Los colegios y los profesores no son una excepción: muchas veces no saben cómo reaccionar ante este tipo de casos. Por este motivo, muchos padres se encuentran con un grave problema a la hora de escolarizar a sus hijos y, especialmente, al hacer uso de los comedores escolares.
Legislación vigente
La Ley Orgánica 10/ 2002 del 23 de diciembre, de Calidad de la Educación publicada en el BOE n º 307 del 24 de diciembre del 2002, en su disposición adicional quinta (sobre la admisión de alumnos en los centros sostenidos con fondos públicos en casos de no existir plazas suficientes) dice:Apartado 3: se considerará criterio prioritario la concurrencia en el alumno de enfermedad crónica que afecte al sistema digestivo, endocrino o metabólico y exija como tratamiento esencial el seguimiento de una dieta compleja y un estricto control alimenticio cuyo cumplimiento condicione de forma determinante el estado de salud física del alumno. Para las enseñanzas no obligatorias se podrá considerar además el expediente académico.
Apartado 6: En los procedimientos de admisión de alumnos en centros sostenidos con fondos públicos que impartan las enseñanzas de grado medio de Formación Profesional, cuando no existan plazas suficientes, se aplicarán los criterios previstos en el apartado 3 de esta disposición adicional quinta. Una vez aplicados los anteriores criterios, se atenderá al expediente académico de los alumnos.
Esta disposición quinta, ya ha sido recogida en las Instrucciones de la Dirección general de Centros Docentes de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid sobre la participación en el proceso de admisión de alumnos en Centros Docentes sostenidos con fondos públicos de Educación Infantil, Educación Primaria y Educación Secundaria para el Curso Escolar 2003/2004 (Instrucción séptima, apartado b).
Los alumnos celíacos deberán hacer constar esta circunstancia en el impreso de solicitud de admisión y aportar certificación médica que indique que el alumno padece enfermedad celiaca y que se trata de una enfermedad crónica, y en los baremos de puntuación aplicables se le otorgará 1 punto.
En relación a los comedores escolares, la instrucción de la Dirección general de Centros Docentes de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, sobre la utilización de comedores escolares por alumnos alérgicos a alimentos o que padezcan cualquier enfermedad o trastorno somático que precise una alimentación específica (24 de febrero de 2002) dice:
* Que el menú será único para todos los usuarios del servicio de comedor, salvo en aquellos casos que por razones excepcionales y justificadas sean autorizados otros menús por el Consejo Escolar (Orden 917/2002 de 14 de marzo).
* Que el Consejo Escolar podrá autorizar a llevar la comida elaborada en casa, así como utilizar el comedor escolar, a los alumnos que padezcan cualquier enfermedad que precise una alimentación específica, siempre que tales circunstancias se acrediten mediante oportuno certificado médico.
Nota aclaratoria de ACM: No es el Director del Centro Escolar, ni el responsable del comedor, los que tienen que admitir o denegar la elaboración menús alternativos sin gluten, sino el Consejo Escolar. Para ello, os aconsejamos que os pongáis en contacto con el APA (Asociación de Padres de Alumnos) del centro, le expliquéis el problema, solicitéis su apoyo y que este tema sea tratado en el Consejo Escolar. En el caso de que os sea denegado, os rogamos os pongáis en contacto con la asociación, para intentar ayudaros a solucionar el problema.
Cómo actuar: la importancia de la información
Existen centros que ponen trabas a una normal incorporación del niño celíaco al comedor escolar, debido principalmente a tres motivos:* Desconocimiento de la situación
* Temor a afrontar problemas
* Elusión de responsabilidades
Para evitar estos problemas, es necesario que padres, profesores y alumnos tengan una relación estrecha y que la información fluya entre unos y otros para que el niño celíaco, sujeto fundamental de éste triángulo, no se sienta discriminado.
Para conseguir nuestro objetivo, resulta imprescindible informar a todos los estamentos implicados:
* Informar al niño (por parte de los padres).
* Informar a los profesores (por parte de los padres).
* Informar a los compañeros del niño (por parte de los profesores).
* Informar a los responsables de cocina (por parte de los padres y profesores).
Relación e información entre tutores
Habitualmente, el pensamiento de los padres es el de ocultar al niño su enfermedad o no tratar el tema con él, porque piensan que todavía no lo va a comprender y, por tanto, lo dejan para más adelante. La información debe producirse lo más pronto posible, de forma clara, sin engaños y adaptando esta información a la edad del niño y respondiendo a sus dudas..
No se deben esconder ni hacer desaparecer de la casa los alimentos que contengan gluten, sino que, al contrario, hay que enseñar al niño a distinguir lo que puede o no ingerir, a decir "no" a todo lo que contenga gluten y a enfrentarse al hecho de que ese alimento, aunque los demás lo tomen y no les perjudique, a él sí.
Entre los padres y los profesores debe haber, también, un intercambio de información y un compromiso de mutua colaboración. Los padres deben proporcionar a los profesores una mínima información sobre la enfermedad celíaca y sobre los alimentos que el niño celíaco debe y no debe ingerir. Finalmente, es conveniente que los padres proporcionen a los profesores alimentos (galletas, golosinas, etc.) que el niño celíaco pueda tomar en situaciones especiales, que se puedan producir en clase: premios, cumpleaños, actividades, etc.
Los padres, además, han de hacer ver a los profesores de la importancia que tiene el que informen a los compañeros del niño celíaco para crear un clima de solidaridad, conseguir su integración dentro de la clase como cualquier otro niño no celíaco. Así, en las fiestas, cumpleaños y excursiones habrá que tener presente la dieta del niño celíaco. En las excursiones y salidas a granjas escuelas, sería aconsejable concertar un menú que todos puedan tomar. Éste podría ser un buen momento para que el niño celíaco compartiera el mismo menú, la misma comida, con sus compañeros.
Mediante actividades en el aula, como cuentos, historias, dibujos, se podría explicar a todos los alumnos de la clase qué es la enfermedad celíaca y asegurarse de que el niño celíaco no se sienta o lo sientan "diferente". Hay que explicar a los compañeros qué alimentos no deben ofrecer al niño celíaco y por qué.
En el comedor...
Y en cuanto a los responsables de la cocina, en primer lugar, hay que averiguar si se dan las condiciones para que el niño celíaco haga uso del comedor escolar. En el caso de que las circunstancias sean favorables, los padres y profesores deben informar a los responsables de cocina y cuidadores del comedor. Explicar, detenidamente, el problema, sin abrumar con demasiada información. Proporcionar unas pautas y/o un menú muy claros. Proponer alternativas y dar soluciones..
El ofrecer una dieta sin gluten no es complicado si se posee la información adecuada. No se trata de preparar platos sin gluten como croquetas, empanadillas, carnes y pescados rebozados y fritos con harina sin gluten, sino ofrecer platos alternativos como carnes y pescados a la plancha o cocinados sin gluten. Los responsables de cocina, en ciertos casos, podrán adaptar muchos platos a la dieta en cuestión sin necesidad de hacer gastos extras, a la vez que se evita preparar menús distintos.
Al principio, durante los primeros días o semanas, los padres deben hacer un seguimiento y colaborar con los responsables ante los problemas y dudas que puedan surgir hasta que se adquieran los hábitos necesarios. Si por las razones que sean, no es posible ofrecer garantías, el colegio debe facilitar al niño que lleve la comida de casa y dar la posibilidad de calentarla en la cocina y servírsela.
Hay que contemplar la eventualidad de que, de forma aislada, pueda ocurrir un olvido o accidente y que a la hora del comedor, por ejemplo, el niño no disponga de comida (la madre no pudo prepararla, el niño la olvidó, se derramó, etc.) por lo que habría que tener siempre a mano algún alimento que se pueda preparar en el momento para ofrecérselo al niño: filete, huevo, arroz, patatas fritas, etc.
Un consejo muy importante: no sentar nunca al niño aparte y aislado por temor a que pueda ingerir un alimento que no deba. Simplemente, las personas encargadas de cuidar el comedor deberán vigilar un poco de cerca al niño durante los primeros días y estar pendientes de su comportamiento para conocer si es responsable de su dieta. Sabemos por experiencia que, en la mayor parte de los casos, así será.
Hay algo que los padres nunca deben hacer: exagerar el problema a los responsables del colegio y del comedor para que éstos pongan más atención sobre el niño y su problema. Hay que explicar el tema tal y como es; de otra forma, lo que vamos a conseguir es que o no crean lo que decimos o que el colegio determine no admitir al niño en el colegio o en el comedor, para no responsabilizarse del niño por miedo a las consecuencias. En muchas ocasiones, esto es lo que han conseguido algunos padres por exceso de celo.
Agradecimientos: a la Asociación de celíacos de Madrid.