Sobre todo, quería asegurarme de que merecía la pena la inversión y que no era una de las miles de cosas que el márketing para padres y madres te hace pensar como indispensable. Finalmente, decidí que era la mejor opción para nosotros y con nuestro segundo hijo lo he usado durante el embarazo y después de su nacimiento en cuanto ha refrescado. A día de hoy lo uso siempr durante la época de frío, ¡no sé qué haría sin él!
Así que aquí os aclaro un poco las dudas que tuve al principio para que os sirvan como guía a la hora de decidir si haceros con uno y, en su caso, cómo elegir el más adecuado.
1. ¿Merece la pena comprar un abrigo de porteo?
Muchas mamás me hacen esta pregunta cuando me ven con él puesto. En mi experiencia, si porteas muy a menudo, sí. Si lo haces de forma esporádica, probablemente te apañes poniendo una manta por encima o similar. Sin embargo, si lo haces prácticamente a diario. un abrigo de porteo te va a facilitar muchas cosas: llevar solo un abrigo para ambos. vestiros a los dos con las mismas capas y practicidad a la hora de poner y quitar. Si además eres previsora y lo usas también durante el embarazo, es una inversión asegurada.2. ¿Son caros?
Digamos que baratos, no son. Rondan los 100 euros, según marca y modelo. Eso sí, hay mucho mercado de segunda mano (Wallapop, sobre todo), así que probablemente encuentres el tuyo por mucho menos de lo que esperas.3. ¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de elegir uno?
Hay que considerar varias cosas importantes:Grosor: Dependiendo de donde vivas, habrá unos que se adapten más a lo que necesitas que otros. Algunos de ellos son muy calientes (varios vienen de países del norte), además del calor que supone llevar a un ser vivo calentito y pesado cerca de ti. Otros son más tipo forro polar, geniales si vives en un lugar más templado.
Cremalleras trasera y delantera: Si vas a portear detrás, es muy importante que tengas en cuenta que necesitas un modelo que tenga una cremallera trasera para insertar el adaptador. Yo siempre recomiendo que la lleve, porque lo más probable es que antes o después acabes porteando a la espalda y si no la tiene, te tienes que comprar otro abrigo.
Desmontable: Algunos son una sola pieza y otros permiten retirar la capucha, las mangas o la bufanda con corchetes. De nuevo, dependiendo de tus necesidades es importante tener en cuenta que se pueda hacer más o menos ligero.
Talla: Aunque pueda parecer un punto obvio, piensa que tu cuerpo va a cambiar después del embarazo (yo engordé muchísimo). No lo compres demasiado pequeño, y piensa en una o dos tallas más si lo vas a compartir con tu pareja.
Estilo: No soy muy de ir a la moda, pero este es un punto muy relevante porque va a ser el abrigo que lleves prácticamente todos los días durante, probablemente, más de un invierno. Los hay de diferentes cortes, te aconsejo que a pesar del precio cojas un modelo que realmente te guste, para que puedas sacarle el mayor provecho.
Color: Otro punto necesario porque, como mencionaba en el anterior, probablemente lo lleves puesto día sí y día también. Que sea un color que te guste, con el que te sientas cómoda y que puedas combinar fácilmente con tu ropa de diario.