Seguro que hoy muchas de vosotras habéis pasado una noche ‘movidita’…Es muy frecuente que en las horas antes de comenzar el nuevo curso, los niños pasen los típicos nervios relativos a: ‘¿a qué clase iré?’ ‘¿cónoceré a la suficiente gente para poder jugar en el recreo?’ o ‘¿me sentiré perdido en clase?’.
A los padres les suele tocar ese papel tranquilizador pero estimulador, en el cual deben ayudar a su hijo a tener la seguridad de que 'todo irá bien'. Al día siguiente, unas horas a lo sumo, de nervios y desconcierto, y seguro que al mediodía vuelven a casa indiferentes, quejándose de todo lo que tienen que hacer este curso.
Recuerdo cada uno de los años en los que recibía nerviosa y contenta la vuelta al colegio. Eso sí, cada año me iba haciendo menos gracia, pero siempre había un margen de ilusión por reencontrarte con los amigos y compañeros. Supongo que esas cosas nunca cambian, por mucho que ahora los colegios estén adaptados a la nueva era informática y las clases se impartan con pizarras electrónicas…La escuela sigue siendo, ante todo, el lugar que nos hace personas.
Lo que está claro es que este año la vuelta al cole es diferente.Todo el mundo (personal escolar, sanitario, clase política, madres y padres, hasta los mismos niños) esperaba con expectación a que este día se produjera. Y es que la crisis y la Gripe A, van a marcar con casi toda seguridad, esta primera jornada de colegio.
Veremos hasta qué punto el virus porcino y el déficit económico condicionan este 2009-2010...