Cada embarazo me ha traído una serie de aprendizajes muy intensos. Cuando ya me siento bastante segura respecto a la parte más fisiológica del embarazo, parto, lactancia y puerperio (en mi primer embarazo leí y me formé mucho en ese sentido), ahora sigo profundizando en una preparación más consciente que me lleva a descubrir y profundizar en mi esfera emocional y espiritual.
Como mujer embarazada estoy tomando conciencia de cosas que desconocía, que nadie me había dicho abiertamente, y que están llevándome por una gestación mucho más conectada, conmigo misma y con mi bebé.
Sé que muchas mujeres desconocen esto y por eso precisamente quiero hablar de ello y compartirlo. Y si estás leyendo este artículo es porque de alguna manera la vida te lo está trayendo, para que recibas esta información y la escuches, luego ya depende de ti misma lo que hagas con ella, pero la información te habrá llegado.
La gestación consciente
Fíjate en las palabras de algunos expertos, investigadores, filósofos, terapeutas… Todos desde ámbitos muy distintos llegan a la misma conclusión:
El investigador español Eduard Punset nos dice: “Si me insisten en que les diga cuál es el descubrimiento social más trascendental de estos dos últimos siglos, no tendré más remedio que responder: el impacto insospechado en su vida de adulto de lo acontecido al bebé desde el vientre de la madre.”
La doctora francesa Claude Imbert expresa: “El vientre de la madre constituye para todos una escena en la que se va a desarrollar durante nueve meses una secuencia fundamental, un primer acto esencial, una vida antes de ver la luz… Armonía o tragedia, sinfonía o disonancia… el resto de la existencia dependerá de ellas”.
El psiquiatra americano Thomas Verny (famoso autor del libro “La vida secreta del niño antes de nacer”):“El futuro bebé es un ser que siente, recuerda y es consciente; lo que le sucede -lo que nos sucede a todos en los nueve meses transcurridos entre la concepción y el nacimiento- moldea su personalidad, sus motivaciones y sus ambiciones”.
El neurólogo holandés Dick Swab: “Gran parte de lo que somos está establecido desde el vientre materno”.
El pedagogo alemán Arno Stern: “Los acontecimientos de nuestra vida prenatal son de una enorme importancia. Imaginaos que su memoria no se haya perdido, sino que haya sido inscrita, no junto con vuestros recuerdos, sino en un depósito aparte: La Memória Orgánica. La memoria orgánica incluye también etapas posteriores al desarrollo de la persona, posteriores al feto programadas genéticamente….”.
El filósofo francés de origen búlgaro Omraam Mikhaël Aïvanhov: “La mayoría de las madres desconocen la influencia de sus estados internos sobre el niño que esperan; piensan que cuando nazca empezarán a ocuparse de él, le darán educadores, profesores, etc… ¡No, cuando el niño nace, ya es demasiado tarde, ya está determinado!”
La psicoterapeuta brasileña Evania Reichert dice:“La paz en el mundo comienza en el vientre de la madre”.
Son citas que dan para pensar ¿verdad? Y que nos pueden plantear varias preguntas…
¿Acaso son tan importantes los meses de gestación que pueden determinar el futuro de nuestro bebé?
¿Qué podemos hacer las madres para salvaguardar esta etapa?
Si cuando estuvimos embarazadas no fuimos conscientes de ello, ¿podemos hacer algo para recuperar lo que entonces no hicimos?
Vayamos por partes…
La vida intrauterina del bebé
La ciencia ha demostrado sobradamente que el feto es capaz de reconocer los sonidos, los olores y la luz. Pero los últimos estudios están yendo un paso más lejos, se está comprobando que el bebé no solo percibe los sonidos de las palabras, sino del contenido no verbal más profundo, los pensamientos y las emociones de la madre, del padre o del entorno.
El bebé registra en una memoria orgánica las reacciones emocionales internas, y estas permanecerán como unas “huellas” inscritas en su cuerpo, en las secreciones hormonales y en su funcionamiento inmunitario.
Es como si en función de las experiencias vividas en el vientre de la madre el bebé “decidiera” su vida futura, programando el adulto que será más adelante, llevándole hacia el amor o la soledad, el éxito o el fracaso, la salud o la enfermedad.
Por eso cada vez más expertos hablan de que es antes de nacer cuando el futuro de la persona se gesta.
Un libro que ha sido muy revelador para mí y que te habla en profundidad sobre esto es el de la doctora Claude Imbert “El futuro se decide antes de nacer” (gracias Mónica de Crea-T por dármelo a conocer).
Sabiendo esto, ¿qué debemos hacer las mujeres embarazadas?
El verdadero trabajo de la mujer embarazada
El filósofo Omraam Mikhaël Aïvanhov en sus múltiples conferencias por allá en los años 60 proponía al gobierno que creara espacios muy cuidados para las mujeres embarazadas.
Estaba convencido de que si las mujeres gestantes podían pasar todo el tiempo rodeadas de belleza, de poesía, leyendo, paseando y escuchando música, acudiendo a encuentros donde aprender cómo vivir durante la gestación: lo que deben comer, pero sobre todo, cómo trabajar con sus pensamientos y sus sentimientos sobre el niño que va a nacer, entonces en esas condiciones de paz, de belleza y de armonía, traerían al mundo hijos luminosos, libres, destinados a hacer el bien y a trabajar a favor de la humanidad.
Omraam afirmaba que durante los nueve meses de la gestación, la madre no solamente trabaja en la formación del cuerpo físico del niño; sin saberlo, trabaja sobre las condiciones favorables o desfavorables para el desarrollo de lo que ese bebé será el día de mañana.
Por eso decía que las madres poseemos la llave de las fuerzas de la vida, y es necesario que tomemos conciencia de estos poderes, que sepamos que de nosotras depende el futuro del género humano.
A partir de ahí proponía que para influir favorablemente durante la gestación sobre el hijo que va a nacer, el verdadero trabajo de la mujer embarazada es algo que hoy en día los expertos antes mencionados siguen defendiendo; la madre debe vigilar sus pensamientos, sus sentimientos, la vida que lleva, y comunicarse con el bebé.
La comunicación con el bebé
El bebé necesita que nos comuniquemos con él desde el principio de la gestación, pues constituye una persona en construcción desde su concepción y necesita sentir la energía de amor y deseo de su madre, de su padre para evolucionar, así como conocer nuestros acontecimientos, nuestras alegrías,… en definitiva los acontecimientos a los que nos enfrentamos en nuestra vida. Y esto podemos hacérselo llegar si lo tenemos en cuenta, comunicándonos con él.
Las formas más universales de comunicarnos con el bebé son el pensamiento, la voz, los sonidos, el movimiento y el tacto.
La fuerza de tus pensamientos
Ya lo dice Louise Hay, pero nuestros pensamientos, lo que creemos de nosotros mismos y de la vida, llega a ser nuestra verdad. Imagínate para un bebé que está dentro de ti y “escucha” todo el tiempo lo que piensas. Además de sentir todas las descargas hormonales y fisiológicas que acompañan esos pensamientos y tus estados emocionales.
De ahí la importancia que cuidemos mucho los pensamientos que tenemos respecto al embarazo, al bebé, y a nuestra vida actual y futura.
Sé bien que no siempre es fácil controlar el torrente de pensamientos negativos y/o disruptivos que pueden aparecer en nuestra mente (miedos, preocupaciones, angustias…), pero mediante afirmaciones positivas podemos parar de alguna manera esa dinámica y llenarnos de pensamientos sanadores y positivos.
Para ello, te animo a que escribas y memorices tus propias afirmaciones positivas para ti y tu bebé y las repitas mentalmente (o verbalmente) todos los días, incluso varias veces al día. Puedes empezar agradeciendo a la vida, a tu hijo/a por haberte escogido, anímate a confiar en tu sabiduría femenina, en tu intuición, déjate fluir por la energía de la vida, inunda con tu amor a tu hijo,….
El poder de la palabra
Cuidar los pensamientos es importante pero también lo es hablar directa y personalmente al bebé. Los expertos dicen que desde el primer instante en que nos sabemos embarazadas.
Ten en cuenta que los bebés in utero perciben las percepciones de las palabras desde los primeros instantes, pues aunque sus oídos ni su cerebro sean todavía funcionales, su piel, su envoltura funciona como una antena en el líquido amniótico, como una caja de resonancia que le transmite el sonido.
Así que además de dedicarle frases cargadas de amor, exprésale tus sentimientos, cómo te sientes, lo que deseas, lo que te preocupa o te da miedo (siempre añadiendo en este caso que tú eres su mamá, y que le vas a proteger y a cuidar siempre, que como adulta encontrarás la manera de ocuparte de esa situación)….
Volviendo a las conferencias de Omraam, algo que proponía a las madres gestantes era dirigirse verbalmente a sus bebés con frases luminosas, cubriendo al bebé de amor y buenas cualidades, como por ejemplo: «Hijo mío, te quiero mucho, pienso en ti, quiero que seas grande, noble, luminoso, divino, fuerte, puro y bondadoso…” .
Esto va resultando más fácil a medida que la barriga avanza y sobretodo cuando empiezas a notar los movimientos de tu bebé y durante el último trimestre. En todo caso, ten en cuenta que los momentos más propicios para establecer un diálogo suelen ser aquellos en los que el bebé está despierto, entre una y dos horas después de que la madre haya comido, y que si te cuesta mucho, entonces hazlo en voz baja o mentalmente.
Otras propuestas para conectar con tu bebé
Otra manera de crear espacios de comunicación donde pueda fluir la expresión y los sentimientos con tu bebé pueden ser:
(1) Escribe
Una carta de bienvenida a tu hijo/a puede ser una manera muy potente de conectar con tus sentimientos y hacérselos llegar al bebé. También lo puede ser seguir un diario del embarazo.
Hace un tiempo te hablé de la Agenda-libro del embarazo consciente escrito por Mónica Manso y Yadday Hermoso, libro que además me está acompañando en este embarazo y que recomiendo mucho. Lo puedes encontrar en nuestro Atelier aquí.
(2) Escucha música y canta
¿Sabías que la boca, mandíbula y garganta están conectadas con la apertura del canal de parto? Son como canales espejo, de manera que relajando esta zona, podemos relajar también el cuello del útero, la vagina y el periné. De ahí que en India las mujeres practiquen el canto maternal carnático durante el embarazo y el parto (yo también lo estoy practicando este embarazo).
Además cantar permite la liberación de endorfinas (hormonas del placer), que llegan al bebé a través de la placenta. Por otro lado, cantando, el líquido amniótico vibra y le acaricia, haciéndole como un masaje muy placentero.
Así que escucha la música que más te guste ¡y déjate llevar cantando!
Y si quieres una música más especial que te acompañe durante el embarazo, te recomiendo a dos autoras: Tanit Navarro y Rosa Zaragoza.
La canción de Tanit Navarro “Al otro lado de la piel” es preciosísima y muy muy emocionante para una mamá embarazada, cada vez que la escucho y la canto, !me emociono! Puedes escucharla aquí.
(3) Practica la respiración consciente, medita…
Es tan reparador darnos un tiempo de quietud y de silencio para encontrarnos con nosotras mismas, para calmarnos, para respirar, sin hacer nada más… Que puede ser un momento también para que nuestro amor fluya hacia nuestro hijo.
La respiración profunda es también como un masaje para el bebé. Si quieres aprender a respirar de manera consciente, mira este vídeo explicativo de Monica Manso (autora de la agenda-libro del embarazo consciente).
Dando un paso más, la meditación es otra manera muy consciente de encontrarte desde otro lugar con tu bebé. Puedes empezar con visualizaciones, que ya de por sí actúan a un nivel muy profundo del inconsciente, y si te animas a algo más, puedes empezar con la meditación guiada que Isabel Fernández nos regaló hace un tiempo en el blog, mira el post: Conecta con tu guía, meditación guiada
(4) Explora tu creatividad
Deja fluir tu creatividad, dibuja, pinta, modela, esculpe, cose, confecciona… Exprésate a través del color, de la creación con tus propias manos, es otra manera muy bella de dejar que tu interior se exprese, conectando también con tu bebé, y de una manera que más tarde (cuando nazca y crezca) podrás mostrarle.
En todo caso, vive tu embarazo con consciencia, con plenitud, rodeándote de belleza y de alegría. Es un regalo para ti, pero sobretodo para tu bebé.
Y si ya no estás embarazada, pero lo estuviste y ahora crees que lo habrías hecho de otra manera, no te sientas mal, el sentimiento de culpa ya sabes que no es nada constructivo ni ayuda a nadie, simplemente acepta que fue así porque en ese momento tuvo que ser así, formaba parte del aprendizaje por el que debías transitar. Y a partir de ahora trabaja en ese vínculo con tu hijo, porque ya sabes que lo que realmente importa es el ahora, lo que hacemos en este mismo instante.
Cuando un niño nace, no nace de la nada. Y si me preguntáis porqué razón ha nacido vuestro hijo, os responderé: “Para que sepáis lo que hay en vuestra mente.” Así es como los hombres y las mujeres aprenden a conocerse: a través de sus hijos. -Omraam Mikhaël Aïvanhov
Aguamarina