Ayer, prometí en Instagram que si esta ciudad me convencía y cumplía mis expectativas, lo reseñaría en el blog, ¡Y vaya si cumplió!
Hemos visitado Portugal muchísimas veces, es obvio que al tenerlo tan cerca es uno de nuestros destinos favoritos cuando queremos despejarnos y comer muy bien. Pero ciertamente nunca habíamos visitado Viana do Castelo. Lo planificamos sobre la marcha, de hecho decidimos que íbamos a ir justo el sábado por la tarde. Uno de los sitios que más nos llamaba la atención y por el que decidimos acercarnos hasta allí, fue el templo de Santa Luzia, desde que vi una imagen en internet, quedé obsesionada con su arquitectura ¡Parecía sacado de un cuento!
Así, el domingo sobre las 10:30 nos pusimos en marcha, y sobre las 12 estábamos allí. Cuándo entramos en la ciudad y empezamos a vislumbrar el templo en lo alto de la montaña, aluciné.
Hay tres formas de subir, nosotros decidimos hacerlo en coche, sobre todo porque teníamos a los niños, pero puedes hacerlo en el funicular o andando, esta última opción solo la recomiendo para deportistas ¡Madre mía la cantidad de escalones que hay que subir! Aunque desde luego, debe ser un camino precioso.
Una vez allí arriba, y miras hacia abajo, Viana do Castelo en todo su esplendor, ya te convences de que el viaje ha valido la pena, y eso que había algo de nieblecilla del mar y no estaba del todo despejado, pero aún así es impresionante, ¡A la vista está! Con decirte que la National Geographic la ha reconocido como la tercera vista más hermosa del mundo.
Después de admirar la fachada de la basílica, de tomar 158.907 fotos y de flipar mil veces, empezamos a subir las escaleras para poder verla en su interior. Siempre que veo este tipo de arquitectura me sorprendo por la capacidad que tenían de crear estas verdaderas obras de arte en esa época. La construcción de esta basílica fue iniciada en 1904 y terminada en 1959, por el arquitecto Miguel Ventura Terra. Es de inspiración románico-bizantina, y como dato curioso, sus preciosos rosetones son los más grandes de la Península Ibérica y los segundos de Europa.
Una vez dentro, su majestuosidad, no te pide otra cosa más que admirarla en silencio: esos techos abovedados, esos vitrales de color que inundan de luz, en diferentes tonos el interior de la iglesia, solo puedes contemplarlo en silencio, con deciros que mis hijos, que entraron cantando, se quedaron mudos de golpe y sin que le dijéramos nada.
Luego puedes pasear por los jardines que están en su parte posterior, incluso, ahí unos castros, que también pueden ser visitados, pero nosotros no lo hicimos, porque en ese justo momento apretaba mucho el sol, y no lo veía cómodo para los peques.
Después de conocer todo el templo al completo, pensamos en ir a comer para poder aprovechar toda la tarde y seguir conociendo esta preciosa ciudad, que ya os digo, si queréis conocerla no os llegará un día, de hecho, nosotros pensamos repetir.
He aquí el problema, ir a Portugal y no poder comerte un buen bacalao, podría ser considerado delito, pero cuando vas con niños, te las tienes que comer con patatas y buscar un sitio a su gusto, ¿Cuál creéis que fue? Sí, McDonalds. Tranquilos, por suerte en Portugal, si vas a un centro comercial, puedes escoger el menú a modo personal y sentaros todos juntos en la misma mesa, y eso fue lo que hicimos, mi chico y yo nos comimos un delicioso bacalao y los tres enanos comieron de McDonalds.
Disfrutamos un rato del centro comercial Shopping Viana, con todas sus tiendas abiertas un domingo, y después de dejar todas las monedas de euro que teníamos disponibles, en todo cuanto cachivache había por el centro comercial, emprendimos camino a la zona marítima, y en el último momento decidimos entrar con los niños al buque hospital Gil Eannes, Viana do Castelo ¡Genial experiencia!
Por 9 entramos como familia, todo el recorrido está señalizado con flechas, y te vas adentrando poco a poco, en las entrañas de este enorme buque con tanta historia. Pudimos contemplar desde los camarotes del capitán hasta los de los criados, una pequeña biblioteca, el centro de mando, el imponente timón, la sala de comunicaciones, cocina, almacén, bodega, la pequeña capilla, toda la zona del hospital, con quirófano, sala de rayos X, dentista, sala de fisioterapia, esterilización, laboratorio, habitaciones para pacientes, e incluso una salita de espera.
El recorrido es bastante largo, pero se hace muy interesante, puedes entrar directamente en cada habitación y cada tanto, te encuentras con información , a través de pantallas digitales, incluso tienen un pequeño museo.
Para los niños fue súper divertido poder recorrer este barco, aunque el momento de salir a su exterior no le gustó mucho, entre el fuerte viento que hacía y el miedo que le daba, imagino que por el vértigo, preferían estar en su interior.
Al finalizar el recorrido decidimos parar en un parque que tiene la zona marítima para poder merendar y luego continuamos hacia el casco antiguo de Viana do Castelo.
Aquí tengo que ser franca, la zona antigua es preciosa, pero para mí; que vengo acostumbrada a pasear por el casco antiguo de mi querida ciudad: Santiago de Compostela, pues no logró impresionante del todo, pero lo dicho, sigue siendo una zona con mucho encanto y mucha magia. Una de las cosas que me molestan de estas zonas de las ciudades, es que siendo casco antiguo se permita la circulación de coches, como veis, puede arruinar bastante las fotografías.
Después de dar un paseo decidimos acercarnos hasta una de las playas más cercanas a la ciudad (por favor no me preguntéis el nombre porque no lo recuerdo) solo sé que allí está el club de surf y que practican muchísimo kitesurf y todos estos deportes, mi idea era tomar unas preciosas fotos a los niños en la playa pero el viento era inaguantable y a los 5 minutos de bajar del coche decidimos regresarnos, los niños no lo iban a disfrutar, de hecho nos pedían estar en brazos constantemente. Así, decidimos regresar y pensamos volver muy pronto para poder conocer el resto. Pero lo dicho, es una ciudad completamente recomendable como destino turístico, sobre todo si tienes niños.
De regreso a casa vinimos todo el camino
Y así concluye un día maravilloso en familia, y también este post. Ya veis que no es nada particular, pero me apetecía un montón contároslo, porque lo pasé súper bien, porque a veces hay que mostrar cosas diferentes, porque sé que os gusta y estoy segura que a vosotros os servirá como destino turístico o por lo menos como información a tener en cuenta.
Si has leído este post hasta el final, te doy las gracias de corazón, se hizo un poco largo, pero me es imposible resumirlo más ¡Me encanta la gente que disfruta leyendo y se come todo un artículo hasta el final! ¡Mil gracias! Y mil biquiños también.
PD: ¿Has estado en Viana do Castelo?, cuéntame tu experiencia, ¿Conoces algún otro sitio interesante de esta bonita ciudad?