Se trata de una prueba sencilla, sin necesidad de utilizar agujas u otros métodos invasivos, para obtener una muestra suficiente de semen para evaluar la calidad del esperma. Es una prueba tremendamente útil para realizar estudios completos de esterilidad a las parejas que no pueden tener hijos.
Para realizar este análisis correctamente, es necesario que el varón cumpla una abstinencia sexual de 3 a 5 días, es decir, que durante este periodo de tiempo no se produzca ninguna eyaculación y, además, que la muestra sea obtenga a través de la masturbación.
Además de solicitar un seminograma a todas las parejas que tienen problemas para tener hijos, también se suele pedirlo cuando se sospecha que se han dañado los testículos por algún motivo, por ejemplo, por una infección de orquitis o orquiepididimitis. Aunque un testículo esté dañado el otro puede ser suficiente para mantener un buen número de espermatozoides.
En un seminograma se analizan diferentes parámetros en una muestra de semen, destacando como los más importantes los siguientes:
Volumen: cantidad (en mililitros) que se obtiene de eyaculado. Mínimo debe ser de 1,5 mililitros.
Concentración: Millones de espermatozoides por cada mililitro. Como mínimo 15 millones espermatozoides por mililitro.
Motilidad: Porcentaje de espermatozoides que se mueven y se desplazan. Debe ser igual o mayor a un 32%
Viabilidad: Porcentaje de espermatozoides vivos. Debe ser igual o mayor a un 58%
Morfología: Porcentaje de espermatozoides con forma normal. Debe ser igual o mayor a un 4%
Es la OMS (Organización Mundial de la Salud) la responsable de establecer los valores de referencia para considerar una muestra de semen como normal.
Dentro del análisis del semen, hay una cualidades que se suelen también observar. Entre ellos está la Licuefacción, donde se observa que el semen justo después de la eyaculación, sea un coágulo que en 15-20 minutos se licue, constituyendo un líquido fluido. Otro de los aspectos que se suele observar es el color que deberá ser normal, es decir, blanquecino/grisáceo. Un color rojizo puede estar indicando presencia de sangre, o un color amarillento puede estar indicando presencia de células relacionadas con infección.
Cuando una muestra seminal posee todos los valores dentro de la normalidad, se dice que el diagnóstico es de Normozospermia. Cuando un eyaculado presenta alteraciones en alguno o varios de estos parámetros a la vez, se pueden obtener diversos diagnósticos:
Hipospermia: Cuando el volumen del eyaculado es inferior a 1,5 mililitros.
Hiperespermia: Cuando el volumen del eyaculado superior a 6 mililitros.
Oligozoospermia: Cuando la concentración de espermatozoides es inferior a 15 millones por mililitro.
Criptozoospermia: Cuando la concentración espermática es inferior a 1 millón de espermatozoides por mililitro.
Astenozoospermia: Cuando el porcentaje de espermatozoides mótiles es inferior al 32%.
Necrozoospermia: Cuando el porcentaje de espermatozoides vivos es inferior al 58%.
Teratozoospermia: Cuando el porcentaje de espermatozoides con morfología normal es inferior al 4%.
Azoospermia: Cuando en la muestra seminal a analizar no se observa ningún espermatozoide.
Existen múltiples factores, pasajeros o permanentes, que pueden alterar la producción de espermatozoides: infecciones, drogas, calor, tabaco, etc.. El recuento puede variar de una semana a otra en el mismo hombre. Por lo que se recomienda realizar varios seminogramas comparativos para establecer un diagnóstico fiable.
Aunque el seminograma nos aporta información sobre la calidad seminal en un estudio del factor masculino, una muestra de semen que sea diagnosticada como normal, no nos asegura que la fertilidad esté garantizada. Por el contrario, varones con valores seminales inferiores a los que indica la OMS tienen mayor riesgo de ser infértiles.
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