Tarde de domingo, terracita, sol y Montse y yo charlando con un café con leche (ella) y un americano doble (yo).
Entre el batiburrillo maternal del que solemos hablar las madres, Montse me cuenta cómo nació su blog BAJO PERCENTIL, historia que me parece maravillosa, por qué su necesidad de encontrar una maternidad real, con todas sus virtudes pero también sus miedos y no simplemente "una maternidad idílica" la llevó a crear su espacio, para así poder ayudar a mamis en su misma situación. No quiero contaros de qué va su blog, ¡prefiero que lo descubráis vosotras mismas!
Entre tanto parloteo, y después de darle un sorbo a su "con leche" Montse me pregunta cómo llevo yo el tema de la diferencia de edades entre mis tres retoños. ¿Cuál ha sido mi experiencia?
Una respiración profunda, tiro de mi americano doble (últimamente necesito mucho café) ¡La cosa se pone seria!
Cuando tuve a Rober, quería tener otro bebé, imaginaba buscar a la "niña" pronto, pero por cosas del destino, y de giros radicales y en mi caso, afortunadamente maravillosos, no pudo ser. Pasó el tiempo y me encontré ya con que mi hijo era mayor. Pensar en la idea de volver a pasar por la barriga y todo lo concerniente, me agobiaba un poco y decidí plantarme. Hasta que un buen susto con un correspondiente retraso, me despertó de nuevo el instinto maternal.
Empecé a darle vueltas al asunto y a poner en una balanza los contras y los pros.
Después de mucho pensar y con ejemplos familiares (mis hermanas tienen 4 y 3 hijos respectivamente y no son seguidos precisamente) llegué a la conclusión de que Rober podría disfrutar más a un hermano ahora, siendo mayor, podría tener esa responsabilidad de big brother (ahora la ejerce a la perfección) podría también ser el "puñetero" hermano que manda y el "adorable" hermano que consiente todo.
Yo también podría tener más ayuda de su parte, dar biberones, ayudar en los baños, cuidar de sus hermanos mientras mamá hace cosas, todo ¡menos cambiar pañales! Eso me lo dejó bien claro el día que le dije que sería hermano mayor ;)))
Y con todo esto quiero decir que no sé si mi decisión fue la más acertada, tal vez para otras madres no lo sea "ni de broma" pero desde luego, para mí fue lo mejor. Si ahora pienso en tener tres hijos con poca diferencia de edades ¡me muero! Celos entre hermanos, llantos, lidiar con tres, ufff, no, qué agobio.
Desde luego, creo que lo mejor siempre es lo que pasa y en mi caso fue así al 100 %
Termino el fondo de café que queda en mi taza y me despido de Montse, esperando que la experiencia que le acabo de contar la ayude en algo a determinar, junto con su pareja, cómo se plantean su vida como futuros padres de otro bebé (o dos o tres jajaja mirad mi caso) y deseando volver a coincidir, pero esta vez en lugar de un café, poder compartir unas copitas y que la conversación se vuelva un poco más desenfadada.
Un beso Montse y ¡gracias por este agradable café virtual!
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