Como seguro que ya habréis comprobado, la cocina es una de las cosas que a los peques más les gusta. Colaborar cocinando, hacer ellos mismos alguna cosa para la comida, merienda o cena. Se divierten, aprenden, manipulan, huelen, prueban… todos los sentidos inmersos en una actividad, que además ¡luego pueden aprovechar comiéndose el resultado de la misma!.
En este caso os traemos una sencilla receta, muy manipulativa para disfrutar con vuestros peques. La hemos llamado Almond Bites o Bocaditos de Almendra. Para prepararlos necesitaréis los siguientes ingredientes:
INGREDIENTES
un bote pequeño de leche condensada
1 paquete y medio de galletas maria
1 paquete de almendras fritas sin sal
1 tableta de 100gr de chocolate blanco para fundir
1 tableta de 100gr de chocolate negro para fundir
Fideos de colores
1 paquete de moldes de trufa
PREPARACIÓN
Lo primero que se debe hacer y que deberá preparar un adulto, es una especie de dulce de leche realizado a partir de la leche condensada. Se debe poner toda la leche condensada en una olla express con un dedo de agua y dejarlo cocinar durante 20/30 minutos.
Cuando la leche condensada esté cocinada, la apartaremos en un recipiente para que se enfríe, a temperatura ambiente.
Mientras tanto y con la ayuda de los peques podéis triturar los diferentes elementos para hacer la masa. Primero empezaremos con las almendras fritas, usando toda la bolsa y triturando todo muy fino. El resultado lo colocaremos en un bol grande donde mezclaremos todos los ingredientes.
A continuación, se han de triturar todas las galletas (el paquete y medio) también muy fino. Si tenéis muchos peques colaborando, podéis hacer hacer montones de galletas y que cada uno pueda ayudar a triturar un montón de ellas. Las galletas trituradas las colocaremos también en el mismo bol.
A continuación, mezclaremos las galletas y almendras trituradas con la leche condensada cocinada y ya fría, que tendrá un tono marroncito como el del dulce de leche.
Lo siguiente es empezar a mezclar los 3 ingredientes hasta conseguir una masa uniforme. Podéis empezar con cucharas….
Pero luego habrá que meter las manos y amasar, para que quede todo mezclado de manera uniforme. Cuantas más manos ayuden, mejor…. jajajaja.
A continuación, iremos cogiendo trocitos de masa y haciendo bolitas con las manos y las dejaremos en un molde de trufa. También podéis ofrecerles moldes de galletas y que creen las figuras que quieran con la masa. La idea es dejarles libertad para crear.
Tampoco importan mucho el tamaño. La mejor idea es mostrarles el tamaño mejor para las bolitas, para que quepan bien en los moldes y además sena un bocado único y estupendo para saborear.
Mientras están haciendo bolitas o creando figuras, podéis ir derritiendo el chocolate. Derretiremos tanto el chocolate blanco como el negro, por separado, al baño maría con una cucharadita de aceite.
Cuando esté derretido y se haya enfriado un poco (lo justo para que los peques no se quemen, pero el chocolate no endurezca), colocaremos un poquito de chocolate encima de cada bolita. Si nos gusta más un chocolate que otro, pues usaremos el que más nos guste para todas las bolitas. Si no, pues iremos poniendo chocolate blanco o negro en cada una de ellas según queramos.
Por último, colocaremos encima fideos de colores para decorar y hacerlas más divertidas. Después se dejan enfriar a temperatura ambiente o si los queréis más frescos, los podéis meter en la nevera y endurecerá el chocolate un poco más rápido.
Algún que otro elemento de la mesa se llevó también un baño de chocolate bastante intenso… jajjajaja. No se puede ser galleta y estar en una mesa con chocolate derretido por en medio… jajajaja.
Así los peques, fueron aprovechando lo que quedaba de chocolate derretido, tanto para las galletas que había por la mesa, como para realizar varias catas de ambos chocolates… hay que probarlo todo, claro que sí.
Aunque la mesa donde preparamos todo quedó así de estupenda, jajajaja….
El resultado son unos bocaditos de almendra cubiertos con chocolate blanco o negro increíblemente buenos.
CONSERVACIÓN
Aunque estén buenísimos, no hace falta que os los comáis todos del tirón… ajjajaja. Podéis consumirlos en 2/3 días guardándolos en un recipiente tapado, y dependiendo de la época del año, a temperatura ambiente o en la nevera. ¡Siguen estando increíblemente buenos!
¿Qué os han parecido? ¿Habíais probado a hacer algo así?
Si os gustan las recetas para hacer con vuestros peques, no os perdáis nuestra receta de Cake Pops de chocolate…. es genial para disfrutar en familia.
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