barrigonchilla y se le notan las mejillas rellenitas, ya va más acorde con la talla de su edad.
Es bastante arisca, nada que ver con su hermano. Perdonad las comparaciones pero es que ¡son tan distintos! Tengo en mente una entrada sobre las diferencias de cada uno, que no los hace mejores ni peores, simplemente únicos y especiales, pero es tremendo que dos hermanos salidos del mismo padre y madre sean como un huevo y una castaña.
Pues sí, es arisca, no es cariñosa ni efusiva y aunque da besos si se los pide, no los regala ni los reparte a placer. Tienes que pedírselos y depende de quién seas, te lo dará o no. A Mamá siempre se los da. a Papá, a veces. A Iván, depende de como la cojas. A la abuela también se los da de buena gana. A quien cuesta un imperio que de un beso es a su tito Adrián, no se qué le verá pero prefiere rechazarlo a regalarle un beso.
Y tampoco los acepta de buena gana, lleva varios días que cada vez que se acerca el hermano para besarla monta en cólera, y si yo la pillo en un momento que según ella "no procede", no duda en arrastrarse la mano por la cara en un intento de quitarse el beso.
Es muy payasa, además de ser graciosa le gusta hacer gracia y siempre busca la manera de llamar la atención- Te la puedes encontrar de cualquier guisa, poniéndose unas gafas de sol con la cabeza hacia arriba para que no se la caiga, imitando a un dinosaurio, intentado darte un susto o bailando como si no hubiera un mañana. O en pijama y con su falda y alas de hada haciéndote un encantamiento, O montada en un unicornio hinchable con un gorro de carnaval poniendo caras mil, la cosa más normal del mundo.
Me encanta verla jugar. Será porque el hermano nunca ha sido un niño muy jugón y de hecho está aprendiendo a jugar con ella, sin embargo a ella le basta cualqueir chuminá para entretenerse. Con un camión, una pieza suelta de cualquier juego de construcción y una pelota se inventa el mejor de los juegos. Aquí da igual, no hay juguetes de niño y de niña, a ella lo mismo le chifla un caminón volquete, un tren, una aspiradora que un bebé. Le gusta mucho jugar con su hermano, pero sobre todo le guste todo lo que sea imitar, y si es imitar a mamá, mejor. Y así se planta mis zapatos a la mínima que puede, coge su carrito de la limpieza cuando me ve escoba en mano, o su bolsa de abalorios cuando me estoy arreglando para salir. Y de repente me la encuetro que parece una mini mamá con sus tacones, su carro de la compra y su bebé en la mochila portabebés de juguete... ¿Qué hago, me la como, no?.
A estos 30 meses seguimos con la teta, pero podemos decir que hemos logrado el destete nocturno, de tal manera que se duerme solita y no se despierta en toda la noche, o si lo hace se vuelve a dormir enseguida. Toma teta sobre todo a mediodía cuando sale de la guarde y por la tarde cuando llego de trabajar, a veces un poquitín por la mañana cuando se despierta. Me da mucha pena ver que se van acortando nuestras tomas pero por un lado agradezco que no me necesite para dormir, y por otro ella sigue adorando su teta, por lo que no creo que este sea el fin. Pero ya contaré nuestro destete nocturno con detalle en otra ocasión.
Para finalizar, hay una cosa que me trae loca. Con esto de que cada vez va hablando mejor, desde hace unas semanas cuando voy a buscarla a la guarde, en cuanto abren la puerta y la llaman para que salga ella coge su mochila, se gira y les dice a todos sus compañeros "Mamá míaaaaaaaaaaaaa, míaaaaaaaaaaaaaaaaa, míaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa", vamos, que no se vaya ninguno a creer que me va a compartir, mientras la cuidadora y yo nos reímos del énfasis que le pone.
Y así va creciendo mi pequeña princesa, a pasos agigantados, haciéndose mayor sin casi darme cuenta. ¿De verdad que alguna vez ha sido bebé? Menos mal que tengo este blog para recordármelo.