No dejes que los números te definan

“No dejes que los números te definan” es una de las frases más potentes que podéis escuchar de la bloguera, instagramera Essena O’Neill. Seguro que a estas alturas ya sabrás de lo que hablo pero si no te suena, quédate. Quizás te apetezca reflexionar sobre el mundo de la rss vs realidad.



Las pasadas Navidades hubo un click que hizo que me saltaran todas las alarmas. Recordaréis que algunos perfiles más o menos “famosos” de Instagram, incluyeron un pequeño vídeo en el que aparecían el número de “me gustas” y comentarios de cada una de las fotos. Era como un grito al mundo de “¡mira  a cuánta gente le han gustado mis fotos este año!”.

Y reconozco que hay un punto de vanidad en todo eso y un punto de envidia.



Vanidad cuando la persona que está detrás de ese perfil siente la necesidad imperiosa de decirle al mundo que ha obtenido un gran grado de aceptación en forma de “corazones” de Instagram y envidia, porque irremediablemente las personas tendemos a igualar “calidad” y “popularidad” y nos preguntamos porqué nosotros no llegamos a conseguir ese mismo grado de aceptación social.



A estas alturas ya sabrás que medirte como persona en términos numéricos es un craso error. Estoy segura de que tú, como adulto que eres, has pensado sobre esto alguna vez.

No vas a ser mejor persona porque aumentes tus ingresos, porque sumes muchos “me gusta” porque consigas más seguidores. Es más, me atrevería a decir que ser la alumna más popular del instituto (por aquello de la analogía con las pelis yankees) no te convierte en mejor profesional.



Pero volvamos al caso de Essena. Te decía antes que tú, como adulto, esto ya lo sabías. Pero, ¿Crees que un crío de 14 años lo entiende igual?

Essena es una joven de 18 años que ha experimentado el alfa y el omega de internet.

Cuenta que cuando tenía 12 añitos, se sentía insignificante porque no alcanzaba un número alto de seguidores. Cuando llegó a los 500.000, seguía mirando hacia arriba y consideraba que no sería nadie hasta que llegara al millón.

Es decir, ser algo en la vida, estaba completamente condicionado por la opinión de los demás.

A más seguidores, más éxito. Más popularidad, más aceptación. Mejor.

Si extrapolamos este concepto al mundo “real” es como pensar en ese directivo que todos tenemos en mente que ha llegado medrando a su puesto de responsabilidad (vía sindical, política o a través de cualquier otro grupo de poder). Es algo que saben todos. Todos menos él o ella que consideran que el hecho de poner detrás del apellido “gerente gerencial gerencioso” les profiere de repente los conocimientos que nos han sido capaces de adquirir a lo largo de su carrera.



Pues algo así es lo que debe haberle ocurrido a esa “lechoncilla” de la vida que a sus 18 años acaba de darse cuanta de que ella, es mucho más que un número y que su valor principal como persona no se mide y no se siente a través de una pantalla. Eso es irreal. Como el ascenso meteórico del directivo medrador. 

Estaremos de acuerdo en que Instagram es una de las mejores redes sociales. De hecho, para mí es la preferida de todas. No se presta mucho a debates de calado y por lo tanto suele huir de las polémicas. Eso la convierte en un escaparate de “boniteces”. Lo que yo llamo “contenido blando”.



Aún así. Cuidado. Dejarse llevar puede provocar serios problemas de salud. Levantarse por la mañana y pensar en colocar la mesa con el mantel de la abuela, las tostadas recién hechas, el juego de café que te regalaron en la boda, las servilletas de puntillas y todo esto a las siete de la mañana para subir la foto a las 9 a IG. Es mal. Muy mal. No es real.

Una de las cosas que más me han entristecido del vídeo de Essena es la parte en la que se enfada consigo misma porque piensa en la cantidad de tiempo de su vida que ha perdido delante de una pantalla para sacar fotografías que no son reales. Cuando recuerda que cada uno de sus viajes a lugares de ensueño estaba antes condicionado por una sesión fotográfica interminable para sacar la mejor versión de sí misma sin pararse a disfrutar de verdad de esos momentos.

Y esto hace preguntarme si de verdad, las personas que estamos detrás de un blog, estamos perdiendo el tiempo en eso en lugar de vivir. Cuando todo lo que haces debe ser por una razón: Obtener más “me gustas”, más comentarios, más visitas, más popularidad etc… como Essena, llegará un momento en el que sintamos que hemos tirado nuestro tiempo de calidad por la ventana.

Yo no pienso dejar que eso ocurra y por eso el nivel de publicaciones del blog bajará. Al fin y al cabo, estoy aquí porque quiero y no lo hago por ningún objetivo. Ya tengo una profesión, la de verdad, al otro lado de la pantalla y una vida, la de verdad también que me espera cada día al salir de la oficina. 

Te dejo unos cuantos enlaces por si quieres profundizar algo más sobre esto y ver qué otros experimentos sociales se han llevado a cabo en los últimos meses y que ponen “patas arriba” el mundo del “postureo” al que nos hemos aficionado tanto.

1- Realidad de las fotos sin filtro

2- El Recorte

3- Vivir según IG

4- Una pequeña parte de la realidad

Algunas de estas fotografías son del artista Banksy y están sacadas de la web “Artsy” en donde podéis seguir conociendo su obra y datos de su biografía.

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