¿Los niños reciben demasiados regalos?
Y cada vez eso me gusta menos. De pequeña, recuerdo que por supuesto me encantaba abrir montones de regalos. ¿a qué niño no le impresiona eso? Y reconozco que los primeros años con las Pequeñas Terremoto nos volvimos un poco locos. Pero aprendimos, y un buen día, antes que se hicieran suficientemente mayores como para apreciar la diferencia, decidimos racionalizar. ¿Habéis leído sobre la regla de los 4 regalos? Consiste en regalarle al niño 4 regalos:
un regalo que desee
un regalo de cualquier tipo que necesite
un regalo que le sirva, como ropa o zapatos
un regalo relacionado con la lectura
Nosotros decidimos adaptar esa regla de los 4 regalos en casa. Al viejito pascuero o a los Reyes se le piden 4 regalos, las pequeñas deciden cuales. Nada de cartas largas, sólo 4 regalos. A mi, me pasa que desde un punto de vista me parecen muchos pero si me pongo en el lado de ellas aun pienso “no será poco?” Porque son muchos meses de emoción para 4 regalos que se abren muy rápido! Pero no son pocos, son más que suficientes.
Pero el hecho es que funciona. Este año no esperan un árbol repleto, esperan esos 4 regalos. De la experiencia del año pasado, además, saben que a veces resulta que en casa llegan dos de esos regalos, y un libro y un juguete útil (no ropa o zapatos como sugiere la regla de los 4 regalos, pero si quizá un juego de mesa que fomente el juego en familia, o libros de actividades, puzzles, juegos para viajes, cosas así) Y los otros dos juguetes que ellas hayan incluido en su carta, el Viejito en nuestro caso, suele ser bueno y dejarlos en casa de su abuelo o de sus tíos. Y ellas además, mandan carta a los reyes y al viejito, así que es más que suficiente.
Es suficiente, 4 juguetes son suficientes y así los aprovechamos al máximo. Además este año vamos a hacer una prueba y mantener fuera de su alcance los catálogos de juguetes. La pequeña de las terremoto tiene tan claro o que quiere, que aun no se había terminado octubre y ya había dibujado su carta. Así que no necesita catálogos para decidir, pues recuerdo como el año pasado que ya lo tenía claro también, los catálogos lo único que hicieron era aumentar su ansiedad por no poder hacer una carta con 20 juguetes. Y en el caso de la mayor, el año pasado los catálogos le sirvieron de inspiración, pero para pedir cosas que al final no utilizó mucho. Lo que iba a pedir antes de ver esa cantidad de hojas con regalos se le olvidó, y fue algo que le regalamos por su cumpleaños y utilizó mucho más. Este año, sin catálogos, dice que quiere pedir que sea sorpresa, que sabe que el Viejito o los Reyes van a saber lo que a ella le gusta.
Pero hablo de juguetes y la Navidad no es solo eso, o no debería serlo.
¿Qué pido yo para todas las Navidades?
Pido tiempo en familia. Antes quizá ni me paraba a pensarlo, pero desde pequeña he disfrutado Navidades rodeada de familiares y amigos. Muchas comidas, muchos eventos, mucha gente junta. Desde que vivo lejos he aprendido a valorarlo. Ya sea apretados en casa por que hace frío, o como aquí que la Navidad se pasa alrededor de una piscina porque hace calor. Pero en familia. Buscando el tiempo para compartir con familia y amigos estos días.
Igual que pido tiempo en familia, pido que no solo sean los regalos lo que importe. Que la Navidad signifique también otras cosas, que signifique tradiciones que seguro en cada casa son distintas: hacer galletas de jengibre, hacer manualidades navideñas para decorar la casa o el árbol, el ritual de poner o quitar el árbol, poner el pesebre, abrir día a día nuestros calendario de adviento, llevar la carta al Viejito Pascuero, a Papa Noel, o a los Reyes!
Que no falte la magia. Porque la magia está escondida en casa rincón en esta época, y no podemos dejar pasar estos días sin disfrutarla.
Y si nos hablamos de magia, como cada Navidad en que la nostalgia siempre hace presencia, pido Navidades blancas, con frío, con luces en las calles, Navidades en las que anochece temprano para que las calles, los escaparates, las ferias brillen con esa iluminación tan característica, pido cabalgatas de reyes que reparten ilusión y magia por doquier. Aunque el verano me encanta, la mezcla de Navidad y verano aun se me hace muy rara. Pero bueno, si cada año pudiera pasar Navidad aquí y los Reyes allí, creo que me podría acostumbrar.
Y por ser fin de año, por ser la época navideña, no nos olvidemos de abrazar mucho, de dar las gracias por los buenos momentos vividos en el año, de aprovechar y disfrutar el tiempo con la familia y los amigos. Y de sonreír, que es fin de año y estamos cansados, y el tráfico y el estrés nos vuelve locos, pero con una sonrisa todo es más bonito.
Te dejo también las propuestas de mis compañeros Callejeando Blog, Cuarto Literario, Dice la Clau, El Blog del Decorador, Golden Strokes
Feliz semana!
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