El desarrollo del lenguaje debe ser divertido:
Únicamente cuando un niño se siente contento hablando, hablará. También debemos saber, que solo hablará si es que el lenguaje está presente en su cotidiano. Un niño puede ser motivado a hablar, si es que le hacemos preguntas: “¿Qué hiciste hoy en el Kinder?” – “¿Por qué te ves tan triste?” – “¿Qué te gustaría hacer mañana?”. No debemos sobreexigir al niño; las preguntas y el vocabulario que utilizamos debes ser apto para la edad del niño.
Ser un ejemplo:
Ser el ejemplo en el desarrollo del lenguaje quiere decir que debemos empezar a observarnos a nosotros mismos; estar alertas a nuestro propia utilización del desarrollo del lenguaje, fijarnos si somos de aquellas personas que no hablan para nada o por otro lado de aquellas que hablan hasta por los codos. Pero también quiere decir que debemos fijarnos si es que hablamos claro, entonado y vocalizando. Debemos mostrar a nuestros niños buenos hábitos de comunicación: escuchar a los otros y dejarlos terminar de hablar sin interrupciones.
Acompañar al cotidiano con lenguaje:
Los niños tienen la tarea de descubrir por sí mismos qué significan las palabras y asi de apoco ir en su desarrollo del lenguaje, cómo se construyen las oraciones. Esta tarea se les facilita si es que los adultos acompañamos todas nuestras actividades con el desarrollo del lenguaje. Debemos relatar a nuestros niños lo que estamos haciendo, los objetos que tenemos en las manos, qué estamos comiendo, etc.
Escuchar:
Escuchar es un arte que pocas veces es apreciada. ¿Cuántas veces nos hemos visto a nosotros mismos en las nebulosas mientras alguien nos cuenta una historia? ¿O interrumpiendo a otros en sus conversaciones? Los niños necesitan mucho más tiempo para expresar oralmente lo que quieren decir. Dejémosles ese tiempo a nuestros hijos. Dejémosles terminar de hablar y no les terminemos las oraciones.
Aceptar todos los intentos de habla:
Los niños cometen errores al hablar. La entonación o pronunciación no siempre son las correctas, a veces sisean, otras tartamudean y otras veces confunden la sintaxis. Los errores son parte del aprendizaje. ¡Están bien! (A menos que se trate de un problema de lenguaje, en ese caso trataremos con un especialista). En todo caso: cometer errores es parte del aprendizaje. No les señalemos constantemente sus errores o les presionemos por hablar correctamente. Hacerles repetir la frase correctamente no traerá nada más que frustración. Concentrémonos en alegrarnos por sus intentos del desarrollo del lenguaje y de su manera de comunicarse.
Corregir expresiones:
Claro que debemos corregir los errores de nuestros niños. Corregir es diferente que señalar. La clave está en la forma en la que lo hacemos. De gran ayuda es repetir la oración correctamente de una manera muy sutil y luego ampliar la oración. Nuestro niño dice: “¡quiedo momir!” El adulto responderá: “¡Sí! Yo sé que tú ya quieres dormir” (repetir correctamente) y luego añade “El osito y el sol también quieren dormir, ¿quieres ver cómo les ponemos a dormir a los peluches?” (Ampliar la oración).
Tomarse tiempo:
Un factor que ayudará al desarrollo del lenguaje de nuestros niños es tomarse tiempo para ellos. Realizar actividades juntos, salir de compras, jugar, entre otros. Es cierto que con nuestros nuevos ritmos de vida, todos tenemos menos tiempo para aquello. Un solución sería entonces crear conciencia y darles a nuestros niños tiempo de calidad.