Muy cerca de Valencia, a unos 60 km aproximadamente, se encuentra el pueblo de Navajas. No es un pueblo muy grande, pero realmente recibe muchísimas visitas los fines de semana y también en fiestas y puentes, dado su paraje de montaña tan accesible y cercano al pueblo. El Salto de la novia, es un entorno de montaña, con senderos muy sencillos para ir con niños y con un gran atractivo para ellos. Cascadas, río, puentes, agua, arena, piedras… que más se puede pedir.
Decidimos ir a pasar el día allí un domingo y realmente es genial. Los niños disfrutaron muchísimo.
Al llegar al pueblo, hay que seguir hacia su interior y enseguida se ven carteles indicando donde se encuentra el Salto de la Novia. Según la época del año que se vaya, podréis aparcar casi directamente donde comienza el sendero, o tendréis que buscar aparcamiento por las calles cercanas. A nosotros nos tocó lo segundo… creo que media Valencia estaba allí ese domingo.
Cuando aparcamos, cogimos nuestras mochilas con la comida y nos encaminamos hacia la cascada. El acceso inicial está muy liso y se puede acceder incluso con carritos de bebé. Es un camino de bajada y los nenes se pusieron a correr como locos.
Lo primero que te encuentras es una primera cascada, donde el agua termina de caer al pie del camino, y donde los niños ya alucinan al ver una parte de la caída de agua tan cercana.
Al lado justo de esta caída de agua, hay unas escaleras que te permiten subir hacia la parte más alta de la cascada. Realmente estas escaleras no son para subirlas con niños pequeños, ya que el agua corre por ellas y son muy resbaladizas. Pero los adultos pueden subir y acercarse más a esta primera cascada. Por supuesto, allí había un montón de gente haciéndose fotos, igual que nosotros… todo hay que decirlo, jejejeje.
El camino sigue hacia abajo y se llega a una zona más amplia, con unas fuentes en el lado derecho y un puentecito para atraversarlo.
Una vez pasado el puente, ya es posible divisar la gran cascada del Salto de la Novia. Delante de ella, piedras enormes, un río y una pequeña zona lisa de piedrecitas oscuras donde poder pararse a comer, jugar o lo que se quiera.
En esta explanada es donde nos sentamos a comer. En uno de los lados hay unas pequeñas caídas de agua entre piedras grandes, donde los peques pueden ponerse a jugar y tirar piedras sin peligro de hacerle daño a nadie (siempre bajo supervisión de un adulto). Así que allí los peques, tiraron piedras, jugaron con la arena, hicimos el corro de la patata (jajaja, cosa de las peques) y dimos de comer a un gatito que nos visitó.
En esa esquina se puede ver como cae el agua y sigue el curso del río, con pequeñas caídas de agua donde la corriente va arrastrando todo lo que encuentra a su paso. Aprovechando que la teníamos al lado, fue genial enseñarles a lanzar hojas al río y que vieran como la corriente se las llevaba río abajo, pasando por las zonas de piedras y cayendo entre ellas para seguir el cauce del río. Todo una investigación de los fenómenos naturales.
Por los alrededores de esta zona, existen diferentes senderos para poder seguir andando y recorriendo la zona. Nosotros, después de comer, nos decidimos a seguir uno de los senderos que ascendía con respecto del nivel del río. El sendero al principio está muy bien, pero luego llega a zonas con el terreno irregular y un poco más difícil para los más pequeños. Desde allí arriba las vistas son increíbles.
Después de dar un paseo entre canciones, investigaciones, búsqueda de las marcas que señalizan el sendero y más, decidimos volver para intentar acercarnos a la cascada del Salto de la Novia.
Anteriormente, había en la zona cerca de donde nos paramos a comer, una especie de puente de madera que te permitía pasar y acercarse a la cascada (o por lo menos es lo que había visto yo en fotos). Pero cuando estuvimos nosotros hace unos días, ese puente no estaba. Así que investigando encontramos la manera de acceder a la cascada. No es un camino sencillo, pero se puede hacer con niños.
El paso se encuentra justo al lado de las fuentes y el puentecito, ya después de la primera cascada. Se puede ver como una pequeña barrera con un agujero (saltable) por el que pasa el agua, y un poco más adelante, hay también un camino con un pequeño puentecito hecho de piedras grandes en el río. Por cualquier de las dos alternativas, se puede cruzar el río para acercarte a la cascada.
Luego hay que atravesar árboles bajos y uno que se ha caído, así como zonas de piedras de gran tamaño.
Estas fotos están hechas al volver de la cascada, para que veáis un poco el tipo de camino que es. Los niños más aventureros no tienen problema de pasar ellos solos, pero a la peque pues sí tuvimos que ayudarla. Merece mucho la pena, porque no solo te acercas mucho a la cascada (puedes tocar el agua), sino que también ves todo desde el otro lado del río, que también es muy interesante.
Hay que tener mucho cuidado porque las rocas cerca de la caída del agua resbalan un montón. Algún intrépido que andaba por allí, se acercó más de la cuenta, resbaló y acabo completamente mojado. Vaya susto.
Estando allí, fue el momento perfecto para sacar unas galletas y disfrutar de una pequeña merienda. Mientras merendábamos, pudimos observar en la montaña de enfrente, dos cabras montesas que andaban por zonas realmente peligrosas y ¡lo hacían como si nada!… Los peques estaban alucinados…, “mamá, ¿no se van a caer? ¿a ver si se caen y se hacen daño?”, eran sus comentarios.
Después de observar allí un rato a las cabras, a los niños, a la gente, al agua cayendo y la corriente del río, ya nos decidimos a volver hacia los coches. Ni que decir tiene que los niños cayeron rendidos de sueño nada más poner el coche en marcha… ajajaja. ¡Siesta después de todas las emociones vividas en la naturaleza!.
Como podéis ver, el Salto de la Novia es un sitio increíble para pasar un día en la naturaleza con los niños de cualquier edad. Además del sendero que hicimos nosotros, hay muchos más alrededor de la cascada, lo que permite que los más aventureros puedan hacer más rutas y caminar más rato si lo desean. Nosotros ya sabemos un sitio donde ir cuando queramos los peques jueguen y corran sin peligro en la naturaleza y cerca del agua. Seguramente será una alternativa increíble en verano, porque seguro que además de todo lo explicado antes, los niños se podrán bañar en el río sin problemas, así que volveremos.
¿Habéis estado en el Salto de la Novia? ¿Conocéis Navajas? Os la recomiendo. ¿Tenéis algún sitio similar cerca de donde vivís?. Si queréis alguna alternativa más de rutas y senderos para niños, no os podéis perder la Ruta del Charco Azul en Chulilla. Además, tenéis más cosas para hacer con niños durante el fin de semana en nuestra sección de Donde vamos?
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