Quizá tú que me lees estas pasando por esta situación, tienes ya un tiempo de casada, quizá meses, quizá años o décadas y cada semana están constantemente pidiendo a Dios en pareja que les conceda el privilegio de ser padres.
Has llorado mucho esperando esa maravillosa noticia, en muchas ocasiones te has emocionado pensando que ese mes es tu mes y hasta la fecha no ha sido así.
Quizá te detectaron un problema y los médicos dijeron que era muy difícil o casi imposible que quedaras embarazada y eso ha causado en ti una enorme tristeza.
Yo te pregunto, ¿Qué es lo más difícil que existe y que Dios no pueda hacer?, ¿Se te olvida quien es tu Dueño?, ¿Se te olvida quien es el que da la vida?
Por mucho tiempo has visto parejas con sus hijos y cada vez que los vez te haces la pregunta: ¿Cuándo será mi turno Dios?, a veces has querido desfallecer en el intento, creyendo o aceptando que nunca podrás gozar de ese privilegio.
Darías cualquier cosa por tener ese privilegio, quisieras ver alegre a tu esposa o si eres mujer quisieras darle esa noticia maravillosa a tu esposo, les has prometido a Dios que cuidaras a ese bebe, que le enseñaras su camino, que lo dedicaras a Él, y muchas otras cosas que harás cuando ese momento pase.
¿Sabes?, Dios ha visto tu clamor, Dios ha estado allí contigo en esas noches de llanto, Él es quien ha secado tus lagrimas, Él es quien en medio de tu estado de ánimo bajo, te da fuerzas para seguir. Tú oración no ha pasado desapercibida para Él, ha escuchado tu oración, pero sobre todo ha visto tu corazón.
Dios quiere que comiences a creer nuevamente, Dios quiere que comiences a confiar de nuevo, quita de tu mente todo aquel pensamiento que quiere evitar que ese milagro ocurra, Dios quiere que lejos de ver los problemas que puedan haber, comiences a verlo a Él, porque Él es capaz de conceder tu petición.
Tú parte es CREER, tu parte es CONFIAR, tu parte en NO DUDAR, tu parte es ACEPTAR que Dios lo puede y quiere hacer.
No llores más, no te quejes, porque todo esto ha sido así porque Dios quiere mostrar su poder en tu vida, todo lo que hasta este momento has vivido y experimentado seguramente ha ayudado a tu fe, ahora estás más lista o listo para ver ese milagro en tu matrimonio.
Abraham confió en Dios y, por eso, aunque su esposa Sara no podía tener hijos y él era ya muy viejo, Dios le dio fuerzas para tener un hijo. Y es que Abraham confió en que Dios cumpliría su promesa. Hebreos 11:11
Quiero terminar con las palabras literales que le dijo Eli a Ana, la mujer de Alcana que era estéril y le pidió a Dios que le concediera tener un hijo, quien iba a ser el profeta Samuel: Entonces Elí le contestó: Vete tranquila, y que el Dios de Israel te conceda lo que has pedido. 1 Samuel 1:17
Estén tranquilas, confíen en Dios, porque lo que confían plenamente en Él, serán testigos del poder extraordinario de Dios.
¡Que Dios te conceda lo que tanto anhelas!
Texto extraido del facebook/la.esposaqueora