1. No dejes pasar ciertos momentos
Probablemente, si le preguntas a tu madre una de las cosas que cambiaría cuando tú eras pequeña, ella te responderá el haberte dedicado más tiempo en tu día a día.
Nuestro ritmo de vida conlleva trabajar fuera de casa, tener la casa perfecta y llevar una vida social activa Hay momentos en la vida de tus hijos que son irrepetibles y nuestros hijos nos agradecerán el haber formado parte de ellos: leer un cuento todas las noches, la primera vez que se tira por el tobogán “él solito”, pasar a taparle y darle un beso cuando te vas a la cama, etc… Relájate y disfruta de su día a día, seguro que en tiempos muertos encontrarás la forma de sacar adelante el resto de asuntos.
2. Deja de intentar ser una madre perfecta
Hoy día las redes sociales nos invaden de fotos de casas bonitas, de cumpleaños perfectos, de fines de semana de ensueño Tenemos que tener en cuenta que no es oro todo lo que reluce y que gastamos demasiados esfuerzos en intentar ser la mejor madre del mundo. Déjate llevar por tus instintos maternales, para tus hijos siempre vas a ser su mejor referente.
3. No compares
Nos referimos a que no te compares con otras madres y tampoco compares a tus hijos con otros niños. Todos somos únicos y tenemos nuestras virtudes, debemos dejarlas fluir y no dejarnos llevar por lo que sean o tengan otros.
4. Te quiero
No siempre las palabras se las lleva el viento y muchas veces nos olvidamos de expresar a nuestros hijos lo mucho que les queremos. Además de un “te quiero cariño”, los niños perciben amor en gestos tan sencillos y cotidianos como agacharnos para escucharles, dejar el móvil para dedicarles tiempos de calidad o hacerles cosquillas mientras bajamos en el ascensor. Muchas madres veteranas echan de menos haber dedicado gestos tan sencillos a sus hijosSeguro que los hubo y el duro día a día se los impidió ver.
5. No te sientas culpable por trabajar
Muchas mamás, o bien por elección o por necesidad, trabajan muchas horas fuera de casa. No te sientas culpable, pasa tiempos de calidad con tus hijos y ten en cuenta que tus hijos aprenderán el valor del trabajo y de las cosas, la constancia y la importancia de perseguir un sueño o una pasión.
6. Cuídate por dentro y por fuera
Al final, somos el principal modelo para nuestros hijos. Si nosotras nos queremos, nos mimamos y nos respetamos, ellos también aprenderán a quererse a ellos mismos. Muchas de nuestras mamás, especialmente las que no tenían ayuda de ningún tipo, no tenían tiempo ni de ir a la peluquería Los inicios en la crianza son duros pero debemos cuidarnos desde el inicio porque además, si nos cuidamos por fuera también nos estamos cuidando por dentro y viceversa. Sal a tomar un café con las amigas, estate debajo de la ducha todo el tiempo que te pida el cuerpo, sin prisas. Si no tienes con quien dejar a los niños, siéntate en el sofá con los pies en alto mientras los niños juegan en la habitación contigua Ellos también aprenderán a respetar tus tiempos de relax.
7. Cuidaros en pareja
Si tu pareja y tú os cuidáis mutuamente, os respetáis y tenéis una buena comunicación, todo ello redundará de forma positiva en la relación con vuestros hijos y en las relaciones que ellos puedan tener en un futuro. Nuestro acelerado ritmo de vida y el cuidado de los niños hace que muchas veces nos olvidemos de nuestra pareja. Propiciemos tiempos en familia y tiempos de sofá los dos solos.
Margarita Fernández Acero
Pedagoga
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