Técnicas para controlar la ira en niños
Enseñar al niño a identificar sus emociones: En muchas ocasiones, los niños confunden el cansancio con la tristeza o con la rabia. Puesto que no identifican esa emoción negativa, tienden a acumular frustración hasta que esta explota en rabia. En niños ya mayores (de 5-7 años en adelante) es posible enseñarle a identificar todas sus emociones.
El adulto debe mantener la paciencia: Un niño aprende lo que ve en su entorno y se comporta en función de lo que le sirve. Es habitual actualmente que los niños no toleren la frustración fácilmente debido a que suelen conseguir todo lo que quieren. El adulto debe enseñar al niño a tolerar la situación cuando no consigue lo que quiere.
Practicar el autocontrol mediante roleplaying: Los juegos pueden ser una estupenda manera de que el niño aprenda que es la ira y cómo controlar los niveles.
Acudir a psicoterapia: Hay situaciones que puede que se escapen de las manos de los tutores del niño. En estos casos es primordial que se recurra a un profesional. La terapia cognitivo conductual suele funcionar muy bien ya que se basa en cambiar patrones de comportamiento nocivos para el individuo por otros saludables.
Vida sana para prevenir problemas de conducta en niños
Más allá de la polémica acerca de la existencia del TDAH o no, lo cierto es que los problemas de conducta en niños son una realidad que actualmente se vive más intensamente que en otras generaciones. Los niños llamados hiperactivos o desatentos son, en realidad, el resultado de una sociedad de la inmediatez en la que los más pequeños se encuentran con una gran dificultad para aprender tranquilamente (todo cambia en cuestión de unas horas, la red está repleta de nuevas informaciones, distracciones, entretenimiento) y a su ritmo. Lo cierto es que hay que permitir a los niños que se aburran, que experimenten y aprendan a gestionar sus emociones.
Ejercicio: La ira es, en muchos casos, producto de la ansiedad y la frustración. Vivimos en una sociedad cada vez más sedentaria y los procesos ansiosos son diagnosticados en niños cada vez antes. La OMS recomienda unos 150 minutos de actividad física moderada en adultos. En niños debe ser, incluso, superior.
Aire libre versus entorno digital: Aunque es complicado alejar a nuestros hijos de lo digital, si que es fundamental acotar las horas de exposición a TV o videojuegos. Aunque paradójicamente jugar a un videojuego puede liberar adrenalina en momentos de tensión, puede tener un efecto pernicioso en los más pequeños; que no consigan controlar la ira sino es a través de este medio.
Cuidado con el azúcar: Ya está más que demostrado que los refrescos azucarados y los dulces son una fuente inagotable de niños con problemas de conducta. El problema en sí no es que tengan más energía sino que, a día de hoy, el sedentarismo imperante hace imposible que consuman todo ese impulso extra.
Descanso adecuado: Un horario de sueño estable es fundamental para tener controlados los altibajos emocionales. Esto es todavía más acusado en el caso de los más pequeños. Los niños deben dormir en un horario estable entre 8 y 9 horas diarias.
En resumidas cuentas, los consejos de vida saludable estándar son los que mejor funcionan tanto con niños como con adultos. Si los problemas de ira en tu hijo son demasiado graves o crees que has perdido las riendas, puede que necesites un especialista.
Autora: Alex Bayorti (colaboradora de nuestro Blog)