Creo que uno de los grandes retos que los padres tienen que afrontar en la educación de los niños, es disimular que no tienen mucha idea para responder a preguntas del calibre de las de arriba. Preguntas que, según psicólogos, asaltan las mentes de los chavales cuando apenas cumplen los cinco años.
Ésta es la edad en la que, aproximadamente, los peques empiezan a plantearse cosas trascendentales. Ya sabéis, todos esos interrogantes que han brillado por su ausencia en los anteriores años de sus vidas, y que de repente aparecen, para el quebradero de cabeza de los padres.
Hacerte mayor, en realidad, no significa saber mucho más que cuando eres un niño. Obviamente evolucionan nuestras capacidades, nos culturizamos casi siempre de una manera gradual y ascendente, y, seguramente, también potenciamos nuestra inteligencia. Pero todo eso no implica que sepamos mucho más que un chaval de seis años o de diez, sobre la esfera trascendental de la vida. Ya sabéis:quiénes somos, de dónde vivimos, y a dónde vamos…Hay incluso quien dice que 'ir conociendo las verdades de la vida te hace cada vez más infeliz', pero yo creo que esa visión es demasiado pesimista.
La recurridísima frase ‘lo entenderás cuando seas mayor’ es de utilidad, pero a corto plazo. Porque la insaciable curiosidad que tenemos en la infancia, no nos deja conformarnos y siempre vamos a buscar otros canales que satisfagan todas esas dudas, o que todavía nos pique más la curiosidad, si es que no encontramos 'una respuesta convincente'...
Muchos expertos recomiendan a los padres ‘explicar a los chavales de la manera más clara posible y sin eufemismos’ todo eso que les preocupa. Pero, ¿cómo le explicas a un niño de cinco años tantas cosas que ocurren y para las que no tenemos respuesta? ¿es mejor decirles que en verdad, no siempre hay una explicación para cada cosa?
Yo recuerdo que cuando no obtenía respuesta sobre algo, por parte de mis padres, se lo preguntaba a mi hermana mayor, a un familiar cercano,o a una amiga…De hecho, cuando vas haciéndote adolescente, y muchos expertos coinciden aquí, muchas de las dudas que tienes, no te las desvelan los padres, sino los amigos, el entorno...como ocurre en el ámbito emocional o en temas más violentos para hablar con los progenitores, como la sexualidad, por ejemplo.
¡Lo que está claro es que, complicado, es un rato el tema!
¿Vosotros cómo hacéis en estas situaciones para que no se os vea mucho el plumero?¿Sois de los del ‘ya lo entenderás’? ¿Preferís sentaros a vuestro hijo en las rodillas, e intentarlo?