Disfrazarse es un juego muy enriquecedor. Disfrazarse es necesario en la vida de un niño. Es un juego simbólico y contribuye a su desarrollo. Cuando se disfrazan, ya sea de policía, bombero o medico, están imaginando una historia con lo cual dan rienda suelta a su imaginación y creatividad.
Hasta los 6 años, los niños utilizan su imaginación casi para todo. Es una edad mágica, en la que el mundo real y el mundo imaginario todavía no están claramente diferenciados
Además de ser algo muy divertido es un método maravilloso para que expresen sus sentimientos.
También es la manera más fácil de enseñar a los niños a ponerse en el lugar de los demás. Esto les ayudará a tener más empatía y a integrarse mucho mejor en el mundo que les rodea.
Metiéndose en el papel de otras personas, los niños experimentan nuevas ideas y comportamientos. Ellos pueden decidir si les gusta o no.
En el juego de disfrazarse, el niño puede tomar decisiones importantes en cuanto a su comportamiento o rol. Esto le ayudará a ir conociéndose mejor a sí mismo poco a poco.
Otro de los beneficios que tiene disfrazarse es que indirectamente les obliga a experimentar con el lenguaje.
Tienen que anticiparse a lo que diría el personaje que interpretan, lo que incluye expresiones, vocabulario e incluso lenguaje corporal. Esto da a los niños la oportunidad de practicar y experimentar con palabras y frases que no usan normalmente. Así como a revisar todo lo que han oído y pensar cómo pueden usarlo.
Palabras que seguramente han escuchado en cuentos o dibujos ahora tienen sentido dentro de sus personajes. Los niños siempre van a utilizar todos sus recursos para mejorar sus representaciones.
Es muy recomendable que los niños tengan dentro de su espacio de juego un rincón destinado a los disfraces.
En él no pueden faltar sombreros, gafas, pelucas, corbatas, varitas, diademas… entre otros muchos accesorios.
Fomentar su imaginación y su creatividad forma parte de su crecimiento y desarrollo. Esto le ayudará a adaptarse e involucrarse en su entorno.
Así que manos a la obra y todos a crear un buen rincón de disfraces, que no hace falta esperar a carnaval para disfrazarse. Cualquier día del año es bueno para ponerse una peluca o una bata y hacerse pasar por un personaje.
Os recomiendo que todo este ordenado y en su sitio y principalmente a su alcance. Porque si lo guardamos en cajas, ellos mismos por si solos no podrán acceder a ese material. Con lo cual, al no tenerlo a mano, de nada nos va a servir. Disfrazarse es algo que les tiene que apetecer. Tiene que salir de ellos, nunca obligarles. Ya que podemos conseguir el efecto contrario, y es que se sientan retraídos o avergonzados.
Os recomiendo un perchero tipo este:
Hay perchas para colgar los trajes, y también tiene un cajón donde dejar los accesorios. En él se puede guardar gafas, pelucas, guantes, etc. De esta manera estará todo ordenado y recogido y lo más importante a su alcance. Con un mueble-perchero de este tipo si que podemos decir que tenemos un rincón de disfraces hecho a medida!