Uff… qué gran tema, cuando recuerdo ese gran momento se me eriza la piel, recuerdo cuando llegué a la clínica siendo una y salí siendo otra mujer.
Creo que hablar de esto me hace recordar que siempre me hablaban de un parto natural y un parto “sintético”, pero cómo dicen; solo el que lo ha vivido puede hablar de ello. Por esta razón quiero expresar en este post la importancia de entender que la cesarea no se trata de cualquier intervención quirúrgica que “te tocó”, se trata de algo natural con ayuda de instrumentos quirúrgicos, las que damos a luz con cesarea no nos quita lo maravilloso de parir, así que llamaremos a lo natural parto vaginal y parto quirúrgico (cesarea), les parece?, ahora sí, continuemos…
Nunca había imaginado que pasaría por esa senda, todo lo había planeado para un parto vaginal, para sentir las contracciones, para pujar y pujar hasta que el doctor viera su cabeza, y hasta me había mentalizado para no ponerme epidural jajaja ¿que irónico no?, no pensé jamás que conocería a mi bebe de esa forma, pero la voluntad de Dios es tan perfecta que cuando supe que sería así, tan solo sonreí y bueno, recordé que no tenía idea de qué era una cesarea, solo sabia que me abrirían y quedaría cicatriz, pero nada más.
Alumbramiento
Llegó el momento y sin mas ni menos desperté con la voz de mi esposo diciendo que vendría el camillero a llevarme a la sala, con los nervios de punta, pero con unas ganas enormes de volverme a enamorar, de ver su carita, escucharlo llorar, saber cómo sería y sentirlo en mi piel, este sentimiento fue lo que me dio animo y mucha fuerza para ir hacia lo desconocido.
Inicia el procedimiento con mi esposo a mi lado, (en el video del final del post pueden ver el como estaba jaja) poniéndome acurrucada de lado en posición fetal para la famosa raquídea, la que dormiría de mi cintura hacia abajo para poder realizar mi parto quirúrgico, decían que dolía mucho, pero no se si fueron los nervios o mi anestesiólogo fue increíble, pero no sentí nada, solo que poco a poco deje de mover mis pies y mis piernas, ya no sentía nada, cuando esto ya hizo su efecto, mirando a mi esposo empezó todo.
la espera mas larga sin saber que abrirían al rededor de 5 a 6 capas entre tejido, grasa y músculo; finalmente escuché un fuerte llanto y al doctor diciendo “Bienvenido Bebé” hizo que mi rostro se llenara de lagrimas, solo quería sentirlo, verlo y besarlo, las palabras que mas recuerdo son las de mi esposo “es perfecto amor”, esto me hizo entender que ser Madre sería para toda la vida, un amor que no se puede describir tan solo se puede vivir.
Esto anterior de preámbulo para lo que vendría esa noche, mi recuperación, mi cuerpo, mi cicatriz y mis emociones… esperen aquí la parte dos
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