Hace ya un par de meses más o menos que hemos vuelto de nuestra primera escapada del año: Amsterdam, Países Bajos. Ya hace unos años que nos gusta celebrar nuestros cumpleaños fuera de casa, y esta vez le tocaba el turno al Papá Viajero, que cumplió años el día 12 de febrero. Así que os describo un poquito nuestros días allí, lo que hemos hecho, cómo nos hemos apañado con los niños, lo que más nos ha gustado... todo sobre Amsterdam!
La verdad es que Amsterdam es un destino que hace tiempo que le teníamos ganas. Reservé los vuelos con la compañía KLM que he de decir que es de mis preferidas, y esta vez era la nos salía mejor de precio (podéis ver el post de los 10 consejos para conseguir vuelos más baratos).
Para el alojamiento escogimos la opción de apartamento, ya que con los niños nos es más cómodo hacer los desayunos y las cenas como en casa. Después de mucho mirar y comparar, nos decidimos por los apartamentos Yays Oostenburghergracht (ahora tienen 20€ de descuento con el código DIRECT20) y fue todo un acierto, ya que los apartamentos son super nuevos y con todo lo necesario para pasar unos días estupendos. Además tienen un supermercado justo al lado, una parada de bus justo en frente y una de tranvía a escasos 200 metros. Su situación es un poco alejada del centro, por lo que es un barrio más tranquilo, y a 15-20 minutos en transporte público del bullicio de la ciudad. A nosotros nos ha resultado muy cómodo por lo que lo recomiendo 100%.
También antes del viaje reservé varias actividades que queríamos hacer durante nuestra estancia, y menos mal que lo hice, porque una vez allí hay unas colas impresionantes para coger entradas y a veces incluso ni hay! Lo que reservé con antelación fue:
- Casa de Ana Frank: son 9€ por adulto, 4,50€ de 10 a 17 años y gratis los niños de hasta 9 años.
- Museo Van Gogh: son 18€ por adulto y menores de 18 años gratis.
- Paseo en barco por los canales con la empresa Blue Boat: hay varias empresas que hacen estos paseos, pero esta nos gustó porque pudimos llevarnos el carro dentro del barco aunque fuera plegado. El precio es de 16€ los adultos, 7,50€ los niños de 5 a 12 años y gratis los más pequeños.
Nuestro avión salía de Barcelona a media mañana dirección Amsterdam-Schiphol. Sobre la 13:30 llegamos al aeropuerto y decidimos comer allí antes de ir hacia nuestro apartamento. Allí mismo cogimos el tren dirección Amsterdam Centraal. Los trenes pasan muy seguidos por lo que no hace falta preocuparte mucho en los horarios y tarda unos 15-20 minutos en llegar al centro. El billete vale 4,30€ un trayecto/persona (los niños no pagaron).
Estación Amsterdam Centraal
Una vez en Amsterdam Centraal cogimos el bono para 72 horas, y nos costó 17,50 €/persona. (los niños de 4 a 11 años pagan un poco menos, y los menores de 4 años, nada). Con este bono puedes subirte tantas veces al día como quieras en autobuses, metro y tranvías. Es muy cómodo la verdad, recomiendo sin duda cogerse el bono si tu alojamiento está un poco alejado del centro o si tus hijos no son de andar mucho... jejeje
Desde la estación central cogimos un bus que nos dejaba justo en la puerta del apartamento. Una vez allí, dejamos las maletas y nos fuimos a descubrir nuestro vecindario.
Como anochecía temprano, y hacía un poco de frío, hicimos un paseo corto y aprovechamos para ir al supermercado de al lado del apartamento y comprar las cenas y desayunos para los días que estuviéramos allí.
Nos levantamos temprano (con niños es lo que tiene, no? madrugar, madrugas! jejeje) y nos fuimos camino a nuestra visita a la Casa de Ana Frank que la teníamos a las 9:30 de la mañana.
Casa de Ana frank
La visita nos encantó, de pequeña me había leído el libro en el cole y verlo in situ es impresionante. El problema es que la visita se tiene que hacer sin carrito de bebé, lo dejas abajo en la entrada, porque como luego ves más a delante, subir las empinadas escaleras de la casa con carrito sería imposible! Así que menos mal que llevábamos la mochila para poder cargar al bebé viajero.
Lo chulo de la visita es que tienes un audioguía que te va explicando la historia de la casa y de la familia de Ana Frank durante todo el recorrido. Eso le encantó a la niña viajera que cada vez que entraba en una habitación iba corriendo a activar el número de la explicación pertinente. Lo malo es que no se pueden hacer fotografías del interior, pero bueno, lo guardamos en la retina y listo.
Una vez salimos de la Casa de Ana Frank nos fuimos caminando hacia el centro de la ciudad a callejear un poco a nuestro aire.
Después de comer habíamos contratado una excursión gratuita con White Umbrella tours. Esta empresa tiene un free tour de 2 horas y media (bueno, en verdad das la voluntad por el tour) que sale de la Plaza Dam y la verdad es que vale muchísimo la pena. Los tours son en español y hacen tres al día, se reservan a través de su web para garantizar la plaza, porque se llenan muy rápido. Nuestro guía fue Jaime y la verdad que fue todo un acierto, nos explicó todo genial, la historia de Amsterdam, su cultura, curiosidades y todo decorado con anécdotas que hacen el recorrido mucho más ameno. La verdad que las dos horas y media se nos pasaron volando, nos encantó!
Aparador común durante nuestro tour por el centro!
Durante el tour tuvimos oportunidad de ver la Plaza Dam, el Barrio Rojo (de día!), la Oude Kerk (iglesia vieja), la plaza y mercado Nieuwmarkt, De Waag, y el complejo religioso Begijnhof.
Begijnhof
Una vez acabado el tour, que eran sobre las 18:00 y ya de noche, nos fuimos a tomar algo calentito y luego a casa. Hago un inciso para comentar que a casa nos referimos al apartamento, ¿os pasa que cuando estáis de viaje llamáis casa al lugar donde os alojáis? ¡nosotros siempre lo llamamos así!
En nuestro tercer día nos dirigimos camino al Museumplein, una zona donde están los museos más importantes de la ciudad. En esta zona está el famoso museo Rijksmuseum, nosotros decidimos no visitarlo porque es un museo enorme y tanto rato allí dentro con los niños me parecía locura.
Museo Rijksmuseum
Justo en frente de ese museo están las famosas letras de IAMSTERDAM. La niña viajera se quiso hacer foto en cada letra! jejeje
De allí nos dirigimos a uno de los parques más grandes de Amsterdam, el Vondelpark. Nos pareció un parque precioso donde pasear (aunque hiciera frío). Eso si, sólo nos dio tiempo de ver una parte, porque es muy grande. Supongo que si lo recorres en bici lo puedes ver entero sin problema.
De allí nos fuimos al Museo Van Gogh, que como teníamos hora concertada cuando reservas las entradas online, fuimos directos a ese horario. Dentro estuvimos un par de horas mas o menos. Con niños no siempre puedes aguantarlos en silencio tanto rato!
Como ya era la hora de comer y hoy era el cumple del papá viajero, nos fuimos a celebrarlo al Hard rock Amsterdam. Sé que no es un sitio típico holandés, pero a nosotros nos gusta comer en esta cadena en las ciudades donde hay, y la niña viajera come allí genial.
De allí teníamos al lado el barco de la empresa Blue boat donde habíamos contratado la excursión por los canales de la ciudad. La ruta la haces con audioguía en español (hay un montón de idiomas a seleccionar) por lo que me parece muy cómodo. Dura aproximadamente 2 horas y el barco va cerrado con tu calefacción, así que la mar de a gusto que estuvimos.
Cuando acabó nuestra ruta en barco nos fuimos a pasear por el centro y fuimos a ver el mercado de las flores o Bloemenmarkt donde compramos bulbos de tulipanes para plantar en casa (a ver si crecen, os enseñaré los avances en los stories de Instagram). Nos gustó mucho este mercado por su colorido y ambiente.
Bloemenmarkt
Ya anochecía y decidimos ir a ver el Barrio Rojo de noche. Sí, ibamos con los niños, pero he de decir que yo este barrio me lo imaginaba de otra manera. En plan pilinguis en escaparates gigantes, despiporre por las calles, y nada de eso, ellas están en callejones, en escaparates que son puertas transparentes, es decir, que si no pasas por esos callejones no se ve nada de nada. Además eran las 6 de la tarde así que todo muy correcto.
Barrio Rojo
Baldosa del suelo con escultura en frente de la Oude Kerk
De allí ya nos fuimos para casa a descansar, que menudo día más completo!
Ya era nuestro último día en Amsterdam y disponíamos de una mañana para pasear por el barrio de Jordaan, el barrio más bohemio y artesano de Amsterdam según nuestro parecer. La verdad es que por la mañana no es un barrio muy transitado y tenía varias tiendas cerradas, pero aún así es un sitio con mucho encanto.
Y por fin encontramos un parque con columpios en Amsterdam, nos costó encontrarlo, eh? Allí mismo en Jordaan. La niña viajera se tiró corriendo a él! jejeje
De allí nos fuimos directos al apartamento a recoger las maletas y dirigirnos al aeropuerto.
Amsterdam es una ciudad que nos ha encantado. Totalmente recomendable con niños, aunque si que es verdad que al principio cuesta adaptarse a que las bicis tienen prioridad absoluta y van un poco locas, más de una vez tuve que coger a la niña viajera para que no se chocara con alguna bici.
Aun yendo con un bebé, el transporte público es muy cómo con carro y la gente es muy amable y te dan prioridad absoluta en todo con niños. Y eso sí, los adoquines del centro de Amsterdam van genial para que el bebé viajero se duerma! jejejeje
Sí que es verdad que viajando con niños la parte de coffee shops y fiesta nocturna varia la hemos obviado, pero la verdad que no es mucho nuestro rollo así que tampoco nos ha importado.
Espero que os haya gustado nuestro viaje y cualquier comentario es bienvenido!
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¡Hasta la próxima viajer@s!