El afamado magistrado español Emilio Calatayud publicó el libro Reflexiones de juez de menores, texto que se ha convertido en un suceso, pues el mismo viene acompañado por el Decálogo para formar un delincuente. Fuertes palabras que dirige el hombre de leyes a los padres sobre la formación de sus hijos. Sometimos el escrito a los criterios de una psicopedagoga especializada en conducta para revisar hasta donde se inclina la balanza a favor del criterio de este abogado.
Hace un par de meses varios diarios y páginas web reprodujeron un decálogo que causó escozor en algunos debido a su fuerte título,referido a los errores en los que los progenitores usualmente caen a la hora de criar a sus hijos, transformándolos en potenciales "criminales" o, sencillamente, malos ciudadanos.
Sheyla Garcés, psicopedagoga y terapeuta conductual puso bajo la lupa estas diez frases escritas por el juez de menores Emilio Calatayud. Aquí los resultados:
1. "Dadle todo cuanto desee, así crecerá convencido de que el mundo entero le debe todo". (E. Calatayud)
Respecto a este primer punto, la especialista Sheyla Garcés dice que "si darle todo es provocado por buenas acciones, logros en los estudios o méritos de conducta, entonces esta acción de regalar se transforma en un refuerzo positivo, entonces no habría problemas porque el niño o el joven está actuando de buena manera; los inconvenientes aparecen si los padres les entregan regalos o permisos, por ejemplo, para ir a alguna fiesta que anhelan ir, y los hijos han actuado de manera inadecuada en la casa o en la escuela. Lo que deben hacer los progenitores es orientar y conversar a fin de deponer la actitud negativa y demostrarle al muchacho el contraste en lo que debe hacer y lo que no debe hacer. Esto debe iniciar desde temprana edad".
2. "Reídle todas sus groserías, tonterías y salidas de tono: así crecerá convencido de que es muy gracioso y no entenderá cuando en el colegio le llamen la atención por los mismos hechos".
En cuanto a este aspecto la terapeuta conductual menciona que las groserías, tonterías y salidas de tono son conductas aprendidas, adquiridas en diferentes ambientes y modeladas por otros niños o adultos del entorno, ya sea familiar o escolar. "Al principio, desde muy pequeños, le reímos y hasta aplaudimos alguna salida que no es adecuada y que, en la medida que van creciendo, nos molesta. Recordemos que los niños aprenden lo que ven y escuchan. Como adultos debemos ser coherentes entre lo que decimos y cómo actuamos. De ello dependerá la actitud de nuestros hijos".
3. "No le deis ninguna formación espiritual: ¡ya la escogerá él cuando sea mayor".
"Generalmente, se va a transmitir la formación religiosa que tiene cada uno y esto podría resultar una imposición. Lo ideal es brindar orientación acerca de las diferentes creencias y posturas espirituales para que en un futuro el niño pueda formarse su propio criterio. Personalmente, he conocido de muchas familias que han seguido este consejo y sus hijos lo han agradecido; también he tenido contacto con otro grupo de familias que han inculcado sus creencias a los niños y que luego estos, de adultos, han cambiado su religión sin ningún problema pues la dinámica familiar se ha mantenido con una actitud sana, respetuosa y muy espiritual. Las creencias de cada familia son válidas si se mantienen dentro de la normalidad", explica Garcés.
4. "Nunca le digáis que lo que hace está mal: podría adquirir complejos de culpabilidad y vivir frustrado. Primero creerá que le tienen manía y más tarde se convencerá de que la culpa es de la sociedad".
Analizando este tema, la especialista menciona que la solución no radica en no decirle a nuestro hijo qué está mal sino hacerlo de forma respetuosa, sin señalarle como culpable porque todos en algún momento cometemos errores y tenemos la posibilidad de subsanarlos. "Acá debemos orientar en cuanto a conductas adecuadas o inadecuadas, especificando las consecuencias que generan cada una y no buscando culpables alrededor, siendo responsables de las acciones que se realicen, así fomentamos la responsabilidad, toma de decisiones y resolución de conflictos".
5. "Recoge todo lo que vaya dejando tirado: así crecerá pensando que todo el mundo está a su servicio; su madre la primera".
En cuanto a la quinta frase del decálogo, la psicopedagoga Garcés señala que es importante fomentar hábitos en los pequeños desde temprana edad y repartir las actividades del hogar. Es una forma de generar responsabilidad e independencia, herramientas necesarias para la vida. "Si el niño necesita ayuda, la solicitará a los padres en el momento".
6. "Dejadle ver y leer todo: limpia con detergente, que desinfecta, la vajilla en la que come, pero dejad que su espíritu se recree con cualquier porquería. Pronto dejará de tener criterio recto.
"En toda actividad que realice debe existir cooperación y orientación, de manera que se fomenten criterios apropiados, no de una forma inquisidora, basado en modelos adecuados de comportamiento", dice Garcés sobre el sexto punto del juez Calatayud, que esconde detrás de sus palabras el significado de la libertad alejándose del libertinaje.
7. "Padre y madre: discutan delante de él, así se irá acostumbrando. Y cuando la familia esté ya destrozada lo encontrará de lo más normal, no se dará ni cuenta".
De acuerdo a lo manifestado por la especialista en conducta Sheyla Garcés, siempre que los padres vayan a tener algún argumento o discusión deben hacerlo en un lugar que el niño no se encuentre, ya que los padres deben resolver sus conflictos de manera operativa, bajo una comunicación asertiva, libre de agresiones. "Debemos garantizar al niño en crecimiento un hogar tranquilo y una familia generadora de paz y no de violencia", añade Garcés.
8. "Dale todo el dinero que quiera: así crecerá pensando que para disponer de dinero no hace falta trabajar, basta con pedir".
"En este punto, las orientaciones en el caso de que se le ofrezca dinero deben ser para fomentar la cultura del ahorro y, en la medida que vaya creciendo y profesionalizándose, tendrá un medio para adquirir lo que necesita y sus padres únicamente deberán colaborar en el momento que realmente lo amerite o lo merezca".
9. "Que todos sus deseos estén satisfechos al instante: comer, beber, divertirse. ¡De otro modo podría acabar siendo un frustrado!".
En este punto, se considera que hay un poco de ironía por parte del juez Calatayud, pues si los padres solucionan todos los problemas o necesidades de sus hijos de manera inmediata, sin demostrar que ellos también tienen demandas o que todo tiene su momento, entonces se estará criando a un niño malcriado e impaciente. Obedeciendo este aspecto, la psicopedagoga aclara que "si tenemos las posibilidades de brindarles este apoyo a nuestros hijos, no por caprichos sino por necesidades y el querer atenderlos, entonces no hay ningún problema".
10. Dale siempre la razón: son los profesores, la gente, las leyes... quienes la tienen tomada con él.
En relación al punto final, Garcés expone que "no se trata de darles la razón sino de mostrarles la responsabilidad que tienen de asumir las consecuencias de sus actos y la resolución de conflictos y, si no la tienen, aprender a aceptarla y defender las posturas que el caso lo requiera. Es importante recapacitar y rectificar en cualquiera de los casos que se presenten".
Como conclusión, Sheyla Garcés, especialista en conducta, plantea que si bien puede haber muchos aspectos que dañen el comportamiento de los niños, los padres con sus ejemplos son quienes pueden brindar las herramientas reales para hacer de él una persona decente y un ser satisfecho. "Los padres solo seremos responsables de no orientar y tomar los correctivos a tiempo. Únicamente desde una crianza positiva, que garantice felicidad, armonía y bienestar, contribuiremos a criar buenos ciudadanos".