Aún sigo con la resaca emocional, lo vivido fue tan especial que no se me hace fácil explicarlo con palabras y aún sigo digiriendo el momento. Miro las fotos para grabar todos esos momentos, me encantaría volver, me gustaría que hubieran más "8 de marzo" en otras fechas.
Probablemente esta no sea mi mejor foto pero sí se ha convertido en la más especial e importante para mí. La miraré y la miraré por siempre y recordaré que yo estuve allí. Cuando mis hijos estudien que un 8 de marzo de 2018 las mujeres se levantaron y se unieron bajo un mismo grito y con un mismo clamor ¡Igualdad! ¡Dignidad! ¡Feminismo! yo le diré con orgullo que mamá estuvo allí, guardaré mis pancartas, mi lazo lila, hasta mi tiket de tren, guardaré estas fotos y se las enseñaré.
Les contaré que aunque mamá no tuvo hijas, lo hizo pensando en sus sobrinas , en todas las hijas de sus amigas, en sus compañeritas de cole, en todas esas niñas que están por venir, por todas esas mujeres que ya no pueden gritar a mi lado, incluso lo hizo pensando en ellos, porque un mundo justo para todos es un mundo sano, productivo y feliz.
No tendré que explicarle que el feminismo defiende la igualdad. No, porque eso ya se lo explico ahora...
Mis hijos serán feministas.
Habrán avanzado mucho comparándolo con este momento, así como nosotras pudimos avanzar gracias a esas guerreras que lucharon hace años.
Mis hijos no son ni serán patriarcado, ellos están siendo criados dentro del feminismo, ¡Todos somos iguales!
Me emociona pensar en ese momento, me emociona pensar en el momento en el que una mujer no sea juzgada por la cantidad de ropa que lleve, ni por su maquillaje, ni por su cara lavada, ni por su melena corta o larga, ni por la cantidad de pelo que tenga en las piernas o en su entrepierna.
Me emociona pensar que ya no serán mas objetos de adorno para entretener a los hombres, me emociona imaginar publicidades libres de cosificación.
Me emociona imaginar cómo será ese momento en el que una mujer sea valorada por su intelecto y preparación, cuando se le permita ascender, cuando no se diga como defensa que tenemos complejo de vicepresidencia y no queremos crecer. Cuando sea normal en una casa debatir quien se queda a cuidar al niño enfermo, o al padre, o al abuela.
Estaré feliz y tranquila cuando sepa que hombres y mujeres por igual piden excedencias o reducción de jornada para ejercer de cuidadores de algún familiar.
Me emociona pensar que llegará el día en el que una mujer no choque contra techos de cristal tan fuertes que la hagan añicos, después de años lucha y saltando obstáculos en su vida laboral.
Me emociona mucho pensar en el hecho de que podrán volver solas a casa, a la hora que sea... libres... sin miedo y sin tener un móvil para avisar, sin la mano dentro del bolso cogiendo fuerte el spray pimienta, cuando no tengan que ir a clases de defensa personal por miedo, o llevar una navaja o un pito en la boca por si tiene que pedir auxilio, cuando se acabe la típica frase "No andes sola por la calle" cuando no le digan más "si vas vestida así te lo estas buscando" o "es que vas provocando" cuándo sepan que vestimos como nos sale de nuestros ovarios y no en función de agradarle o no a un hombre.
Me encantaría ver con normalidad que los padres le enseñen a usar preservativos a sus hijas tanto como lo hacen con sus hijos y les hablen de sexo con la misma facilidad.
Me emociona pensar en ese día en el que una mujer pueda disfrutar de una vida sexual a su gusto sin tener que ser puta o mojigata, promiscua o fulana.
Me encantaría dejar de escuchar frases del palo "la culpa es nuestra por permitirles salir de la cocina" "yo la tengo bien enseñada" "la culpa es de los padres que las visten como putas" eso lo escucho yo ahora, nadie me lo cuenta.
Me encantaría que mis nietas (si es que algún día las tengo) lean cuentos reales de mujeres valientes y fuertes a las que no hay que despertar con un beso porque ya están bien despiertas, donde las protas pueden llegar a casa después de las 12 y feliz por haberse pegado una buena fiesta y no necesiten de un zapato de tacón para demostrar que son princesas.
Cuando todos puedan estudiar en el cole y en el instituto a Flora Tristán, Marie Curie, Virginia Woolf, Frida Kahlo, Indira Gandhi, Eva Perón, Rigoberta Menchú, Malala Yousafzai y muchas otras, tanto como estudian a Leonardo Da Vinci, Isaac Newton, Galileo Galilei, Cristóbal Colón y todos los que ya estamos cansados de estudiar, ¿Qué pasa? ¿Es que la historia es de hombres?
Me encantaría saber que a ellas les hará feliz su cuerpo tal y como sea, que no tendrán que ser sometidas al yugo de los cánones de belleza, que amarán su delgadez o sus curvas, sus pequeños pechos, su talla 36, 40 o 50, que no tengan que ser el blanco fácil del mercado cruel y que no tengan nunca que llorar frente a un espejo por estar llenas de complejos y normas que le ha dictado una sociedad cruel y egoísta, injusta y patriarcal.
Seré feliz cuando una mujer y hombre cobren lo mismo por el mismo trabajo, en todos los ámbitos y en todos los niveles (y si no creéis en la brecha salarial preguntarle a las sepultureras por ejemplo) y sobretodo cuando una representante de su gobierno no diga que la huelga tiene que ser trabajar más "a la japonesa" o cuando una ministra de igualdad sepa el significado del feminismo, y la gente no piense que este movimiento es lo contrario al machismo.
Seré feliz cuando los catálogos de juguetes no nos inviten más al sexismo, cuando ambos, niños y niñas jueguen con muñecas, cuando vea niños empujar carritos rosas y no reciba miradas de escándalo, cuando un niño pueda llevar melena y no den por hecho que es una niña o le digan que no puede usar un moño. Cuando no sea una norma perforarle las orejas a una niña para hacer su primera distinción, cuando no exista más ablaciones, pruebas del pañuelo y miles de brutalidades a las que someten a muchas mujeres, porque aunque no me lo hagan a mí o no lo vea en mi circulo, no estoy ajena a lo que ocurre "Si tocan a una, tocan a todas" otro cántico de este gran día.
Seré feliz cuando algunos hombres entiendan que no nos apetece escuchar sus piropos por la calle, que no tienen el derecho de juzgarnos nunca ¡Nunca!
Me emociona pensar en ese día en el que ya no escuche de un hombre "es que ahora las chicas se nos lanzan encima" ¿Te has cuestionado cuántos años llevas haciéndolo tú? ¿Por qué das por hecho que ese es tu papel y no el nuestro?
Y sobretodo, seré feliz cuando no tenga que llorar la muerte de otra mujer en manos de su pareja, cuando no tenga que llorar la desaparición de otras mujeres, sus violaciones, sus acosos, humillaciones...
Fíjate bien en lo que digo, no seré feliz cuando sea al revés, no seré feliz vengándome del hombre, no queremos estar por encima de él, no los odiamos, amo a mi pareja y a mis hijos. Solo queremos igualdad de condiciones y de oportunidades, precisamente por eso, seré feliz cuando se deje de poner en duda nuestra lucha, cuando se deje de poner en duda el feminismo con la estúpida excusa de que somos agresivas o de que odiamos a los hombres, y si lo sigues pensando así, es que eres un o una gilipollas machista y el mensaje de el 8 aún no te ha llegado, probablemente lo tengamos que gritar aún más fuerte...
LAS MUJERES DE ESTA FAMILIA LUCHANDO UNIDAS
Mientras tanto, mientras que ese momento llega yo seguiré luchando junto a miles de compañeras, seguiré usando mis redes para enseñar, protestar, informar, explicar lo que es el feminismo y cuanto os necesitamos, esa es la verdadera lucha y es lo único que yo puedo hacer: gritar, ¡gritar fuerte! hacer que despierten quienes duermen, y que se caigan las vendas con las que nacimos cuando nos vieron nuestros genitales, incluso desde antes, en las barrigas de nuestras madres ya teníamos una etiqueta puesta, porque sólo así lo conseguiremos...
Juntas y fuertes!
Feministas siempre!
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