El juego individual que ofrecen los dispositivos móviles nunca sustituirán a aquellos maravillosos juegos en grupo a los que jugábamos con nuestros amigos en la calle. Juegos tradicionales infantiles de toda la vida que, además de entretener, te hacían estar físicamente en forma.
Los niños llamaban a la puerta y le decían a tu madre: ¿"se sale" Almu?, (frase gramaticalmente genial donde las haya), y salíamos corriendo escaleras abajo con nuestro bocata de Nocilla, y el elemento "juguetil" que tocase esa tarde.
Era algo que no tenía precio y que hoy en día cada vez se hace menos ¡¡Mal. Error. Maaac!!
Los niños tienen que salir, jugar, relacionarse, y nosotros debemos guiarles. Y por supuesto, hablarles y enseñarles esos juegos que nos hacían pasar la tarde y los recreos entretenidos con nuestros vecinos y amigos.
Os dejo unos cuantos, a ver si os acordáis:
El sambori (o rayuela)
¿Quién no conoce este juego tradicional para niños? Lo mejor era dibujar el circuito con tiza en el suelo formando una figura con cuadrados que iban originalmente del 1 hasta el 10. Se lanzaba una piedra comenzando por el primer número, (tenía que entrar dentro del cuadrado), y a pata coja se saltaba, se recogía y se volvía a salir del circuito. Se puede jugar en grupo o individualmente. en algunos lugares se llama sambori (como es el caso de Valencia)
Saltar a la comba
Sin comentarios. Saltar a la comba en grupo es uno de los juegos más divertidos que hay. Sólo se necesitan 3 personas y una cuerda. Dos en los extremos sujetando la cuerda y otra saltando; pero es mucho más divertido cuando se hace una fila y los niños van entrando a saltar. ¡¡Qué buenos recuerdos eh?! ¿Y las canciones tan chulas que cantábamos?: Popeye el marino soy; al pasar la barca; soy la reina de los mares; ...
Las canicas y las chapas
Ambas opciones son juegos de puntería. Hay muchas variantes. Con el dedo índice y ayudándonos con el pulgar, había que dar un toque a las canicas, (o chapas), para que chocasen con otras, se metiesen en un agujero, o sencillamente llegasen las primeras a lo largo de un circuito trazado.
El juego del pañuelo
Se jugaba haciendo dos equipos, y otro niño se ponía entre ambos sujetando un pañuelo con el brazo extendido.
Cada participante de cada equipo se numeraba con un número. El niño del pañuelo entonces gritaba el número que quisiese y los dos participantes de cada equipo que tuviesen ese número tenían que correr a recoger el pañuelo y volver a su lugar sin ser atrapado por su contrincante. Ganaba el equipo que más veces hubiese conseguido hacerse con el pañuelo. Súper divertido. Te reías muchísimo.
A la una la mula
¡La de recreos que me he pasado jugando con mis compis a este juego!. Tengo anécdotas para dar y vender. No había límite de jugadores, y se hacían turnos para ser "la mula". Cada niño tenía que saltar cada una de las rondas, y en cada ronda (número) había que hacer un movimiento.
A la 1 la mula (no se hacía nada)
A las 2 una coz (había que dar una patadita a la "mula" mientras se saltaba
A las 3, Juan, Perico y Andrés (dabas tres saltitos y luego saltabas)
A las 4 las uñas de mi gato (al saltar se clavaban las uñas en el niño agachado)
Y así hasta el número que se quisiese.
Nosotros terminábamos con Superman, (todos nos cogíamos de las manos y al que le tocase, saltaba en plancha) A veces teníamos accidentes "provocados" ¿eh Mari?)
Saltar a la goma
Un juego en el que las tardes se nos pasaban volando. Dos niños se colocaban en los laterales sujetando una goma en los tobillos con las piernas abiertas dejando un espacio en el medio para que otro niño saltase. Se hacían un montón de ejercicios saltarines al ritmo pegajoso de cancioncillas varias de tipo: Uy, ulalá, ding, dong, toma lacasitos; sangre cuajada de primera división; en la calle 24; ...
¿Recordáis alguna más? ¿Jugabais a estos juegos? Pues vengaaaa!!! Espero vuestros COMENTARIOS, anécdotas y demás, debajo de esta entrada. Y compartirla en vuestras redes sociales, que seguro que otras mamis y papis recuerdan con cariño, y un puntito de nostalgia, todos estos juegos populares
Además, seguro que estáis deseando bajar a la calle con vuestros niños y empezar a enseñarles cómo pasábamos nosotros las tardes de otoño. ¡¡Adelante. Se quedarán encantados!!