Si, es verdad, sin duda. Es una historia que habla del consumo responsable, de disfrutar y cuidar de la naturaleza, de dedicar tiempo a la familia y a los amigos, de vivir atento, consciente y…… Con lo cual desacredita esta sociedad que nos hemos montado entre todos (yo incluida)
Una historia en la que una niña redescubre que la felicidad esta hecha de momentos en la vida y que sólo hay que “estar atento” para disfrutarlos. Cosa que ya sabía cuando nació y que olvidó enseguida.
No puedo evitar escribir cuentos subversivos, y voy a seguir adelante, de hecho estoy con el siguiente, porque soy feliz haciendo este trabajo, contando historias que nos hagan encontrar “reencontrar”, los valores, las conductas que nos hacen felices y que nos llenan de salud a todos los niveles. Cuentos que nos “despierten” o “espabilen” de la modorra social en la que vivimos.
Hay muchos cuentos subversivos hoy (He leído otros). Sólo falta que los leamos, nos los contemos y los vivamos.
Hoy en Aldea del Fresno, he vuelto a contar el cuento de Carlota y las mariposas y como siempre, he sentido que de nuevo, había abierto la caja de los vientos, en el corazón de la gente que escuchaba. Los vientos de poner en duda este tipo de sociedad de consumo, que sin darnos cuenta nos está trayendo consecuencias para nuestros niños y jóvenes: individualismo-egoísmo, estrés, hiperactividad, dependencia de las nuevas tecnología, obesidad….
Espero que no sea verdad que vivimos en la dictadura del capitalismo y del consumismo y cualquier día aparezca entre rejas por decir con mis cuentos que la felicidad no lo dan las cosas que tenemos-consumimos-compramos, sino lo que somos, lo que nos queremos y lo que amamos a los que nos rodean.
Aún no soy peligrosa, no somos peligrosos los que practicamos la atención plena, el consumo responsable, el amor bondadoso, la escucha activa, el respeto a la naturaleza, pero tengo la sensación, por el modo que me miran las personas de todas las edades, cuando escuchan mis cuentos, que nuestra alma, nuestro corazón, está deseando darle la vuelta a la tortilla y dar paso a una nueva sociedad.
Gracias desde aquí a todos los escritores, ilustradores, actores, escultores, empresarios con responsabilidad social, científicos, políticos, médicos, auxiliares de geriatría, profesoras, policías, concejales, madres, padres, judíos, musulmanes, cristianos, blancos, negros, chinos….niños, adolescentes y ancianos que ya viven desde la conciencia plena, que ya cuidan la naturaleza, que ya saben que es lo que tiene valor de verdad en la vida.
Somos muchos subversivos ¿verdad? Pues nada, a seguir, cada uno desde su día a día.
Os dejo de regalo este cuadro que pinté. Día de lavandería internacional. Jajaja.