Enseñar a nuestros hijos a acostarse y a dormir solos, tranquilos y sin problemas es una de las tareas que como padres debemos saber realizar. Sabemos que no siempre será fácil y que nuestros peques intentarán siempre demorar el momento buscando cualquier excusa como que no tienen sueño, sed o que quieren esperar a que llegue papá de trabajar.
Pero también es cierto que mamá y papá cometemos algunos errores que debemos evitar si lo que deseamos es que la hora de acostarse sea plácida, tranquila y sin necesidad de repetir una y otra vez ¡A dormir!
¡A dormir! Los 10 errores de mamá y papá.
Estos son los 10 errores más comunes que cometemos y que debemos corregir.
No fijar un horario para acostarse. Es importante que los niños tengan y sigan unos horarios más o menos fijos para ir a dormir y que lo hagan en su cama tranquilos y relajados. Los beneficios de mantener unos horarios regulares a la hora de dormir, son múltiples y los tratamos ámpliamente en un post dedicado a ello que puedes leer en este blog.
No seguir ninguna rutina. Las rutinas favorecen que los hábitos se vayan estableciendo, si siempre hacemos las mismas cosas antes de que se vayan a dormir, nuestros hijos irán entendiendo que el momento de acostarse llega y con el tiempo ni se quejarán. Lo tendrán tan asimilado que ellos mismos se acostarán tras lavarse los dientes y beber un vaso de agua.
Olvidar la siesta cuando aún la necesitan. Los niños pequeños necesitan hacer siesta como mínimo hasta los 5 años, lo malo es cuando entran en el sistema escolar ya que a partir de los 3-4 la suprimen en los coles. Pero mientras están con nosotros y si van a casa a comer al medio día es importante que duerman un ratito después de comer, aunque solo sea 20 minutos. Llegar demasiado cansado por la noche puede ser un factor que dificulte conciliar el sueño de los más pequeños. Aunque creas que tu hijo no necesita dormir la siesta es aconsejable que le acostumbres a hacerla.
Permitir que ellos decidan el momento de acostarse, por ejemplo después de ver tal o cual programa de televisión de moda de ese momento.
Dormirles en nuestra cama cuando ya tienen edad para a prender a dormir solos.
Ser inconsistentes e incoherentes con nuestras decisiones en el lugar donde les permitimos dormir y la hora de acostarles. Esto ocurre si algunas veces permitimos que duerman con nosotros mientras que otras nos negamos, unas veces dejamos que no se acuesten hasta tarde mientras que otras queremos que se duerman pronto. O mamá permite una cosa y papá no o viceversa.
Caer en sus “chantajes”, por ejemplo “no me dormiré hasta que me cuentes otro cuento”. Contarles un cuento para dormir es fantástico y muy aconsejable pero este debe ser corto, nada de historias interminables que alargan y eternizan el momento de cerrar los ojos y descansar. Se trata de que compartamos un pequeño y agradable momento antes de irnos a dormir, un momento relajante que les ayudará a conciliar el sueño.
Obviar sus miedos y temores. Uno de los errores que podemos cometer es ignorar los miedos que sienten nuestros pequeños cuando entran en sus camas, la oscuridad de la habitación, los armarios llenos de monstruos o la terrible sensación que les invade cuando se sienten solos son los enemigos número uno para que nuestros hijos quieran irse a dormir . Cuando esto ocurre debemos incrementar nuestra paciencia y tratar de entender y empatizar con sus sentimientos. Dejar la puerta un poco abierta para que entre un poco de luz y quedarnos tras ella hasta que se duerman puede ayudar a que concilien el sueño tranquilamente. Al principio puede que tarden un poco en dormir pero con el tiempo, y a medida que vayan adquirendo seguridad en sí mismos y el hábito de dormir tranquilos en sus camas, cada vez costará menos y a los 5 minutos dormirán plácidamente.
Enfadarnos porque no se duermen.
Desesperarnos y gritar porque nos llaman constantemente para pedirnos agua, pipi o lo que sea que quieren.
Foto cortesía de La entrada ¡A dormir! Los 10 errores más comunes de mamá y papá. aparece primero en Mamá Psicóloga Infantil.