El establecimiento de límites supone delimitar ciertas normas para que los niños pequeños sepan que deben y que no hacer, sin embargo, no siempre es fácil de asumir. En este sentido, como padres tenemos la tarea de educar a nuestros hijos, por ello es necesario establecer límites claros para que este conozca que le está permitido hacer y que no.
Para establecer los límites de una manera correcta, tenemos que pautar diferentes reglas:
Reglas que no se pueden romper: Estas son la normas que tienen que ver con el comportamiento del niño para evitar que este no lastime a otros, a si mismo o a los padres. Debemos explicarle por qué no se puede pegar, morder… Y repetir la misma explicación cada vez que se realice esta acción por parte del niño.
Reglas negociables: En la convivencia diaria existen ciertas situaciones que es necesario un cierto margen de negociación, en los que se tiene en cuenta la personalidad de cada uno, sus gustos, su mal humor… Dándole la posibilidad de elegir entre varias opciones.
Reglas imperativas: Los niños tienen que saber y conocer que ciertas reglas como ir al colegio, la hora de acostarse cuando hay cole, o cruzar la carretera de la mano no son negociables.
La imposición de reglas y límites permite a los niños ir distinguiendo lo que está bien de lo que está mal, así como respetar y relacionarse con los demás de manera correcta.
¿Tenéis los límites bien marcados?
Fotos. Sheknows.com, Zippy Store Kids