Antes, durante y después de la inseminación artificial
Determinadas incertidumbres aparecen en todas las fases del proceso y también previa y posteriormente. Por tanto, las clínicas de reproducción asistida pueden servir de gran ayuda como apoyo psicológico a los pacientes.
Debes valorar que, antes de tomar parte en ella, es habitual preguntarse por la inseminación artificial y su porcentaje de éxito. Así que pueden venir a la mente anteriores casos fallidos o problemas que surgieron.
Como veremos en el próximo apartado, estos inconvenientes pueden dañar una relación.
La relación, puesta a prueba
No se trata de la inseminación artificial y los síntomas del embarazo, sino que tanto la mujer, en particular, como la pareja, van a tener que afrontar el surgimiento de determinados sentimientos dubitativos o de tristeza.
Los cometidos de los gabinetes de ayuda psicológica de las clínicas serán los de animar a la pareja a proseguir con el tratamiento y evitar el desgaste de su relación.
Por parte de la mujer, es muy probable que sienta miedo al fracaso del tratamiento (por ejemplo, en un embarazo por invitro). Además, la técnica de la inseminación artificial (introducción de espermatozoides seleccionados en su útero) le puede resultar antinatural y crear sentimientos de extrañeza.
Por parte del hombre, recurrir a un donante o, en general, al método de la inseminación artificial puede generarle frustraciones en su rol masculino e, incluso, a la hora de figurarse la relación genética y psicológica con su hijo.
Afortunadamente, la contribución a nivel psicológico de profesionales facilitará una mejor predisposición hacia los posibles inconvenientes, antes, durante y después de la fecundación in vitro.
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