Linda foto de la talentosa Ingrid Velásquez
Adoro a mi suegro. Es mi compañía, mi confidente y mi apoyo. Nos llevamos súper bien desde que nos conocimos y realmente es el compañero ideal durante las vacaciones de mi Cata. Lamentablemente, es el señor más antojadizo del planeta y siempre está buscando comer o tomar algo rico, refrescante o dulce. Es así, que una tarde mientras esperaba a que mi Cata terminara su aprestamiento, le acepté una paleta de helado de crema. Sabía que no debía consumirla por la leche, sabía que la mejor opción era una paleta de hielo o una rica raspadilla, pero pensé que no me haría daño.
¡Error!
Me cayó terrible. Una paleta y me tuvo remal por casi dos días. Ni más lácteos, me volví a regañar. Pero esta vez va muy en serio.
Durante estos días, me he dedicado exclusivamente al disfrute de mi familia. Tratamos de descansar, de pasear, de reír y de estar juntos.
Estas son las metas que tengo todavía pendientes por cumplir:
Meta 1 y 2, sin avances.
Meta 3, cumplida. No extraño para mi nada mi reloj.
Meta 4, en proceso. Imposible engañarte, Eco-Lover, me encantaron los dos pancitos de yema calientitos y con mantequilla que me comí una mañana para el desayuno. Lo que no me gustó luego de eso fue la sensación de hinchazón y la tortura mental y el sentimiento de culpa que acompañaron mi malestar. Virginia, por favor, entiéndelo de una vez por todas, el gluten te hace daño.
Meta 5, en proceso. Me tomé un vasito de gaseosa negra, helada. Es increíble lo difícil que se me hace dejar algunas costumbres. Y aunque sé por experiencia de primera mano que me hacen daño, caigo en la tentación, de la manera más tonta del mundo.
Igual, no todo está perdido. Fuimos al cine en dos oportunidades y he estado con mi termo de agua fría, así no he tenido ni la necesidad de comprar una botella de agua, ni tampoco he tenido que caer en el antojo de comprar gaseosa.
En casa he aprovechado en preparar junto a mi Cata, unas ricas paletas veganas de plátano. En otro artículo te paso la receta para que también las pruebes tú.
Necesito reunirme con Estefania (*) prontísimo, siento que necesito de su energía para volver al sendero de lo saludable.
(*) Estefania Belaunde - Certificada en "Coach de Nutrition Integral" del Instituto de Nutrition Integral de la ciudad de Nueva York, tiene un alto conocimiento en nutrición holística, asesoramiento de salud y prevención. Basada en su propia experiencia, ella trabaja con clientes ayudándolos a hacer cambios graduales en su estilo de vida para mejorar y buscar equilibrio en su salud, eligiendo vías que promuevan resultados reales y duraderos.
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