Su padre ha calculado que llegará el 11 de Noviembre del 2016. ¿Bonita fecha verdad? Lastima que para mi se me hace demasiado largo… tengo ganas de explotar y ver la carita de mi piccolo. Lo que más me preocupa es que en su día con la piccola también tuvo su fecha favorita, y como quien no quiso la cosa, la piccola se espero hasta el día que había dicho su padre. Así que estoy más que preocupada con este toque de brujería que se gasta el papi. Más que nada porque si nace el día 11, son 10 días más de lo previsto con esta tripa!! Y yo ya estoy al límite que no puedo más… me siento un hipopótamo incapaz de agacharse ni valerse por si misma. Y lo peor es cuando la piccola se lanza al suelo en plena rabieta a lo rambo meneando sus piernas y yo me quedo media inclinada repitiendo una y otra vez, venga Chloe levántate por favor!! Obviamente sin ningún éxito, hasta que me tengo que agachar y cogerla en brazos.
En fin, que cuanto antes llegue mejor.
Pero al mismo tiempo me siento triste… ¿será la ultima vez que sienta mi bebé en mi tripita? Al papi siempre le he dicho que en 2 hijos nos paramos, que a 3 no me atrevo… y claro a una le entra la tristeza al pensar que nunca más volverá a tener la barriga, a sentir los movimientos, a que sea solo mío. Los 9 meses se hacen largos, pero cuando piensas que quizás no vuelves a tener estas sensaciones entonces te das cuenta que igual no lo son tanto.
Llevo unos días con un mix de emociones bastante fuerte. Imagino que como a todas las futuras bimadres… como he dicho siento alegría máxima por conocer al piccolo, pero también tengo M I E D O. Miedo de no poder estar a la altura para mis dos piccolos, miedo de no responder a Chloe como se debe, miedo de perder ese vínculo con ella. Lo sé, todas las bimadres me habéis dicho que el amor no se divide pero se multiplica, y estoy segura de ello. Pero ¿y si sin querer la dejo de lado? ¿Y si se siente sola? ¿O se siente desatendida? Me repito día tras días que todo irá bien y que mi prioridad numero uno será ella, pero claro… no sé como responderé cuando Olivier estará en casa. Depende tanto de como sea él también… si es un niño tranquilo seguro que podré dedicarle todo ese tiempo que reclama la piccola, pero si es un niño de alta demanda como su hermana?? ¿Que hago? Ay que mar de dudas… y me falta tan poquito para averiguar como será ¡que me da vértigo!
Otra duda que corre en la cabeza estos días de mi recta final es ¿Como será Chloe con la llegada de su hermano? Siempre he dicho que nos ha sorprendido positivamente en muchas ocasiones cuando pensábamos que iba a ser un drama, como cuando le quitamos el pañal o cuando dejamos nuestra lactancia prolongada. Hasta hoy estaba convencida de que también nos iba a sorprender con este nuevo reto que se le avecina… pero ahora empiezo a pensar en escenas desastrosas donde hace daño a su hermano, lo evita o incluso, hace ver como si no estuviera. Y la verdad, me preocupa. No creo que vaya a ser así ya que hasta el día de hoy ha cogido muy bien el hecho de tener un hermanito. Habla con él, juega ya que es su amigo invisible y cada día le da besos. Pero claro, todo esto es mientras el piccolo todavía no ha invadido su territorio… ¿que pasara cuando le vea de verdad, en carne y huesos?
Por lo que hablo con otras madres, estos pensamientos contradictorios casi de mama loca que estoy experimentando en estos últimos días de embarazo son algo normal y generalizado. Seguramente en cuanto tenga al piccolo en brazos y vea que la piccola es igual de feliz, se me pasa todo! Así que por el momento, sigo en mi “rallada hormonal” de madre hipopótamo y espero poder contaros muy pronto como se han ido resolviendo todas estas dudas.
Muchas gracias por leerme y como siempre, por vuestro apoyo! Un abrazo fuerte y hasta pronto!
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