Ayer me encontré esta fotografía tomada por un amigo, artista del lente, llamado Badir Glass. Me impresioné al verla y cuando hice un comentario en Facebook sobre la belleza que veo en la foto, decidí también pedirla prestada para mi portada en el perfil.
Hoy, cuando veo que Badir me dio el permiso y me dice que es “sólo una foto tomada con el celular” me pongo de inmediato a pensar en por qué la foto me impactó tanto.
Al volver a mirar detenidamente, la foto me devuelve un retrato exacto de cómo veo mi vida en este momento. Acabo de pasar por el trago agridulce de un divorcio (si, agridulce, porque no es amargo algo que decidiste tomarte por elección propia) y lo que he diseñado para mi nuevo futuro es tal cual se ve en la foto: un paisaje hermoso, lleno de verdor, lugares y sentimientos frescos como me imagino la brisa en la foto.
Las gotas de lluvia en el cristal revelan mi estado de ánimo en los meses pasados: hermosas gotas de momentos exquisitos, que me dan una idea de lo que puede ser mi futuro, pero que todavía no me dejan ver claro si voy a llegar a donde quiero. Estoy trabajando para ello.
El río que se ve en medio no es más que el reflejo de las aguas que he pasado. Sé que los lagos son calmados, si es que es un lago, y así he tenido momentos. Sin embargo, si es un río puede tener corrientes escondidas en lo profundo que no se ven pero el río sabe que las tiene. Así he vivido, ante la tormenta manteniendo la calma y practicando el silencio, sin importar si lo que han dicho o han hecho los demás me importe. El mapa de mi vida sólo lo conozco yo.
La frescura de este paisaje me ha hecho sentirme bien conmigo. Todo lo que ha pasado es porque tenia que pasar, porque de la única manera que se logra lo que se quiere en esta vida es atreviéndose a irse en contra de la corriente.
Vivir conforme a lo que los demás piensan que debe ser tu vida no es sinónimo de felicidad. El culto al sacrificio no es lo mío. No sacrifico felicidad por apariencia. Como siempre digo es algo “normal, sencillo y punto.”
Ningún mar en calma hizo experto a un marinero. Y todo depende del cristal con que se mire.
Gracias Badir Glass por inspirarme a escribir esta entrada.
Hasta la próxima.